Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Tan pronto escuchó la noticia, Juan Carlos Jaramillo comenzó a llorar. Del otro lado de la línea le hablaba su jefe: “Juan, nos ganamos el premio”. Apenas llevaba cinco meses como director comercial del Laboratorio Médico Echavarría y, sin ninguna duda, ése era su mayor logro: fueron los únicos, entre más de 300 empresas paisas, en recibir el premio de categoría oro por su desempeño en apoyo diagnóstico. La distinción la entregaba la Alcaldía de Medellín. “Sentí una cantidad de cosas... Vi un panorama enorme de crecimiento y de desarrollo. Eso es algo indescriptible”, confiesa hoy, aún emocionado.
Este reconocimiento ha sido el punto más alto para una historia que comenzó en la capital antioqueña en 1948, cuando, tras haberse especializado en Hematología en Nueva York, el doctor Alberto Echavarría regresó a su ciudad natal para fundar su propia empresa. Los primeros años transcurrieron entre consultas médicas y análisis de laboratorio, y sólo once años después, en 1959, la naciente empresa comenzó a prestar su servicio de banco de sangre.
Sin embargo, el punto de inflexión llegó en los años 90 con la muerte del fundador y la sucesión de su hija, la doctora Elsa Echavarría, especialista en Microbiología y Gerencia de la Salud Pública. A partir de ese momento el laboratorio dio inicio a su expansión, siendo el primer paso la apertura de una sede en Manizales, para 1997.
Hoy cuenta con sucursales en Bogotá, Montería y Cali, y tiene proyectos de abrir nuevas oficinas este año en Barranquilla; en carpeta está la expansión a Pereira y Bucaramanga. En este proceso invirtieron cerca de $4.000 millones para adquirir tecnología de punta nunca antes vista en el país, con la cual pueden procesar cerca de 800 exámenes en una hora. “Somos un laboratorio de referencia en biología molecular, microbiología y hematología”, comenta Jaramillo, quien revela que están desarrollando una unidad para analizar muestras toxicológicas.
Y es esta historia la que triunfó a finales del año pasado, al convertirse en la única empresa antioqueña en recibir el galardón oro en su modalidad. “El concurso exigía que no podíamos tener ni la más mínima posibilidad de error para el manejo de las muestras y los resultados”, dice un exultante Jaramillo. Desde entonces, hasta el mismo Ministerio de la Protección Social los ha visitado para certificar sus procesos.
“¿Qué sigue de aquí en adelante? La meta no es mantener este reconocimiento, sino superarlo”, admite el ejecutivo. Entre los planes próximos del Laboratorio Echavarría se encuentra una expansión a Centroamérica, colaborar más de cerca con facultades de medicina, microbiología y bacteriología, y diversificar su portafolio de clientes. “Ser reconocidos como el laboratorio más confiable en el país”, es el sueño de su director comercial.