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La última no fue la vencida. Como se esperaba, la reunión de ayer de la mesa de concertación salarial terminó sin acuerdo y los empresarios rompieron las conversaciones, cuando las centrales obreras anunciaron que su último pedido era un aumento 12,5% en el salario mínimo, porque una cifra inferior a este porcentaje sería injusta con más de cuatro millones de trabajadores.
Pese a que las organizaciones sindicales llegaron muy optimistas al encuentro, en el Ministerio de Protección Social, donde aseguraron que si bien las partes continuaban distantes, tanto gremios como trabajadores tenían toda la voluntad de lograr la concertación, y a que los empresarios decían tener una buena propuesta, hoy el panorama es el mismo que el de hace un año por esta época: el salario mínimo, que hoy está en $461.500, lo fijará el Gobierno por decreto.
“Tuvimos la reunión formal de la Comisión de Concertación, no hubo movimientos adicionales de las centrales, del 12,5% hacia abajo, ni nuestros del 7% hacia arriba”, dijo Luis Carlos Villegas, presidente de la Andi, al término de la cita, de la cual aseguró que no era un rompimiento de las conversaciones, sino que simplemente ayer se cumplía el plazo por ley y que las partes no se habían puesto de acuerdo.
Aunque los trabajadores han dejado claro que no rebajarán más su pedido, hacen su último esfuerzo para lograr concertar en la mesa.
“Los empresarios se levantaron tras proponer un aumento del 7% y por eso las negociaciones se deben postergar más allá de hoy (ayer), pero debemos buscar dos o tres reuniones más para garantizar un acuerdo entre las partes”, aseguró Tarsicio Mora, presidente de la CUT.
El Gobierno tal vez es el más optimista en que las partes vuelvan a la mesa y por eso aún no confirma que se vaya a fijar el aumento en el salario mínimo por decreto.
“Todavía hay posibilidades de un trabajo conjunto y vamos hablar informalmente con ellos porque hay espacio legal. Se debe seguir conversando para avanzar. Yo aún guardo esperanza de lograr este aumento de manera concertada”, sostuvo el ministro de Protección Social, Diego Palacio, luego de que los gremios abandonaran la mesa de negociaciones.
Pero ese optimismo no parece estar de acuerdo con la realidad, porque los empresarios dejaron claro que no pueden ir más allá del 7% y las centrales obreras no darán marcha atrás en su último pedido, además de insistir en que un incremento por debajo de la inflación causada (en lo que va del año, 7,5%) sería inconstitucional, fallo que también deberá tener en cuenta el Ejecutivo si el salario finalmente se define por decreto.