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No, El Espectador no está promocionando productos Apple para el Black Friday

Delincuentes están suplantando la imagen de este medio de comunicación para engañar a sus víctimas en redes sociales. No caiga en la trampa.

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20 de noviembre de 2024 - 06:55 p. m.
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Diversas páginas en Facebook están distribuyendo una noticia falsa en la que, supuestamente, El Espectador informa sobre productos Apple que fueron incautados por la DIAN y que serán subastados a un precio “prácticamente grátis”.

Según la noticia falsa, la mencionada autoridad aduanera confiscó cerca de $10,5 billones en productos de la marca de la manzana, los cuales, aseguran, intentaron entrar de manera ilegal al país. En esta publicación también supuestamente el CEO de Apple, Tim Cook, le confesó a El Espectador que, efectivamente intentó evadir impuestos, lo que derivó en una pérdida millonaria. Recuerde, toda es información es falsa.

La historia creada por los criminales termina en que la DIAN adelantará una subasta para liquidar estos artículos, realizando una colaboración con Servientrega para adelantar los envíos de los productos en máximo tres días.

Para reforzar la fachada de su engaño, incluyen varios testimonios falsos de personas a las que supuestamente ya les llegaron estos artículos. “No creía que me llegaron productos tan buenos. Los compré y no me arrendaron en absoluto”, se lee en uno de estos.

Como en cualquier otro ataque de phishing, los criminales ponen un mensaje de urgencia diciendo que esta oportunidad es por tiempo limitado y, para no desaprovecharla, la persona debe reaccionar rápido y comprar los supuestos productos (pagando $147.900).

Lea también: Criminales están robando la imagen de famosos para estafar a sus víctimas

La manifestación del engaño está en un formulario que le hacen diligenciar a las víctimas, el cual se encuentra al final del artículo. Allí piden datos como nombres, apellidos, número de Whatsapp, dirección de residencia, departamento y ciudad.

Con la intención de investigar qué es lo que verdaderamente quieren los delincuentes con esta trampa, diligenciamos el formulario con información falsa. También nos pusimos en contacto con ellos por Whatsapp, mediante un número de teléfono que no es personal.

Lo que encontramos es un chat que tiene un indicativo de Brasil. Manifestamos nuestra intención de recibir nuestro producto Apple. La única respuesta que conseguiremos, por más que insistimos en tener una conversación es que en los próximos días el supuesto artículo llegará a la dirección que pusimos, y que el pago se realizará en contraentrega.

¿Qué ganan estos criminales?

Obviamente no creemos que los supuestos artículos vayan a llegar a la puerta de la dirección que pusimos, por lo que tampoco se efectuaría el supuesto pago contra entrega.

Al parecer, el objetivo de estos delincuentes apunta a fines más oscuros, pues al recabar información tan sensible como el número de teléfono de una persona, así como su dirección y nombre completo, lo que podrían estar haciendo es armando una base de datos para, posteriormente, adelantar extorsiones.

Esta es una problemática latente en el país. Muchas de estas llamadas se hacen desde centros carcelarios, donde los criminales logran intimidar a sus víctimas haciendo que estas les transfieran importantes cantidades de dinero.

No crea en todo lo que le sale en internet

En reiteradas ocasiones hemos denunciado en El Espectador cómo la suplantación de identidad en redes sociales está cobrando fuerza. La principal recomendación que hacen los expertos que hemos consultado en esta materia es la de desconfiar.

Si la oferta que usted encuentra en redes sociales es demasiado buena para ser verdad, desconfíe.

Sí aún usted le quiere dar el beneficio de la duda, consulte con las fuentes oficiales de esa supuesta información. En este caso lo que se puede hacer es buscar en la página oficial de El Espectador si la mencionada información se publicó; en otros casos, donde se suplanta la identidad de empresas u organizaciones, también se puede llamar a sus oficinas, o escribir a sus canales oficiales, para preguntar sobre la veracidad de esa información.

No suministre datos personales, especialmente aquellos que puedan considerarse sensibles como números de teléfono, direcciones, información bancaria o claves de sus redes sociales o correos electrónicos.

Finalmente, reporte estos engaños. Cuesta creer, y esto también es algo que hemos denunciado en reiteradas ocasiones en El Espectador, que plataformas como Facebook se presenten para impulsar la carrera delincuencial de estas personas, ya que permiten que se promocionen estos anuncios con información falsa, lo que permite que su trampa llegue a más personas.

Para que el algoritmo de la red social identifique este contenido y lo dé de baja, usted puede reportarlo.

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