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De acuerdo con la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), con estas medidas los insumos para las aves se encarecerán, lo cual se reflejará en el precio final de la carne de pollo y en el huevo.
“La combinación de la dinámica de los precios internacionales de nuestras materias primas y de la tasa de cambio ha generado un incremento desmedido en la estructura de costos de la avicultura, alcanzando un crecimiento de más del 23% en el último año”, explica Jorge Enrique Bedoya Vizcaya, presidente ejecutivo de Fenavi, en una carta que le envió al presidente Álvaro Uribe Vélez, con la intención de que revise la decisión.
En el mismo sentido se pronunció Alejandro Gaviria, decano de Economía de la Universidad de los Andes, quien se refirió al tema en una reciente columna en El Espectador. “...el Gobierno decidió deponer el Sistema de Franjas (de maíz) y beneficiar doblemente a los productores. Las razones aducidas son inauditas. Según el razonamiento oficial, el aumento de los precios internacionales abre grandes oportunidades que supuestamente deben afianzarse por medio de aranceles mayores. Es la ley del embudo en versión proteccionista: si los precios externos caen, aumenta la protección, y si suben, pues pasa lo mismo: también aumenta la protección”.
De acuerdo con el viceministro de Agricultura, Juan Camilo Salazar, le sorprende la carta de los avicultores, pues los precios finales no deberán afectarse, ya que los importadores tienen la opción de no pagar aranceles. “Tenemos un mecanismo que les permite a los importadores cero arancel si demuestran que compran algo de la producción nacional de maíz”.