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En medio de acusaciones mutuas entre trabajadores y Gobierno porque las reuniones de la mesa de concertación salarial, donde se definirá el aumento en el salario mínimo para el próximo año, aún no comienzan, las centrales obreras (CUT, CGT, CTC y CPC) presentaron oficialmente los pedidos con los que irán a la misma el próximo 9 de diciembre: incremento del 14% en el salario, 20% en el subsidio de transporte y 10% en el salario de trabajadores del sector público.
“Si lo ponemos en cifras reales, eso significa un incremento de $64.610 al mes o $2.153 al día, y estoy seguro de que ninguna empresa se va a quebrar por $2.153”, aseveró Julio R. Gómez, secretario general de la CGT.
Pero empresarios y Gobierno no lo creen así e insisten en que con la crisis mundial y la desaceleración de la economía doméstica, el aumento no debe ir más allá del 6%.
Para el ministro de Hacienda, Óscar I. Zuluaga, un desproporcionado aumento, como el que plantean los trabajadores, sólo llevaría al encarecimiento de la mano de obra y a que sea aún más difícil generar empleo de calidad.
En el mismo sentido, el ministro de Protección Social, Diego Palacio, a quien los sindicatos acusan de falta de voluntad política para sentarse a negociar, advierte que un 14% es imposible y que con la actual situación por la que pasa la economía, las decisiones que se tomen en esta materia deben ser “prudentes, porque la situación no está para plantear ilusiones que serán muy complicadas de cumplir”.
La visión de los gremios es la misma que la del Ejecutivo y creen que ir más allá de las reales posibilidades de las empresas sólo generará más desempleo e informalidad.
“El pedido del 14% es desproporcionado y no consulta las realidades económicas de los empresarios pymes. En la mesa se debe buscar un sano equilibrio en el sentido de que la clase trabajadora no pierda su poder adquisitivo y ese aumento debería hacerse con base en la inflación causada y más cercano al 7%”, sostiene Norman Correa, presidente de Acopi, gremio que agrupa a la pequeña y mediana empresa.
De la misma manera, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, Luis C. Villegas, advirtió que “este año será imposible tener ganancias reales en el aumento al salario mínimo, pues la menor demanda y las restricciones en el crédito ya están afectando el empleo y la generación del mismo en el sector”.
Para las centrales obreras, sin embargo, los argumentos de la contraparte son siempre los mismos “y no entendemos cómo pretenden que el consumo se reactive si el salario de cinco millones de trabajadores y de 400 mil pensionados es tan poco que les toca decidir entre pagar el arriendo o comer. Al Gobierno y a los empresarios les falta voluntad y no tienen en cuenta que en este año el poder adquisitivo del salario se ha reducido 3,5% y el costo de la canasta familiar para hoy es de $970 mil”, insiste Tarsicio Mora, presidente de la CUT.
Por esa razón, la principal exigencia de los trabajadores es que en la mesa se traten otros temas, además del salario mínimo, como “la tercerización, la reforma laboral y el desmonte de la seguridad social”, sobre los cuales los gremios ya dijeron que no piensan discutir en las reuniones que se inician la próxima semana y que irían hasta el próximo 15 de diciembre.