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Normatizan el “fracking” en EE.UU

La nueva regulación de la administración Obama no fue bien recibida por la industria de petróleo y gas esquisto estadounidense.

Barney Jopson (Washington) / Financial Times
23 de marzo de 2015 - 02:30 a. m.
Gracias al “fracking ”, Estados Unidos es el principal productor de gas del mundo.  / Bloomberg
Gracias al “fracking ”, Estados Unidos es el principal productor de gas del mundo. / Bloomberg
Foto: Bloomberg - Patrick Fallon

La administración Obama ha dado su mayor paso en el camino para regular el fracking en los territorios federales tras imponer nuevas salvaguardas medioambientales a esta práctica, que ha convertido a Estados Unidos en una potencia energética de petróleo esquisto y que ha cambiado el mercado mundial de crudo.

En una movida que será vista de cerca por otros países que debaten el desarrollo del esquisto, la administración dijo el viernes pasado que podría introducir nuevas reglas para evitar que el fracking contamine el agua en los territorios federales, en donde más de 100 mil pozos han sido perforados.

Las reglas fueron rechazadas por la industria de petróleo y gas, un reflexivo enemigo del presidente Barack Obama. Pero la Casa Blanca es reacia al refutar el boom energético que ha generado trabajo, ha bajado los precios del crudo y ha promovido la autosuficiencia de Estados Unidos.

“Esto no debería interponerse en el camino de la revolución del esquisto de ninguna manera. No es extremadamente estricto, explicó Rachel Pierson, analista energética de Beacon Policy Advisors. Además, mencionó que dejará a la industria seguir funcionando.

Brian Deese, asesor senior de la Casa Blanca, mencionó que la nueva legislación buscará “un apropiado balance” entre la salud, la seguridad, y el crecimiento económico de una industria que ha dado una gran contribución en la recuperación de los Estados Unidos.

A pesar de las crecientes preocupaciones de las regiones dependientes de la energía Rusa las inquietudes medioambientales han retenido al fracking en Europa, y sobresalen casos como el de Francia y Bulgaria que tienen prohibiciones totales.

Sally Jewells, secretaria del interior de los Estados Unidos, reconoció que el explosivo desarrollo del esquisto bajo la administración Obama ha dejado cortas las regulaciones. “necesitamos actualizar nuestras legislaciones para asegurarnos que puedan soportar la nueva tecnología”, explicó la funcionaria.

La nueva legislación cubrirá la integridad de los taladros, los dispositivos de desperdicios de agua y la divulgación publica de los químicos del fracking.

“Territorios Federales” fueron las nuevas regulaciones que se aplicaron a cerca del 11% de los centros de producción de petróleo y gas en los Estados Unidos. Pero la Casa Blanca quiere normas que sirvan como herramienta para los reguladores estatales, quienes supervisan a la industria de hidrocarburos.

El fracking es una práctica que involucra un coctel de agua con químicos inyectados bajo presión a rocas de esquisto con el fin de fracturarlas y liberar el petróleo y el gas atrapados en ellas.

Aunque el desplome de los precios del petróleo ha enfriado los descubrimientos, la producción de esquisto aumentó el promedio de extracción de petróleo de Estados Unidos en cerca de 5 millones de barriles diarios y lo convirtió en el principal productor de gas del mundo.

Obama celebró el buen dinamismo de la industria del gas en los Estados Unidos porque produce menos contaminación que el carbón a la hora de quemarse y generar energía.

Jewells reconoció tener preocupaciones en torno al efecto del fracking sobre las aguas subterráneas. Además mencionó que las nuevas normas son esenciales para el desarrollo responsable de producción de esquisto.

Algunos grupos medioambientales siguen inconformes con el entusiasmo de Obama por el petróleo y el gas esquisto. De acuerdo con Athan Manuel, director de protección de tierras de Sierra Club, “ha sido una frustración para nosotros cuando se observa que el presidente de los Estados Unidos ha hecho cambios históricos en la política ambiental. Pero si analiza su trabajo en lo concerniente a mantener los combustibles fósiles en el suelo, se nota que tiene muchos menores logros”.

Por Barney Jopson (Washington) / Financial Times

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