Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Ni las advertencias de la Contraloría Distrital respecto a las posibles irregularidades en el proceso de adjudicación del chance ni las peticiones de cerca de 13 mil vendedores del juego de azar para que se revisara el contrato fueron un impedimento para que el miércoles la Lotería de Bogotá le entregara el contrato de $2,3 billones por cinco años al grupo empresarial en línea Gelsa.
Varios son los reparos que el ente de control le hace al proceso: en primer lugar, además de que fue el único proponente, Gelsa tiene el mismo número de identificación tributaria que Apuestas en Línea, actual operadora del juego de azar y cuyos accionistas —la familia Echeverry y el empresario del chance Jaime Esparza Renalds— forman además parte de la junta directiva de Sonapi, la operadora que le debe a la ciudad $12 mil millones desde 2003.
Por otro lado, en el momento cursa un proceso de responsabilidad fiscal en contra de Apuestas en Línea por haber comenzado, antes de tiempo, a reducir el valor de los pagos que el chance debía hacerle al Distrito, calculados en el último estudio de mercado del Ministerio del Trabajo. Según la Contraloría, esta reducción está prevista en la Ley 1993 de 2010, pero sólo podría ser aplicada desde enero de 2012, una vez entre el nuevo operador debido a que la ley no es retroactiva. La Contraloría calcula que Apuestas en Línea debería al Distrito cerca de $22 mil millones por el tiempo que lleva liquidando, de acuerdo con la nueva ley.
El Espectador consultó a los principales actores de esta polémica concesión, que será determinante para las transformaciones en la salud en los próximos cuatro años.
‘Le están haciendo conejo a la ciudad’: Mario Solano, contralor distrital
“Son muchas las irregularidades detrás del chance. Hemos encontrado que Gelsa, la compañía que obtuvo ayer la licitación, es la misma que Apuestas en Línea y que Sonapi, la misma empresa que ha venido mutando y que le debe al Distrito $16 mil millones desde 2003. Sumado a esto, en 2010 salió la ley 1993, que regiría para el siguiente contrato del chance que entra a operar en enero de 2012; pero Apuestas en Línea —actual operador— decidió, de manera olímpica, empezar a liquidar el contrato con la nueva ley y no como lo venía ejecutando desde 2007, para favorecerse. Pero las nuevas leyes no son retroactivas. De esa manera, la empresa ha dejado de pagarle al Distrito cerca de $22 mil millones y por eso les abrimos un proceso de responsabilidad fiscal. Es claro que esta gente le está haciendo conejo a la ciudad pero, que el contrato se haya adjudicado no significa que nos vayamos a quedar quietos; todavía se puede reversar el proceso. No vamos a ahorrarnos el menor esfuerzo para asegurar que el proceso se haga de manera legal”.
“Podemos garantizar la salud”: Elkin Castaño, gerente Gelsa
“Apuestas en Línea es lo mismo que Gelsa, lo que pasa es que cambiamos de nombre para ampliar nuestro portafolio de servicios, pero Sonapi es una empresa con un NIT totalmente diferente, que nada tiene que ver con nosotros en la actualidad. No es cierto que los recursos de la salud estén en peligro. Con este contrato entregaremos $234 mil millones, en el contrato actual entregamos $272 mil millones. Esta contratación fue abierta y pública y nosotros fuimos los únicos proponentes porque la licitación era muy exigente y fuimos los únicos que cumplimos los requisitos. A la red de promotores y vendedores les aseguramos la estabilidad laboral. Por el contrario, vamos a tratar de fortalecer el número de empleos. Tampoco es cierto que no hemos invertido el presupuesto del plan social. De los $9.500 millones, sólo nos faltan $350 millones y estos recursos son fiscalizados por la Lotería de Bogotá. Frente al proceso de la Contraloría en contra de Gelsa, nuestra obligación es aportar con absoluta transparencia a la investigación que finalmente debe resolver un juez contencioso administrativo y que tiene que ver con la interpretación de la norma 1393 de 2010”.
‘La Lotería no nos protegió’: Rodolfo Buitrago, representante de vendedores de chance
“No entendemos por qué el gerente de la Lotería adjudicó el contrato a la misma empresa que le ha incumplido a la salud. En el proceso de licitación encontramos un gran favorecimiento a Gelsa, que era el único oferente. Por ejemplo, no permitieron que se presentaran oferentes extranjeros y pedían algunos requisitos que sólo tiene Gelsa, como una experiencia de más de tres años de operación del chance en Bogotá. La Lotería tampoco tuvo en cuenta que Apuestas en Línea, actual operador —que es el mismo Gelsa—, ha incumplido con el plan de gestión social pactado en el contrato: pese a que debían invertir $9.500 millones, hasta la fecha cerca de 13 mil vendedores y promotores que hacemos parte de la red indirecta de la venta de chance no hemos recibido nada Y sumado a esto, aunque la Lotería se comprometió a protegernos, nos dejaron por fuera de la nueva licitación, en la que no hay ninguna mención directa que obligue a la empresa operadora a garantizarnos las condiciones de trabajo”.
‘La salud no está en riesgo’: Guillermo Encinales, gerente Lotería de Bogotá
“No hemos recibido ninguna comunicación por parte de la Contraloría Distrital sobre alguna irregularidad que impida la adjudicación de la licitación. En cuanto a Sonapi, que actualmente debe al Distrito $12.000 millones, no tiene nada que ver con Gelsa. Tampoco es cierto que con esta nueva adjudicación estarían en peligro los recursos para la salud. En la nueva concesión se exige un patrimonio técnico mínimo de $18.000 millones y una garantía única que estará vigente durante los 5 años de la concesión. El contrato es de $234 mil millones, de los cuales se destinarán el 70% al Fondo Distrital de Salud de Bogotá y el 30% al Fondo Departamental de Salud de Cundinamarca. En lo referente al proceso en curso en la Contraloría en contra de Gelsa, por haber aplicado la ley 1393 de 2010 antes de que empezara el nuevo contrato, el Consejo Nacional de Juegos de Suerte y Azar aseguró que se podía aplicar en el actual contrato de concesión, que vence el 31 de diciembre”.