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En enero de 2025, la tasa de desempleo en Colombia se ubicó en 11,6 %, reflejando una reducción de 1 punto porcentual frente al mismo mes de 2024, cuando fue del 12,7 %, según el más reciente informe del DANE.
En el total de las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, la tasa de desempleo fue del 11,1 %, con una disminución de 1,3 puntos porcentuales en comparación con enero del año anterior.
Este descenso en la desocupación estuvo acompañado por un aumento en la tasa de ocupación, que pasó de 57,7% en enero de 2024 a 58,4% en enero de 2025, lo que indica una mayor generación de empleo en los centros urbanos.
Quibdó, la ciudad con mayor desempleo
A nivel urbano, las tasas de desocupación muestran grandes diferencias entre regiones. Quibdó registró la mayor tasa de desempleo del país con un 30,9 %, seguida por Riohacha (16,8 %) y Florencia (14,9 %).
En contraste, las ciudades con menor desocupación fueron Medellín y su área metropolitana (6,9 %), Villavicencio (8,0 %) y Neiva (8,6 %).
Un mercado laboral con desafíos estructurales
Para Sebastián Chacón Marín, director de la Escuela de Negocios y Desarrollo Internacional del Politécnico Grancolombiano, la reducción del desempleo en enero refleja la creación de nuevos empleos en dos frentes: el empleo formal en sectores como el comercio, la reparación de vehículos y el turismo, pero también una alta concentración de nuevos trabajos en la informalidad.
Según Chacón, la informalidad laboral en el país sigue siendo elevada, cercana al 56 %, afectando especialmente a trabajadores por cuenta propia que no cuentan con cobertura en seguridad social.
Además, el analista destaca la persistente brecha laboral para jóvenes y mujeres. En 2024, la tasa de desempleo en Colombia cerró en 10,2 %, mostrando una leve mejoría en el contexto pospandemia. Sin embargo, los llamados “ninis” (jóvenes que ni estudian ni trabajan) representaron hasta el 30 % de la población en ese grupo etario, de acuerdo con datos de la OCDE.
Otro reto es el subempleo, que afecta a personas que trabajan menos horas de las que desean, tienen ingresos inferiores a lo esperado o desempeñan labores distintas a su formación profesional.
Según Chacón, “la mejora en las cifras de empleo debe ir acompañada de una reducción en la informalidad y un impulso a la productividad laboral”, promoviendo capacitaciones técnicas, formación en STEM y medidas que reduzcan la brecha de género en el mercado laboral.
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