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El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, lo ratificó este martes: el ajuste salarial para 2011 no será del 3,4%, como se había previsto en diciembre, sino de 4%, como lo anunció el presidente Juan Manuel Santos el viernes pasado; lo que significa que los cerca de seis millones de colombianos que ganan el salario mínimo recibirán $535.600.
Si bien las centrales obreras y algunos analistas aplaudieron la decisión del Gobierno, los empresarios no escondieron su descontento argumentando que esta decisión era más “política que económica” y que el nuevo ajuste “generará más desempleo”.
La voz que pasó casi inadvertida fue la de los juristas que advertían que el anuncio del presidente Santos respondía a una sentencia de la Corte Constitucional (la C-815 de 1999), que establece que el salario mínimo debe atender “la inflación real del año que culmina”, tal como lo reclamó en una demanda la abogada Inés Jaramillo.
Es decir, que el ajuste salarial debía ser superior a la inflación causada en 2010: 3,17%, y en el caso de las clases obreras, del 3,58%, según el DANE.
El primer aumento, el del 3,4%, quedaba “enterrado” en este escenario. Entonces fue cuando Santos habló de un 4%. “No es un regalo que le esté dando el señor Presidente a la clase trabajadora, simplemente está cumpliendo un ordenamiento de carácter legal”, explica Jaramillo.