Reconocimiento a Carlos Haime Baruch

Aquellos que lo conocen coinciden en que el empresario Carlos Haime  Baruch es un hombre discreto, prudente, alejado de la vanidad, que prefiere manejar un perfil bajo. Lo enfatizó ayer el presidente Juan Manuel Santos durante el reconocimiento que la Fundación Santa Fe de Bogotá le rindió a Haime Baruch por “su generoso y permanente apoyo”. “Carlos es un hombre que ha entregado mucho, no sólo en dinero sino en tiempo y dedicación, a las grandes causas sociales de nuestra patria. Y sin embargo su cara no figura en ninguna parte; no aparece en las revistas, no aparece en los periódicos. Es tan celoso que ni siquiera aparece en Google”.

“Don Carlos”, como se refiere a él Roberto Esguerra, director de la Fundación, fue el promotor de la Clínica de Urgencias Moris y Tila Gutt. Así narra Esguerra esta historia: “En una comida celebrada el 19 de junio de 1979, encabezada por el doctor Carlos Lleras Restrepo —en ese entonces presidente de la Fundación—, don Carlos oficializó una donación destinada a construir y dotar el servicio de urgencias”. La inauguración fue un día de enero de 1983. Su filosofía: atender a todos los pacientes que acudieran a solicitar los servicios, sin excepción ninguna; “antecediendo por muchos años la legislación que estableció la atención obligatoria de urgencias”, dice Roberto Esguerra.

Cuenta también que el señor Carlos Haime acostumbraba a recorrer las instalaciones de la clínica de urgencias sin previo aviso, de incógnita, para ser testigo presencial del tratamiento que allí se les daba a los pacientes. “Le interesaba estar seguro de que las gentes más pobres no tuvieran ninguna dificultad para acceder a los servicios —afirma Esguerra—. Deseaba verificar qué se necesitaba, cómo se podían prestar nuevos servicios o mejorar los que había, comprar nuevos equipos, financiar remodelaciones”. En alguna de aquellas visitas, en los mismos tiempos en los que empezaba el auge de las unidades móviles de cuidados intensivos en el mundo, Carlos Haime le pidió a su jefe de urgencias que viajara a Estados Unidos. Su misión era elegir la primera móvil de cuidados intensivos para Colombia. Llegó en 1984.

El principio de su carrera como empresario empezó a escribirse en 1950, cuando Moris Gutt, su suegro, fundó Grasco. Luego vino la creación de Indupalma, en 1961. Y así continúa un largo listado de las compañías en las que de alguna manera ha estado presente Carlos Haime, “generando riqueza, empleo y progreso”, como destacaron ayer el primer mandatario Juan Manuel Santos y Esguerra. Así se refirió a su experiencia el Presidente: “Carlos ayudó a fundar más de 15 empresas en los últimos 60 años. Usted creerá, querido Carlos —con convicción y modestia— que este país no le debe nada; pero yo le digo, como Jefe de Estado, que le debemos mucho: el prestigio de la medicina de Colombia”. Próximamente las familias Haime y Gutt harán una nueva inversión, de US$2,5 millones, para doblar la capacidad de la Clínica de Urgencias.

El de ayer se suma a una serie de reconocimientos a su amplia trayectoria. En julio de 2007 el Gobierno le hizo entrega de la orden al mérito empresarial. Meses después lo condecoró con la Cruz de Boyacá.

Daniel Haime, su hijo, habló en su nombre. “Los programas de responsabilidad social del sector privado dejaron de ser momentos de generosidad; son y deben ser parte integral del crecimiento del sector privado. Deben ser complementarios y no excluyentes de las políticas del sector público; unos y otros vamos de la mano para crear desarrollo y bienestar”, dijo. Saludó, claro, a su “adorada Sonia”, su esposa, y a su “querida familia”.