“No todos tenemos las habilidades para ser emprendedores”: Juliana Barreto

La abogada que hace parte del equipo de inversionistas de “Shark Tank Colombia”, ha conocido de cerca ideas de negocio y las aptitudes de emprendedores que han pasado por el programa.

Ingrith Gómez Morales/ igomez@elepectador.com / @IngrithGomez23
10 de octubre de 2018 - 03:21 p. m.
Juliana Barreto tiene 37 años y es la única mujer del programa “Shark Tank Colombia”. / Pixabay
Juliana Barreto tiene 37 años y es la única mujer del programa “Shark Tank Colombia”. / Pixabay

¿Quién es Juliana Barreto?

Soy una abogada especialista en recursos humanos y ventas. Trabajé mucho tiempo en el sector de automóviles, pasando por varios cargos. Luego me desenvolví en campo de selección y hunting. Trabajé en formación de vendedores y en entrevistas para grandes ejecutivos; esto fuera del país. Cuando regresé me vinculé con la empresa familiar que se llama Productos La Carreta, donde se hacen algunos de los productos dulces que consumen los colombianos.

¿Qué es La Carreta?

La Carreta es una empresa familiar que lleva 33 años en el mercado. Fue fundada por mis padres. Es una industria agropecuaria donde producimos leche condensada, salsas de frutas, arequipe, manjares blancos, entre otros, para todo el país y el exterior. Los productos se los vendemos tanto a grandes clientes —por ejemplo las paletas con leche condensada—, como a compradores pequeños —un ejemplo es la oblea que te comes en la calle y te la vende cualquier persona que se está formando como pequeño empresario—. Todos tienen acceso a productos nuestros.

Es uno de los tiburones en el programa “Shark Tank”. ¿Cómo terminó una abogada, especialista en recursos humanos, nadando en un océano de inversionistas?

Terminé por casualidad. Recibí una llamada del Canal Sony, donde me invitaban a participar en este gran reto. Yo conocía el formato perfectamente, porque es una propuesta que se ha producido en más de 32 países: empezó en Japón, donde el programa se llamaba Money Tigers, después en el Reino Unido, como Dragon’s Den, y el que más conocemos es Shark Tank, de Estados Unidos, y se ha hecho ahora en México, Brasil y Colombia.

Asumí el reto con toda la responsabilidad, ya que soy la única mujer de este panel de tiburones furiosos, por eso mismo presto especial atención a las mujeres emprendedoras, a pesar de prestarle atención a todo el mundo.

Al ser la única mujer en el programa, ¿cómo ha sido el reto y cómo lo han tomado los emprendedores?

Básicamente, el rol que asumo es igual al de los otros tiburones, solo que les presto mayor atención a las emprendedoras, porque sé que las mujeres tienen muchos roles. Además de ser emprendedoras son madres cabezas de familia, lo que las hace mucho más valiosas y genera muchos más aplausos.

Entre las dificultades que he vivido es que a veces me tildan de muy estricta, muy directa, y tal vez las mujeres somos más espontáneas y se nos nota más cuando percibimos algo en el emprendedor. Aunque digo las cosas como son, trato de hacerlo de la manera más respetuosa y dulce posible, pero siempre con la verdad, y si alguien merece mucho entusiasmo y cariño, así lo sentirá en el programa.

¿Por qué a los colombianos nos cuesta tanto vender una idea de negocio?

Porque no nos enseñaron a vender ideas de negocio y, sobre todo, el emprendimiento es algo que está muy de moda y ahora todo el mundo quiere ser emprendedor y es válido, pero no todos tenemos las aptitudes y las habilidades para serlo.

Las personas creen que pueden montar un negocio y volverse millonarias en un año y no volver a trabajar, pero resulta que no, el emprendedor trabaja el triple, sufre, se preocupa por pagar la nómina de sus empleados, entre otras cosas. Al final, lo importante es distinguir si tienes alma de emprendedor y, de esa manera, luego de tener una idea de negocio te puedes lanzar al tanque y ver los errores como oportunidades de mejora.

Trabajó en el sector automotor y ahora está en el de los alimentos. ¿Qué del primero le está sirviendo para la operación y expansión internacional del segundo?

Del sector automotor aprendí muchas cosas, debido a mi paso por las diferentes áreas. Aprendí a ser jefe, líder, una persona que dirige a sus equipos de trabajo y que los ayuda a desarrollarse. En la industria de los alimentos he podido mezclar mis habilidades de liderazgo y de competencias manejando una fábrica donde tenemos un poco más de 80 empleados directos y otros muchos indirectos.

¿Por qué nacen tantas empresas pero sobreviven tan pocas?

Creo que muchas se equivocan ejecutando, porque es muy fácil tener una idea, pero lo difícil es llevarla a cabo. Muchas veces es porque no se rodean con equipos de trabajo que suplan las necesidades que tienen y que requiere el proyecto. Es importante que el equipo esté conformado por personas que tengan diferentes habilidades y cada una sepa cuál es su rol.

La gente cree que innovar es tecnología, que se restringe a ello. Para usted, ¿qué es innovación y cómo aplicarla en las empresas tradicionales?

Innovación no solo es tecnología. En mi sector de alimentos se refiere a cambiar un alimento en su sabor o forma y hasta en ceñirte en lo que está pidiendo el mercado, por ejemplo, alimentos bajos en calorías o sin azúcar. Entonces innovar es buscar una fórmula donde este alimento que es indulgente lo puedas mantener siendo muy rico, pero que cumpla con lo que quiere la gente.

Innovar es revisar todas las ideas que hay en un tablero, ponerlas como si fueran puntos y unirlas unas con otras buscando una idea nueva. Entre mayor sea el trayecto entre un punto y otro, más innovación hay.

¿Cómo refrescar a un equipo comercial que no quiere entender la transformación digital o no la ha podido adoptar, para que piense en el consumidor y en el producto de hoy y sea exitoso en su gestión?

Cada equipo es diferente y tiene su tiempo para adoptar los temas digitales. Allí es importante revisar quién del equipo de trabajo es bueno para ayudar con esa adaptación, porque impulsar a las personas que llevan muchos años en una organización a que se vuelva digital es muy complicado, pero pueden aprovechar a personas jóvenes que ya vienen con el chip de la tecnología y así sacar más provecho. Esa mezcla entre lo tradicional y lo digital genera resultados más productivos.

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Por Ingrith Gómez Morales/ igomez@elepectador.com / @IngrithGomez23

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