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El paro arrocero terminó el pasado jueves luego de 11 días de protestas, gracias a las negociaciones adelantadas por el Ministerio de Agricultura y el Comité Nacional del Paro Arrocero, liderado por Dignidad Agropecuaria.
El tema central del diálogo fue el precio que le paga la industria a los productores por el paddy verde, que es el grano sin procesar, porque les estaba generando pérdidas.
Por eso, uno de los puntos más importantes del acuerdo tiene que ver con la garantía de un precio mínimo para el cereal, que depende de los costos de producción de cada región. El cálculo se realizó de tal forma que no les deja ningún margen de ganancias, pero al menos asegura que no vendan la cosecha por debajo de los costos de producción.
Hasta ahora se pronuncia la Cámara Induarroz de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), quienes reconocen el esfuerzo del Ministerio para propiciar el diálogo y construir consensos.
Aunque a los industriales les llama la atención que el precio que se acordó con los agricultores “es superior al precio con el cual los agricultores, en su momento, tomaron la decisión de sembrar”.
Induarroz ofrece su análisis técnicos de la medida y orientado a encontrar respuestas que no solo mitiguen la coyuntura, sino que también fortalezcan la competitividad del sector.
¿De dónde viene la crisis actual?
Para la Cámara la situación actual se origina en una sobreoferta nacional e internacional sin precedentes. Pues lo que ocurre en el mercado es que si la oferta supera la demanda, el precio cae.
En 2024, las siembras alcanzaron un récord histórico de 631.000 hectáreas, lo que generó el mayor nivel de inventarios registrado.
Según la Bolsa Mercantil de Colombia, a junio de 2025 las existencias de arroz eran un 92 % superiores frente al mismo periodo del año anterior y casi el doble de lo recomendado en el Plan de Ordenamiento Productivo del Arroz.
Pese a las señales de mercado y alertas emitidas desde inicios de año, las siembras en departamentos como Casanare continuaron creciendo en el primer semestre de 2025, alcanzando un nuevo récord.
El problema es que esa sobreproducción se queda en el mercado nacional, pues no tiene salida a otros mercados del mundo. Esto debido a que los expertos aseguran que el comercio internacional del cereal está distorsionado por cuenta de los subsidios de los países.
Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la producción mundial de arroz alcanzará un máximo histórico en 2025-2026, con 555,6 millones de toneladas.
¿Qué dice Induarroz del acuerdo del paro?
Como eslabón intermedio de la cadena, Induarroz sostiene que el país puede “contar siempre con la industria arrocera, que tratará de buscar lo mejor para los agricultores y para los hogares colombianos, razón por la cual el acuerdo logrado introduce elementos nuevos que se deben tener en cuenta”.
No obstante, mencionan algunos elementos que le preocupan a los industriales por el impacto en la cadena productiva, como lo son:
- Incrementos en la inflación
- Incentivos para aumentar las siembras, lo que podría agravar el problema de sobreoferta en el futuro
- Pérdida de competitividad del arroz colombiano frente a las importaciones
- Riesgo de incremento en la informalidad
“Expedir el régimen de libertad regulada de precios al arroz paddy verde implica adentrarnos en un terreno desconocido, que altera profundamente las fuerzas naturales de oferta y demanda”, resalta la Cámara.
Y añade que la resolución va a terminar incentivando el cultivo de arroz en el país y, por ende, la sobre oferta de este cereal.
Que esto ocurra no es necesariamente malo, el problema es que no haya salida para el producto. Expertos consultados por este medio sostienen que en la práctica es casi imposible regular las siembras y tampoco hay alternativas económicamente rentables para sustituir el cereal.
Desde Induarroz alertan que las dinámicas que se desencadenarán a partir de la resolución no están claras y podrían generar desequilibrios duraderos en toda la cadena productiva.
“La historia ha demostrado que el camino más seguro y sostenible para el agro colombiano es el de la planeación, la información transparente, la competitividad, el ordenamiento productivo y el respeto por los principios de mercado”, sostienen los industriales.
Las presiones exteriores
Al difícil panorama interno se le suman las presiones del mercado internacional por cuenta del ingreso constante de arroz importado desde Ecuador y Estados Unidos, amparado en los compromisos comerciales vigentes.
Aunque las importaciones vienen cayendo, lo que les preocupa a los arroceros es la entrada irregular del producto por la frontera.
En ese sentido, el Ministerio de Agricultura también se comprometió, con las demás entidades del Estado, a aumentar los controles fronterizos en el sur del país.
La iniciativa fue celebrada por Induarroz, por generar un bloque de lucha contra el contrabando que le hace tanto daño a los productores colombianos.
Los retos por venir
Uno de los puntos más críticos para la cadena arrocera del país es la apertura comercial con Estados Unidos, pues el arancel llegará a cero en 2030, por cuenta del tratado de libre comercio (TLC).
La Cámara Induarroz de la ANDI impulsa intervenciones estructurales y, en línea con ello, reitera su “propuesta de implementar la Agenda de Competitividad en el marco del Plan de Ordenamiento Productivo”.
Según ellos, ese es el camino para hacer del arroz colombiano un producto competitivo y sostenible en el largo plazo.
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