“No invertimos irracionalmente”: Tigo - Une

Tigo-Une, la compañía que resultó de la fusión corporativa de hace más de año y medio, entregó sus resultados de 2015: un crecimiento en ingresos de 7,3% incluyendo todas las filiales, para un total de $5,3 billones, pero una pérdida neta de $309.000 millones.

Según la empresa, en 2015, “las inversiones estuvieron dirigidas al mejoramiento, modernización y ampliación de la infraestructura de telecomunicaciones, con el objetivo de mejorar la capacidad, el contenido, la calidad y la experiencia del cliente”.

La pérdida reportada se explica, según Tigo-Une, por el cambio de las normas contables, el pago de los impuestos producto de la reforma tributaria de 2014 y la devaluación, entre otros factores. En diálogo con este diario, Esteban Iriarte, presidente de la compañía, se refirió a los resultados y a algunos aspectos de la coyuntura del negocio de telecomunicaciones en el país.

¿Cómo se explica el aumento de los ingresos con una pérdida como la registrada?

En términos operativos la compañía funcionó muy bien, el plan de negocios se cumplió para 2015 y se cumplió en ingresos, márgenes y flujo de caja. En contabilidad, hay una pérdida. Cuando se descompone, el 100% de la pérdida en términos absolutos no tiene impacto en el flujo de caja de la compañía porque es simplemente un tema contable. Por ejemplo, hay $232.000 millones en pérdidas que corresponden a los intereses de una deuda que tenemos en dólares, esa deuda no hay que pagarla sino hasta 2020, pero tenemos que registrar que la deuda aumentó porque ahora con la devaluación es más grande. El corte fue a 31 de diciembre de 2015. Si hiciéramos ese corte hoy habríamos tenido ganancias por $50.000 millones con respecto a esa deuda, por la movida del tipo de cambio. También hubo cambios en las normas contables que generan pérdida, pero de las pérdidas sólo $36.000 millones son de flujo de caja que tienen que ver con el nuevo impuesto al patrimonio.

¿Cuáles fueron las mayores inversiones que hizo la compañía en 2015?

El año pasado se hizo un récord en cuanto a hogares pasados (a nuevas tecnologías), hemos mejorado nuestros productos con el ingreso del Fútbol Profesional Colombiano (a las transmisiones) y hemos tenido récord de inversión en términos de dinero invertido.

En días pasados, Jorge Castellanos, nuevo presidente de la ETB, aseguró que las grandes inversiones que hizo la empresa para meterse en el negocio móvil y de internet habían resultado en una difícil situación contable, y por eso dijo que la única salida es vender o asociarse. Con el agresivo plan de inversión de Tigo-Une, ¿cómo asegurar que son inversiones con retornos confiables?

Nuestras inversiones están a ratio normal, no hemos sobreinvertido. Tenemos nivel de endeudamiento que es el más bajo de la industria y hemos cumplido el plan de negocios. No hay nada de qué preocuparse, somos la única compañía móvil, de las tres grandes que hay, que salió con crecimiento de mercado y durante cuatro años hemos crecido a una velocidad mayor que nuestros competidores. No estamos invirtiendo de forma irracional.

¿Se puede interpretar que lo que han crecido es mercado que han mordido de los otros dos grandes (Claro y Movistar)?

Así es. Nuestra participación de mercado en todas nuestras líneas ha crecido con respecto al año anterior.

Se había dicho que el plazo que tenía Tigo-Une para decidir si cedía o devolvía al Estado el espectro radioeléctrico (condición que puso la Superindustria para la fusión) vencía en abril.

Esa propuesta venció y se presentó al Gobierno. Ya hemos devuelto 10 de los 50 MHz. Estamos en proceso de devolver los 40 MHz vaciando esa red de clientes transfiriéndolos a otras redes para poder liberar el espectro y devolverlo.

¿Cuál es el plazo para devolverlo?

Tenemos dos años más por delante.

¿Y qué expectativas tiene de la próxima subasta de la banda de 700 MHz?

Tenemos una impresión positiva, para nosotros es muy importante contar con bandas bajas. Esperamos que el gobierno avance y hemos escuchado declaraciones del Ministerio y de la ANE sobre que sería (la subasta) más sobre fin de año, nuestra expectativa es positiva.

Dado que ustedes comparten infraestructura con Movistar, ¿el conflicto por la reversión de bienes al Estado que hay entre el Mintic y Claro y Movistar los afecta en algo?

Es un conflicto ajeno a nuestra compañía. Con respecto a la compartición de infraestructura, esta es posterior al objeto de discusión que se está llevando a cabo con el gobierno. La infraestructura que compartimos es muy reciente en comparación con la de las compañías que estaba bajo otra regulación.

¿Ese tipo de conflictos con el Estado y por decisiones de los altos tribunales le genera dudas o algún impacto sobre la confianza inversionista?

Es un poco subjetiva esa mirada y quisiera ser objetivo. La decisión que tomaron mis inversionistas fue apostar en el país, a la creación de una compañía que requirió de una inversión enorme, más de mil millones de dólares se trajeron al país en inversión a finales de 2014.

Después de la apertura de pliego de cargos por parte de la Superindustria a Une por posible incumplimiento a la protección de datos de los clientes, ¿qué garantías pueden tener los usuarios de que esto no se repetirá o que no ocurrirá en el caso de Tigo?

Ese tema corresponde a algo que sucedió antes de la fusión, a principios de 2013. Tenemos 13 millones de usuarios sumando todos nuestros productos y servicios, y hablamos de sólo tres casos puntuales que estamos tratando de entender para dar una respuesta a la Superintendencia. No creo que amerite una preocupación desde el punto de vista de los usuarios de que sea algo que se hace de manera masiva o como una política interna de la compañía.

Tigo-Une, la compañía que resultó de la fusión corporativa de hace más de año y medio, entregó sus resultados de 2015: un crecimiento en ingresos de 7,3% incluyendo todas las filiales, para un total de $5,3 billones, pero una pérdida neta de $309.000 millones.

Según la empresa, en 2015, “las inversiones estuvieron dirigidas al mejoramiento, modernización y ampliación de la infraestructura de telecomunicaciones, con el objetivo de mejorar la capacidad, el contenido, la calidad y la experiencia del cliente”.

La pérdida reportada se explica, según Tigo-Une, por el cambio de las normas contables, el pago de los impuestos producto de la reforma tributaria de 2014 y la devaluación, entre otros factores. En diálogo con este diario, Esteban Iriarte, presidente de la compañía, se refirió a los resultados y a algunos aspectos de la coyuntura del negocio de telecomunicaciones en el país.

¿Cómo se explica el aumento de los ingresos con una pérdida como la registrada?

En términos operativos la compañía funcionó muy bien, el plan de negocios se cumplió para 2015 y se cumplió en ingresos, márgenes y flujo de caja. En contabilidad, hay una pérdida. Cuando se descompone, el 100% de la pérdida en términos absolutos no tiene impacto en el flujo de caja de la compañía porque es simplemente un tema contable. Por ejemplo, hay $232.000 millones en pérdidas que corresponden a los intereses de una deuda que tenemos en dólares, esa deuda no hay que pagarla sino hasta 2020, pero tenemos que registrar que la deuda aumentó porque ahora con la devaluación es más grande. El corte fue a 31 de diciembre de 2015. Si hiciéramos ese corte hoy habríamos tenido ganancias por $50.000 millones con respecto a esa deuda, por la movida del tipo de cambio. También hubo cambios en las normas contables que generan pérdida, pero de las pérdidas sólo $36.000 millones son de flujo de caja que tienen que ver con el nuevo impuesto al patrimonio.

¿Cuáles fueron las mayores inversiones que hizo la compañía en 2015?

El año pasado se hizo un récord en cuanto a hogares pasados (a nuevas tecnologías), hemos mejorado nuestros productos con el ingreso del Fútbol Profesional Colombiano (a las transmisiones) y hemos tenido récord de inversión en términos de dinero invertido.

En días pasados, Jorge Castellanos, nuevo presidente de la ETB, aseguró que las grandes inversiones que hizo la empresa para meterse en el negocio móvil y de internet habían resultado en una difícil situación contable, y por eso dijo que la única salida es vender o asociarse. Con el agresivo plan de inversión de Tigo-Une, ¿cómo asegurar que son inversiones con retornos confiables?

Nuestras inversiones están a ratio normal, no hemos sobreinvertido. Tenemos nivel de endeudamiento que es el más bajo de la industria y hemos cumplido el plan de negocios. No hay nada de qué preocuparse, somos la única compañía móvil, de las tres grandes que hay, que salió con crecimiento de mercado y durante cuatro años hemos crecido a una velocidad mayor que nuestros competidores. No estamos invirtiendo de forma irracional.

¿Se puede interpretar que lo que han crecido es mercado que han mordido de los otros dos grandes (Claro y Movistar)?

Así es. Nuestra participación de mercado en todas nuestras líneas ha crecido con respecto al año anterior.

Se había dicho que el plazo que tenía Tigo-Une para decidir si cedía o devolvía al Estado el espectro radioeléctrico (condición que puso la Superindustria para la fusión) vencía en abril.

Esa propuesta venció y se presentó al Gobierno. Ya hemos devuelto 10 de los 50 MHz. Estamos en proceso de devolver los 40 MHz vaciando esa red de clientes transfiriéndolos a otras redes para poder liberar el espectro y devolverlo.

¿Cuál es el plazo para devolverlo?

Tenemos dos años más por delante.

¿Y qué expectativas tiene de la próxima subasta de la banda de 700 MHz?

Tenemos una impresión positiva, para nosotros es muy importante contar con bandas bajas. Esperamos que el gobierno avance y hemos escuchado declaraciones del Ministerio y de la ANE sobre que sería (la subasta) más sobre fin de año, nuestra expectativa es positiva.

Dado que ustedes comparten infraestructura con Movistar, ¿el conflicto por la reversión de bienes al Estado que hay entre el Mintic y Claro y Movistar los afecta en algo?

Es un conflicto ajeno a nuestra compañía. Con respecto a la compartición de infraestructura, esta es posterior al objeto de discusión que se está llevando a cabo con el gobierno. La infraestructura que compartimos es muy reciente en comparación con la de las compañías que estaba bajo otra regulación.

¿Ese tipo de conflictos con el Estado y por decisiones de los altos tribunales le genera dudas o algún impacto sobre la confianza inversionista?

Es un poco subjetiva esa mirada y quisiera ser objetivo. La decisión que tomaron mis inversionistas fue apostar en el país, a la creación de una compañía que requirió de una inversión enorme, más de mil millones de dólares se trajeron al país en inversión a finales de 2014.

Después de la apertura de pliego de cargos por parte de la Superindustria a Une por posible incumplimiento a la protección de datos de los clientes, ¿qué garantías pueden tener los usuarios de que esto no se repetirá o que no ocurrirá en el caso de Tigo?

Ese tema corresponde a algo que sucedió antes de la fusión, a principios de 2013. Tenemos 13 millones de usuarios sumando todos nuestros productos y servicios, y hablamos de sólo tres casos puntuales que estamos tratando de entender para dar una respuesta a la Superintendencia. No creo que amerite una preocupación desde el punto de vista de los usuarios de que sea algo que se hace de manera masiva o como una política interna de la compañía.