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Pensar en el crecimiento de largo plazo en medio de una crisis

Carolina España, representante del Banco de Desarrollo de América Latina, habla de la inversión en infraestructura y la integración regional como oportunidades de desarrollo en Colombia, de cara a una recuperación económica.

Santiago La Rotta
25 de junio de 2020 - 02:00 a. m.
Pensar en el crecimiento de largo plazo en medio de una crisis
Foto: Getty Images

Para este punto nadie parece dudar que los coletazos de la pandemia por la expansión del nuevo coronavirus generarán la peor crisis económica en el país, y en buena parte de la región, con un aumento en desempleo, informalidad y pérdidas en poder adquisitivo, así como en logros sociales que tanto le han costado al continente. “Nos preocupa que la región pueda salir de esta crisis más endeudada, más pobre y enojada”.

Las palabras son de Alicia Bárcena, secretaria general de la Cepal, pronunciadas durante el evento de conmemoración de los 50 años del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que se celebró oficialmente hace un par de semanas.

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Los bancos de desarrollo son unas de las primeras instituciones en ser llamadas a responder para sobreaguar la crisis económica y social generada por la pandemia, pues su función, justamente, es impulsar el crecimiento de los países; una labor más que necesaria cuando el resto de los indicadores muestran una contracción.

Entonces, ¿cómo impulsar las economías de la región, y a las personas que las componen, en medio de un tiempo que supone los desafíos más extremos a escala global?

En medio de un tiempo que constriñe la vida diaria, que ciertamente privilegia las miradas (y acaso las políticas) endógenas, la CAF insiste en pensar regionalmente, en un colectivo continental desde el punto de vista económico. “Hay muchísimas oportunidades de comercio intrarregional que han sido poco desarrolladas en América Latina. Pensar en un desarrollo endógeno nos podría conducir a errores del pasado. Hay que identificar en la región cuáles son las sinergias más importantes con nuestros países vecinos”, dice Carolina España, representante del Banco de Desarrollo para Colombia.

El país es uno de los miembros fundadores de la CAF y, actualmente, se encuentra recibiendo apoyos y créditos directamente relacionados con la crisis derivada de la expansión del nuevo coronavirus. De acuerdo con España, el país representa un 11 % de la cartera total de la entidad financiera multilateral. “Estamos haciendo un esfuerzo bastante importante este año aprobando US$16.000 millones para los países. Se puso a disposición de los miembros una línea de crédito para atender emergencias sanitarias de US$350 millones. Colombia está en el proceso de instrumentar US$50 millones. También se estructuró una línea de US$2.500 millones para atender directamente la emergencia y ya se están instrumentando US$350 millones para el país. A esto se le suman US$400.000 en ayuda humanitaria que recibió el Ministerio de Salud para incrementar su respuesta rápida en términos de compras de material de protección y dotación para los hospitales nacionales”.

Además de estas líneas de crédito, según España, también hay una iniciativa para apoyar a los bancos de desarrollo de toda la región para que estos, a su vez, les den una mano a las pequeñas y medianas empresas. “En el caso de Colombia, estamos trabajando con Bancóldex y Findeter; en el segundo caso, estamos más centrados en ayudar a las empresas de servicio público, que sabemos que tienen problemas de liquidez”.

La Cepal estima que, por cuenta de esta crisis, 16 millones de personas en toda la región podrían pasar a engrosar el preocupante renglón de pobreza extrema (lo que elevaría la cuenta a 83 millones de personas en países latinoamericanos).

El nuevo coronavirus y los efectos de la pandemia que ha desatado afectan desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables y, en últimas, se ceban de las desigualdades sistémicas de las sociedades. ¿Cómo pensar en una recuperación económica que incluya una social? Desde el punto de vista macro de la CAF, España responde que “hay que fortalecer los sistemas de protección social. Buscar la generación de empleo. Eso es lo que va a contribuir a reducir esas desigualdades y aminorar la pobreza. Para lograr esto es necesario tener un mayor crecimiento en el largo plazo. Y para incrementar el crecimiento sí hacen falta reformas pensionales y, tal vez, otra reforma tributaria”. La representante del Banco de Desarrollo añade que  “también es necesaria la inserción de Colombia en los mercados internacionales, así como la inversión en infraestructura y profundizar en la expansión de los mecanismos de descentralización, porque es evidente que hay una desigualdad social y territorial, y con este choque hay un riesgo grande aumentar el nivel de pobreza: hay una clase media muy vulnerable”.

La visión de largo plazo aparece en este escenario como un asunto fundamental porque, claro, la pandemia impone un nivel de urgencia, pero la crisis está hablando elocuentemente de problemas estructurales, en últimas: informalidad laboral, desigualdad social, estancamiento en productividad, por mencionar algunos.

Para Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía (quien también estuvo presente en el acto de conmemoración de los 50 años de la CAF), “los bancos de desarrollo cumplen un papel fundamental en atender la pandemia, porque se requiere pensar en el largo plazo y el sistema financiero opera en el corto. Se trata de retos financieros, pero también sociales. Los bancos comerciales prestan mucho en un sector y poco en otros y, a la larga, tienen incentivos para endeudar a los países”. Algo que España complementa al decir que “justamente, parte del rol es apoyar la provisión de liquidez y de capital de trabajo: dadas las condiciones de la crisis, hay una cantidad de productos financieros que desaparecen del mercado”.

América Latina tiene, en términos generales, un grave problema de productividad que, claro, podría verse seriamente impactado por el golpe global de la pandemia. De acuerdo con cifras del propio Banco de Desarrollo, en 50 años, el peso de América Latina en el comercio internacional pasó de ser 5,5 a 5,6 %, por ejemplo.

Según España, algunos de los motores del crecimiento a largo plazo, que se conjugan con la visión de integración regional, incluyen la construcción de infraestructura y el mejoramiento de renglones como logística y agro. “Estamos revisando las líneas de trabajo, pero creemos igual que el tema logístico es importantísimo para el país. Adicionalmente, el sector agropecuario presenta muchas oportunidades de crecimiento y es vital, además, en asuntos como la seguridad alimentaria; ahí hay una fuente futura de ingresos por exportaciones tanto en la región como por fuera de ella”.

La representante de la CAF concluye que “este es un momento en el que, a pesar del golpe, existe la oportunidad de crear nuevos negocios y reinventar otros, a través del uso de tecnología. También es una oportunidad para buscar una economía más baja en emisiones de carbono, más sostenible: tenemos que cambiar nuestra lógica como seres humanos; los Estados tienen una gran responsabilidad en proponer políticas públicas, pero somos los ciudadanos quienes debemos tener más conciencia”.

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