El presidente Iván Duque informó en la mañana de este martes que el salario mínimo aumentará 3,5 % en 2021, hasta los $908.526, mientras que auxilio de transporte quedará en $106.454. El anuncio lo hizo a través de su cuenta de Twitter.
El anuncio llegó luego de que la mesa de concertación del salario mínimo no produjo acuerdos entre las centrales obreras y los empresarios, tras siete sesiones de negociación, en las que las propuestas de ambos bandos se mantuvieron demasiado distantes como para que abrigar las posibilidades de un encuentro. Los sindicatos no se bajaron de su exigencia de 14 % (lo que llevaría el salario al millón de pesos). A último momento, los empresarios subieron a 2,7 % su propuesta de alza, que en un principio había sido de 2 %.
Para 2020, el salario mínimo acordado el año pasado quedó fijado en $877.803 más los $102.854 del auxilio de transporte (al que acceden quienes ganan menos de dos salarios).
Nuevo salario mínimo para 2021. Por primera vez en la historia de Colombia y cumpliendo una promesa de campaña, superará, incluido el subsidio de transporte, el millón de pesos. En total se ubicará en $1.014.980. (SMMLV $908.526 + auxilio de transporte $106.454).
— Iván Duque 🇨🇴 (@IvanDuque) December 29, 2020
Vale la pena recordar que para la determinación del salario mínimo se tienen en cuenta factores como el Producto Interno Bruto (PIB), la productividad (que fue negativa: -0,06 %), el Índice de Precios al Consumo (IPC o inflación, que fue de 1,48 % en noviembre) total nacional año corrido y anual y la proyección de la inflación para el periodo de negociación y el siguiente año.
Con base en la caída en el desempeño de la economía y en la productividad, la baja inflación y el desempleo es que los empresarios argumentaban que el incremento del salario mínimo no podía estar por encima del 2,7 %. Los trabajadores, por otro lado, sostenían que los hogares requieren ingresos para poder adquirir bienes y servicios y, a su vez, reactivar la economía.
El primer mandatario destacó también que el incremento de ahora “es más del doble de la inflación para el cierre del 2020 (1,5%). Es necesario mantener el equilibrio entre poder adquisitivo y proteger y generar nuevos empleos”.
Las reacciones ante el anuncio del presidente Duque no se hicieron esperar. Temprano en la mañana de este martes, Fabio Arias, fiscal de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), calificó el aumento decretado como “miserable”. A través de Twitter, Arias aseguró que “anunciar que ahora sí ganarán un millón de pesos es un engaño. El salario será de $908.000 y no de un millón. Así no habrá reactivación económica y del empleo”.
A su vez, la Confederación General del Trabajo (CGT) dijo que rechaza el incremento decretado por el Gobierno. A través de su cuenta de Twitter, esta central obrera aseguró que el salario mínimo que regirá para 2021 “no contribuirá a reactivar la economía, ni tampoco es la decisión histórica que un país necesita en la peor crisis económica y social en décadas”.
Para Mario Valencia, director de Cedetrabajo y columnista de este diario, “Con ese incremento no va a haber reactivación en 2021: tan sólo en 2020, los trabajadores que orbitan alrededor del salario mínimo perdieron más de 12 % de su nivel de ingreso”.
Valencia agregó que “desde un principio lo que pidieron las centrales sindicales no era que los empresarios asumieran esa pérdida, sino que el Estado, con recursos públicos, por ser esta una situación atípica de crisis económica, asumieran esa pérdida del nivel de ingreso de los trabajadores. Lo que estamos viendo con este decreto es que el Estado, nuevamente, como lo ha hecho con una gran parte de las medidas de recuperación que se necesitan en estos momentos pasó nuevamente de agache”.
Por otra parte, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco (gremio de los comerciantes), dijo que “teniendo en cuenta las enormes dificultades de la economía colombiana, creciendo negativamente este año, la productividad negativa y, por supuesto, el comportamiento de la inflación del 1,5 %, creemos que el salario mínimo es ponderado y generoso. Y permite, por un lado, incrementar varios puntos en el poder adquisitivo de los trabajadores y, por el otro, preservar las posibilidades de recuperar el empleo perdido”.
A su vez, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, aseguró a través de Twitter que: “El incremento de salario mínimo de 3.5% permite aumentar en términos reales la remuneración de trabajadores al tiempo que cuida los objetivos de generación de empleo que son prioritarios hoy en el país. La inflación a noviembre era de 1.49%”.
Iván Daniel Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, resumió las tensiones de este año así: “La negociación del salario mínimo se da en el escenario post-cuarentena que tuvo impactos fuertes sobre el mercado laboral, que aún no se conocen en su totalidad. Una de las variables clave para la toma de decisiones, la inflación, será probablemente una de las más bajas en la historia. Las posiciones tienden a ser extremas. Por una parte, los sindicatos invocan la necesidad de aumentar la demanda interna mediante un fuerte incremento a los salarios, mientras que los gremios resaltan la necesidad de mantener condiciones favorables que faciliten la creación de puestos laborales”.
En esencia, estos son los dos polos sobre los que orbitó la discusión del salario mínimo en un año marcado por la peor crisis en la historia económica del país, con consecuentes impactos en sectores fuertemente ligados al gasto de los hogares, como el comercio, por ejemplo.
El sector comercio fue uno de los más golpeados en el tercer trimestre de este año, según los datos del PIB publicados por el DANE, periodo en el cual acumuló una caída de 20,1 %.
“La orientación constitucional a la concertación en la fijación del salario mínimo, contrasta con la prevalencia fáctica de la fijación unilateral reglada del gobierno nacional como método de control inflacionario”, dice Jaramillo.
De fondo, lo que dice el experto en temas laborales es que en la amplia historia de negociación del salario, sólo se ha podido llegar a un acuerdo en siete ocasiones desde 1997 y en tres de éstas la concertación se dio sin uno o dos centrales obreras.