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La economía colombiana comenzó 2025 con señales de recuperación y una inflación en descenso, pero el panorama sigue siendo incierto. Así lo plantea el Banco de la República en su más reciente Informe de Política Monetaria, donde advierte que, aunque las condiciones internas han mejorado, los riesgos externos (como los aranceles de Estados Unidos y el encarecimiento del financiamiento internacional) podrían frenar el ritmo de recuperación.
La inflación total cerró marzo en 5,1 %, una cifra inferior a la registrada en 2023, pero todavía lejos de la meta del 3 %.
Según el Banco, la reducción obedece a varios factores: el efecto acumulado de tasas de interés altas, la baja en algunos precios internacionales y el ajuste progresivo de los precios internos. No obstante, algunos servicios regulados como el gas y el transporte urbano, así como los alimentos procesados, registraron aumentos inesperados.
La inflación básica, que excluye rubros volátiles como alimentos y regulados, también mostró una caída y se ubicó en 4,9 %. Con estos datos, el Banco proyecta que la inflación continuará bajando, pero recién convergería al 3 % a finales de 2026, siempre y cuando no se materialicen nuevos choques de precios.
¿Qué preocupa al Banco de la República?
El informe enfatiza que el entorno internacional es la principal fuente de incertidumbre económica para Colombia en este momento. Por un lado, los recientes aumentos de aranceles en Estados Unidos están afectando las expectativas de comercio global y podrían golpear la demanda externa de productos colombianos.
Por otro lado, el contexto de mayor riesgo financiero internacional está elevando los costos del crédito externo y presionando la tasa de cambio. A esto se suman retos fiscales internos que también inciden en la confianza de inversionistas y en el comportamiento del dólar, lo cual podría traducirse en nuevas presiones inflacionarias.
El Banco también destaca que los precios de los bienes han mostrado señales de moderación, pero algunos servicios regulados siguen mostrando incrementos que dificultan una reducción más acelerada de la inflación total.
La temperatura de la economía colombiana
En cuanto a la actividad económica, el Banco estima que el Producto Interno Bruto (PIB) habría crecido un 2,5 % anual en el primer trimestre de 2025, por encima de lo previsto. Este crecimiento se explica por el repunte del consumo de los hogares, una inversión más dinámica y mejores ingresos derivados de las remesas, el turismo extranjero y el buen precio del café.
El año pasado, la economía colombiana creció un 1,7 %, y para este año la proyección oficial se mantiene en 2,6 %. Sin embargo, el Banco redujo su estimación para 2026 al 3,0 %, advirtiendo que los factores externos ya están empezando a limitar el dinamismo de varios sectores.
El informe también destaca una mejoría en las cifras de empleo, aunque con un matiz importante: gran parte de esa recuperación está ocurriendo en el segmento no asalariado, lo que ha aumentado la tasa de informalidad. En otras palabras, hay más ocupados, pero no necesariamente con trabajos formales ni estables.
Este fenómeno plantea desafíos para el mercado laboral, especialmente en lo que tiene que ver con acceso a seguridad social y sostenibilidad del ingreso de los hogares.
Tasas: no hay margen para confiarse
En su reunión de marzo, la Junta Directiva del Banco de la República decidió reducir la tasa de interés de referencia al 9,25 %, luego de mantenerla estable en enero. El objetivo es seguir respaldando la reactivación económica, sin comprometer la meta de inflación.
El informe aclara que el nivel actual de tasas sigue siendo compatible con una convergencia progresiva de la inflación hacia el 3 %, y con un crecimiento económico que se recupere de forma gradual. Sin embargo, la postura seguirá siendo cautelosa: cualquier cambio futuro dependerá de cómo evolucionen los precios, la tasa de cambio y los riesgos fiscales e internacionales.
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