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El Ministerio de Hacienda publicó para comentarios un borrador de decreto que modifica los límites para retención en la fuente y las tarifas de autorretención. La propuesta ha generado críticas.
Este es un año de cuentas apretadas. Además del aplazamiento en el presupuesto por $12 billones que ya se hizo (cortesía de la caída de la ley de financiamiento en el Congreso), Germán Ávila, jefe de la cartera, ha dicho que no descarta la posibilidad de un recorte presupuestal ni la presentación de otra ley de financiamiento para tener flujo de caja. De todas formas, en varias ocasiones (incluyendo la última rueda de prensa de la junta directiva del Banco de la República y el congreso de Asofondos), el ministro ha dejado claro que la gran apuesta es aumentar los ingresos tributarios de la DIAN.
Este proyecto de decreto, en efecto, aumentaría los ingresos para este año, pero podría traer efectos negativos para las empresas y para las finanzas públicas a largo plazo.
Los cambios que trae el borrador del Minhacienda
Liliana Heredia Rodríguez, directora de tributación del Observatorio Fiscal de la U. Javeriana y profesora de la Javeriana Cali, explicó que esta medida tiene dos grandes efectos.
El primero es que cambia las bases mínimas en las cuales se aplica la retención en la fuente para determinados casos. Entonces, la retención en la fuente se empezaría a aplicar sobre menores cuantías para servicios de bajo valor, compras de productos agrícolas y pecuarios sin procesamiento industrial; compras de café pergamino; compras de oro por sociedades de comercialización internacional; compra de bienes raíces y emolumentos eclesiásticos (pagos en cuenta ya sean en dinero o en especie para compensar o retribuir el servicio personal del ministro del culto).
Por ejemplo, en el caso de servicios, pasa de 4 UVT (cerca de $200.000) a 2 UVT. Para otros ingresos, baja de 27 UVT (cerca de $1.344.000) a 10 UVT (menos de $500.000). “Estos cambios tendrían un efecto generalizado sobre todas las personas naturales y jurídicas que reciben ingresos sujetos a retención, incluso por montos menores a los actuales”, señaló el Observatorio Fiscal.
Los pagos de impuestos se realizan sobre el año anterior, es decir, en 2025 se paga lo correspondiente a 2024, pero con la retefuente, como explica César Pabón, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, se anticipan los impuestos. “Básicamente, es un mecanismo para pagar mes a mes un adelanto”.
El segundo cambio, tiene que ver con las autorretenciones, que practican las personas jurídicas que tienen derecho a exoneración por sistema de aportes de seguridad social. “Cuando se hizo exoneración de aportes a salud, ICBF y SENA, el pago fue reemplazado con el Impuesto sobre la Renta para la Equidad (CREE). Luego dicho impuesto se eliminó y para recaudar, el Gobierno estableció un esquema de autorretenciones especiales. Esta es una de las partes que cambiaría el decreto: subiría las tarifas para la mayoría de actividades económicas, algunas pasan de 0,55 % a 1,2 % y otras pasan de 1 % a 3,5 % o incluso 4,5 %”, explica Heredia.
Entre otras, la generación y comercialización de energía eléctrica subiría del 2,2 % al 4,5 %; actividades de construcción como demolición o vivienda residencial subirían del 1,1 % al 3,5 %. También se incluyen nuevas actividades.
“Es un tema de liquidez versus solvencia. El problema es que puede ser positivo en el corto plazo, pues el gobierno tendría caja hoy, pero el próximo año podría tener problemas. Como ocurrió con la reforma tributaria de 2022, que subió los topes, pero en el año siguiente no hubo mayores pagos porque buena parte de los ingresos ya se habían recibido. Algo similar pasaría en esta oportunidad. Además, la medida se concentra en el sector minero-energético, que ya tiene una carga financiera grande”, dijo Pabón.
Además, para el director de investigaciones económicas de Corficolombiana, la medida solucionaría el problema de corto plazo (la falta de caja), pero sin solventar los temas estructurales de largo plazo, que son los que preocupan. Heredia coincide en que aunque es una solución para este año (por el incremento en el recaudo), en el mediano y largo plazo puede generar saldos a favor para las empresas y que en el año siguiente caigan los anticipos si la economía no mantiene su crecimiento.
En este punto hay que recordar que parte del problema fiscal de 2024 tuvo que ver con los adelantos que se habían hecho en 2023. Por el buen desempeño económico de 2022, los impuestos generados (que se pagaron en 2023) fueron mayores, pero, además, al calcular el anticipo se estimó que los impuestos de 2023 (que se pagarían en 2024) estarían muy por encima de lo que en realidad estuvieron.
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Así las cosas, en 2024 los impuestos liquidados (correspondientes a 2023) fueron menores porque se había hecho un anticipo muy grande.
Para la experta de la Javeriana, el proyecto también tendría un efecto en el flujo de caja de las empresas, pues tendrían que hacer mayor anticipo del impuesto de renta vía retenciones y autorretenciones.
En un comunicado, el Observatorio Fiscal de la Javeriana dijo que “aunque el Estado mejora su flujo de caja con mayores anticipos del impuesto de renta, las personas naturales y jurídicas perderán liquidez en el corto plazo, lo que puede afectar su capacidad de consumo e inversión”. Agregó que con esta medida, el Estado cobrará por adelantado lo que supone que los ciudadanos ganarán, “sin certezas”.
“Este proyecto tiene sentido desde las necesidades fiscales del Estado, pero su aplicación requiere mesura, análisis sectorial y, sobre todo, un seguimiento riguroso a sus efectos sobre la economía y el bolsillo de los colombianos”, dijo el Observatorio.
José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, sostiene que el decreto dejaría las finanzas públicas de 2026 en una situación “crítica y caótica”, pero también generaría un “estrés de caja en 2025 para las micro, pequeñas y medianas empresas que tendrán que endeudarse para poder pagar esos impuestos adicionales”.
En esa misma línea, José Ignacio López, presidente de ANIF, dijo que “el aumento de retenciones en Colombia usualmente se da cuando hay una reforma tributaria que eleva los impuestos. En ese caso, las mayores retenciones ayudan a suavizar el efecto en caja del sector privado. En la actual coyuntura, en la cual no tenemos una nueva reforma, el efecto de las retenciones sobre la liquidez de las empresas puede ser el contrario”.
Este borrador de decreto estará para comentarios hasta el próximo 25 de abril. Sin duda, seguirá el debate en torno a la conveniencia del ajuste que propone Minhacienda.
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