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Que la transformación tecnológica que estamos experimentando ocurra 10 veces más rápido y tenga 3.000 veces el impacto de la Revolución Industrial del siglo XIX, como cita el especial de The Economist en su último número, hace inevitable poner sobre la mesa el debate de la “cuarta revolución industrial”. Para hacerse una idea, la firma Cisco pronostica que en 2020 el número de cosas conectadas a internet en el mundo será tres veces mayor que la población.
El tema ha captado la atención de la fundación Foro Económico Mundial (WEF) en sus reuniones durante este año y en su Informe Global sobre la Tecnología de la Información. Según el documento, conocido esta semana y que estudió 139 países, Colombia descendió cuatro puestos, hasta el 68. Entre los puntos fuertes, estuvo el nivel de uso de las Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC) por parte del Gobierno y su impacto social.
Colombia ocupó el primer puesto en cobertura celular en relación con la población, pero tuvo un bajo desempeño en el ambiente para los negocios y la innovación, al ubicarse en el puesto 94, y en el ambiente de política y regulación en el 97. De acuerdo con el informe, el país se raja en el fomento de los negocios principalmente por la carga de impuestos sobre las utilidades, en donde ocupa el puesto 134, y en la cantidad de trámites necesarios para emprender (puesto 92).
Sobre el entorno político y regulatorio, al país le va mal en el indicador de qué tan rápido se hace valer un contrato (puesto 133) y en la efectividad de quienes hacen las leyes (121). “El tema que pone el Foro Económico Mundial debe servir como mensaje de alerta de que no podemos darnos el lujo de seguir aumentando impuestos”, dijo Samuel Yohai, presidente de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones, refiriéndose a la próxima reforma tributaria.
Entre las principales críticas que desde la opinión pública se han hecho a los reguladores está no haber resuelto los problemas que se generan alrededor de las nuevas tecnologías: Uber en el transporte, Netflix en la TV, incluso plataformas como Tappsi en el negocio del correo o la mensajería. “Necesitamos dar seguridad jurídica para la inversión nacional y extranjera. Hay que partir de tener igualdad de condiciones”, agregó Yohai.
Se refiere a que no se trata de generar más regulación o cargas a las nuevas formas de negocio sino liberar a las empresas ya existentes. Así, según él, podrían competir con las OTT (como se conocen negocios que funcionan sobre internet como Netflix o Spotify). Sobre el caso de Uber, aseguró “definitivamente estaríamos en total desacuerdo con cualquier bloqueo o intento de bloqueo. Apoyamos al ministro (David) Luna en su concepto. En Colombia existe la neutralidad de red y bloquear sería atentar contra ese principio”.
El país, según el informe del WEF, mantuvo la misma calificación del año pasado (4,1 puntos), pero “cae cuatro lugares porque otros países mejoraron su desempeño”. Reconoce que la adopción de tecnología continúa, con 45,1 suscripciones a internet de banda ancha por cada 100 personas. Según analizó la Asociación Colombiana de Ingenieros, aún no existe un consenso respecto a los indicadores de banda ancha y “en el aspecto normativo se debe revisar y actualizar el tema para cumplir con las metas de la OCDE y el Plan Nacional de Desarrollo”.
Europa continúa siendo líder en el ranquin, pues tiene a siete de sus países en el top 10. Otros, como Eurasia y África subsahariana, dieron grandes saltos de un año a otro, mientras que América Latina es vista como muy desigual, pues un país como Haití se ubicó 137, mientras Chile se llevó el mejor puesto, el 38. El WEF presenta su documento como insumo para la política sobre las TIC, que son vistas como la espina dorsal de la cuarta revolución industrial.
Medellín, para mostrar
Al ser consultado sobre los resultados del informe, el Mintic resaltó avances como haber subido cuatro puestos en el indicador de éxito del Gobierno promoviendo las TIC y 12 puestos en la penetración de banda ancha móvil. Casi al tiempo, una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pone a Medellín como ejemplo del desarrollo de ciudades inteligentes, sin duda uno de los componentes de la nueva revolución.
Destaca aspectos como que Medellín sea la única ciudad del país que tiene un plan de ciencia, tecnología e innovación, que “ha identificado bases para desarrollar grupos de salud, energía y tecnologías de la información y la comunicación”. Da cuenta de resultados como que entre 2010 y 2014 ha habido una reducción de 24 % en los incidentes de tránsito por cada 10.000 vehículos en donde hay dispositivos de alerta sobre el tráfico.
El documento del BID advierte que el éxito de las ciudades inteligentes depende en gran parte de la capacidad de coordinación de las entidades administrativas municipales, departamentales, nacionales y del área metropolitana; de alianzas público-privadas sostenibles y del uso social y el aporte a la calidad de vida que representen los desarrollos tecnológicos.