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“Nos empobrecimos”

Hernando José Gómez, exdirector del DNP y excodirector del Banco de la República, habla de lo que le ha dejado al país la caída del petróleo y la subida del dólar. Recomienda intervenir el mercado cambiario.

Edwin Bohórquez Aya
30 de agosto de 2015 - 02:00 a. m.

Hernando José Gómez escucha con atención, guarda un estratégico silencio antes de responder y cada frase que suelta parece que fuera ajustada con un preciso reloj suizo. Economista de los Andes, máster de Yale, exdirector del Departamento Nacional de Planeación, excodirector del Banco de la República y, más recientemente, por un año largo nombrado el Zar del TLC entre Colombia y Estados Unidos, es ahora uno de los consultores en comercio internacional, regulación pública y competitividad que más puede hablar con autoridad en materia económica del país. Por eso, justo en medio de una volatilidad que les cobró miles de millones de dólares a las bolsas del mundo, un dólar por arriba de los $3.200 y un barril de petróleo abajo de los US$40, le hecha un vistazo al país y suelta algunas recomendaciones.

¿Sí es cierto que en China hay una burbuja a punto de estallar? ¿Qué le espera a la economía mundial? ¿Y a Colombia?

China estaba en un proceso de transición de una economía que crecía al 10%, con una población supremamente pobre, a ser una economía de ingreso medio con 500 millones de personas en la clase media. Los salarios en toda la zona costera de China se incrementaron, tanto así que varios inversores chinos se han ido hacia Vietnam donde consiguen salarios más bajos, porque sus plantas ya no son competitivas en la misma China. Vemos que el menor crecimiento de la economía mundial, y en particular de las economías emergentes, afecta las exportaciones chinas. Esto llevó a que la economía de ese país pasara de un crecimiento de dos dígitos a uno de 6 o 7%. Eso evidentemente ha generado un reacomodo. Todo eso combinado ha llevado a los analistas y a los mercados a estimar que China no va a ser esa locomotora de la economía mundial y que por ende llegó el ajuste generalizado. Y para Colombia, pues se transforma en menores compras desde China de productos básicos como el carbón, el ferroníquel y el café.

Hay quienes dicen que se podría atacar la disparada del dólar haciendo que, por ejemplo, Ecopetrol traiga parte de sus recursos al país...

El punto fundamental es que con el deterioro en los términos de intercambio que sufrimos el país es más pobre. Un producto básico que estábamos exportando a US$100, ahora lo vendemos a US$40, entonces nos empobrecimos y eso hay que reconocerlo. Afortunadamente el Emisor tiene un régimen de tasas flexible que permite que buena parte del ajuste se dé rápidamente a través de la devaluación. Ahora, pensar en poner a Ecopetrol a estabilizar el mercado cambiario es equivocado, porque esa no es la función de la petrolera. El que debe decidir si interviene en el mercado cambiario es el Emisor, en coordinación con el Ministerio de Hacienda. Punto.

¿El Emisor debe hacer intervención bancaria?

Hay que dar dos elementos. Uno es el de Guillermo Calvo cuando dijo que hizo un análisis de reservas óptimas frente a situaciones de eventual crisis internacional, y miró cómo estaban los diferentes países. Encontró que Colombia debería tener una acumulación de reservas de US$15.000 millones más de lo que estamos observando. Eso no nos deja tranquilos.

Por otra parte, hay que entender que normalmente el mercado cambiario sobrerreacciona, porque es volátil, porque los mercados financieros se ajustan más rápidamente por precio que por cantidades, entonces todo eso lleva a un a sobrerreacción. Entonces el dilema del Banco Central es cuándo intervenir. Soy de los que piensan que a la tasa de cambio actual ya el banco podría estar interviniéndolo para reducir volatilidad. Lo podría hacer y eso apoyaría su decisión de no subir la tasa (interés). Lo que no es muy consistente es dejar la tasa quieta y no intervenir en el mercado cambiario.

De los estudios que he hecho en el pasado mirábamos la destorcida del petróleo. Allí se muestra que más o menos cada US$10 en la caída del precio del petróleo implica un ajuste de unos $250 en la tasa de cambio. El ajuste que hemos tenido es del orden de los $1.400-$1.450. Eso quiere decir que estamos muy cerca del nivel de equilibrio, en donde el banco podría pensar que si interviene en el mercado cambiario lo haría con credibilidad frente a los operadores del mercado.

¿Y esa intervención qué impacto tendría?

En este momento esa intervención ayudaría a dos cosas: una, a darle tranquilidad al mercado, y segunda, ayudaría a anclar las expectativas de inflación. Lo que pasa hoy es que cuando la tasa de cambio sube $100 o $200, la gente se queda con una menor utilidad, ajusta sus márgenes de producción, reduce costos y lo maneja. Pero cuando estamos en estos niveles de devaluación, para lo que llaman los economistas el pass through (efecto de la tasa de cambio a la inflación). Y es en ese momento que señales que ayuden a anclar las expectativas de inflación, como la intervención en el mercado cambiario, podrían ser muy positivas.

¿Ve riesgos en los ingresos de los colombianos y, por esa misma vía, problemas para pagar sus deudas?

Obviamente una reducción en el ingreso por cuenta de los productos básicos ya le genera un menor ingreso al Gobierno del orden de $15 a $20 billones, y eso va a repercutir en un proceso de ajuste que va a tener costos. Eso no se puede negar. La economía empieza a crecer a una tasa de expansión más baja. Lo que tenemos que buscar es que ese costo del ajuste sea el menor posible. Las perspectivas de crecimiento para este año no superan de ninguna manera el 3% y para el próximo hay quienes son más pesimistas. Los años 2015 y 2016 van a ser de ajustes. Indudablemente espero que eso se refleje en un incremento moderado de la tasa de desempleo. Por eso es importante aprovechar los mercados internacionales. Si seguimos pensando que el ajuste se va a dar solamente por tasa de cambio, estamos equivocados. Necesitamos reformas claras, por ejemplo, si fuera decisión mía, presentaría una reforma tributaria estructural al Congreso. Allí se tendrían que incluir seguramente un incremento del IVA y una reducción en el número de exenciones, porque sin eso es imposible hacer una reforma tributaria estructural. Seguramente vamos a tener una mayor tributación de renta sobre las personas, porque si seguimos actuando sobre las empresas vamos a perjudicar la inversión.

También tenemos que ser capaces de aprovechar los instrumentos que ya tenemos. Las zonas francas permanentes que permiten reducir costos de logística, conseguir competencia laborales, se trata de cómo utilizar esos instrumentos para aumentar las exportaciones.

Es hacer lo que debimos haber hecho hace mucho rato...

Sí, tenemos que movernos más activamente y tomar decisiones.

Usted dijo en el informe del PNUD que si el petróleo caía por debajo de los US$60, Colombia perdería diez años en la lucha contra la pobreza. Y hoy está por debajo de los US$40. ¿El país entonces es tan pobre como en 2005?

No, espero que podamos hacer la alarma adecuadamente. Lo que mencionábamos en ese estudio era cómo se impactaría la economía colombiana, para que abriera los ojos, que no iba a ser temporal sino estructural, como se está viendo, que esto implica la necesidad de ser conscientes de que por dos o tres años vamos a tener tasas por debajo del potencial de la economía (si el potencial es 4,5%, vamos a crecer en el orden del 3%), pues esto nos va a afectar la capacidad de generación de empleo. Lo que decíamos era que podíamos retroceder entre dos y tres años en la lucha contra la pobreza, pero que lo que teníamos que buscar era minimizar ese costo con la integración a la economía mundial y acceso a precios internacionales a los insumos, a la maquinaria y a los equipos que requerimos.

Pero entonces, sí somos más pobres…

Sí, claramente, el país es más pobre.

¿Hasta dónde más va a caer el precio del crudo?

La producción en EE.UU. ha mejorado y reducido sus costos, es más eficiente. Si bien el mercado ya ha descontado ese millón de barriles de Irán, evidentemente impactará y mantendrá el precio por debajo de los US$40. He estado leyendo a analistas que dicen que en los próximos dos años el petróleo puede estar cerrando entre los US$30 y los US$40. Otros dicen que entre los US$40 y los US$50. Pero nadie habla más allá de US$50. Si uno cree que el precio del petróleo va a volver a subir a US$80 o US$100, pues no, eso no va a volver a subir hasta allá. Ajustemos a lo que es. Es que los inventarios están en máximos históricos, ya no cabe ni un barril de petróleo más en ninguna parte.

Por Edwin Bohórquez Aya

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