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El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) detectó un nuevo foco de fiebre aftosa en el corregimiento de Carraipia, en el municipio de Maicao, en La Guajira, que afectó 23 animales de la especie porcina.
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El predio, que pertenece a la comunidad indígena Wayuu y ya se encuentra en cuarentena, está conformado por 27 cerdos, de los cuales 23 presentaron signos clínicos compatibles con la enfermedad y 20 murieron.
La información la reveló el Ministerio de Agricultura y aseguró que el hallazgo es resultado de las medidas de vigilancia y control establecidas en diferentes zonas del país. Por lo pronto, el ICA instaló un puesto de control en el predio afectado para realizar todas las acciones contenidas en los protocolos establecidos en este tipo de situaciones.
A comienzos de este mes las entidades anunciaron otro foco de la enfermedad en un predio rural de Sogamoso en el departamento de Boyacá y uno más en el municipio de San Diego (Cesar). A pesar del plan de acción sanitario (cuarentena, limpieza, desinfección, control, vacunación, sacrificio de animales, etc.) existe un riesgo latente que llevó a Rusia a suspender las importaciones de carne colombiana, uno de los mercados más importantes para este producto.
De hecho, los nuevos focos hicieron que el país perdiera el estatus sanitario de territorio libre de aftosa con vacunación a principios de este mes. Este había sido recuperado apenas a finales del año pasado luego de una crisis por la aparición de la enfermedad en junio de 2017 y tras completar nueve años sin registro.
El titular de la cartera, Andrés Valencia, hizo un llamado urgente a los ganaderos, quienes deben constituirse en centinelas, denunciando los casos de contrabando y alertando a las autoridades sanitarias para que ejerzan un buen control en los territorios.
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Por ahora se trabaja en el fortalecimiento de los esquemas de vigilancia para evitar, controlar y detectar a tiempo estos casos de brotes a lo largo del territorio nacional, especialmente en los departamentos fronterizos.
Por Redacción Economía.
