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El Gobierno radicó ante el Congreso el proyecto de ley del Presupuesto General de la Nación para 2026, por un total de $557 billones, equivalentes a 28,9 % del PIB.
Aunque implica una leve reducción frente al peso del presupuesto de 2025 como proporción del PIB, en términos absolutos representa un aumento de 5,9 % frente a los $526 billones aprobados el año pasado, incluyendo los recursos excepcionales por la emergencia del Catatumbo.
El diseño fiscal activa la cláusula de escape de la Regla Fiscal, permitiendo un margen más flexible para mantener políticas sociales e inversión pública sin sacrificar la sostenibilidad macroeconómica.
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El uso de esta cláusula, sin respaldo en una reforma estructural, ha despertado preocupaciones. El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana advierte que, sin ajustes serios en gasto e ingresos, el déficit fiscal podría escalar a niveles similares, o incluso peores, a los de la pandemia.
El precedente inmediato no es alentador. En 2025, el Congreso hundió la ley de financiamiento y obligó al Ejecutivo a recortar el presupuesto aprobado. Esta vez, el Gobierno confía en que el “pacto fiscal” encuentre mayor respaldo, pero la desconfianza persiste.
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✅ Sectores beneficiados
Aunque el Gobierno insiste en que se mantendrán las prioridades sociales, los ajustes por sectores muestran un reacomodo en las piezas.
“El país necesita impulsar el desarrollo nacional hacia un modelo económico más diversificado, dinamizado por procesos de digitalización y descarbonización”, subraya Hacienda.
En líneas generales, la inversión pública alcanza $88,8 billones en 2026 (4,6 % del PIB), superior al nivel de 2025 (4,3 %).
Por segmentos, Educación y Salud se consolidan como las grandes ganadoras: reciben incrementos de $6,6 billones y $10,9 billones respectivamente. En un año en que las tensiones con estudiantes, profesores y el sistema de salud han sido constantes, el anuncio busca blindar parte de los roces.
Defensa y Policía, tradicionalmente el rubro más robusto, también recibe un aumento: pasa de $64,2 billones a $68,9 billones. El Ejecutivo lo justifica en necesidades operativas, seguridad ciudadana y gasto rígido. Es el segundo mayor incremento en términos absolutos, solo superado por Salud.
Otros sectores que logran subir su presupuesto son Minas y Energía (crece 19,4 %), Planeación Nacional (28 %) y Comercio, Industria y Turismo (7 %).
Pero no todos corren con la misma suerte.
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🚩 Sectores que pierden
El sector Agricultura, en medio de paros, deudas históricas con el agro y el impacto del fenómeno de El Niño, pierde más de $1,2 billones. Pasa de $5,2 billones en 2025 a apenas $4 billones en 2026, una caída del 23,7 %.
Presidencia también ve un recorte significativo de más de $700.000 millones.
Donde sí hay implicaciones operativas es en entidades como el DANE (bajo la categoría de Información Estadística), que pierde $340.000 millones, debido a menos informes de alto gasto para el próximo año.
A esto se suma una reducción sustancial en Deporte y Recreación (que cae 33 %) y un recorte en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (baja casi 24 %), justo cuando el país necesita acelerar su conectividad y transformación digital.
Asimismo, se refleja una baja de $10,2 billones en el pago de intereses, gracias a operaciones financieras que recortan el servicio de deuda al 5,3 % del PIB —pasa de $112,6 billones en 2025 a $102 billones en 2026.
Los subsidios y concesiones viales tendrán un cambio de timón. Pese a ser históricamente grandes consumidores de recursos, no hay aumentos significativos en combustibles fósiles ni concesiones viales.
Asimismo, Igualdad y Equidad, el sector creado por este gobierno para articular las políticas sociales y que se tambalea todavía, también sufre una reducción, bajando de $12,1 a $11,2 billones.
Lo mismo ocurre con Vivienda, que cae en más de $1,4 billones, pese a las metas de ampliación de cobertura en zonas rurales.
El nuevo presupuesto reconfigura el mapa del gasto, pero sin la reforma tributaria, los ganadores podrían no durar mucho.
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