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Soluciones a medias para el sector eléctrico

Gobierno y ciudadanos asumirán $1,1 billón para que los generadores térmicos puedan seguir funcionando y evitar un racionamiento. Facturas de la luz subirán en los próximos 36 meses.

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Óscar Güesguán Serpa
28 de octubre de 2015 - 03:00 a. m.
Archivo EFE / Archivo EFE
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Cinco medidas serán suficientes para ahuyentar el fantasma del apagón del país, según el ministro de Minas y Energía, Tomás González. El aumento de la oferta de gas para generación, incrementar la capacidad instalada de energía, asegurar la oferta térmica, ajustes del mercado y ahorros en el servicio hacen parte del paquete que el Gobierno implementará para que se mantenga el abastecimiento y de paso bajar los ánimos caldeados del sector eléctrico.

De acuerdo con el jefe de la cartera, en los próximos dos meses entrarán funcionamiento más de cinco proyectos eléctricos, que sumarán cerca de 736 megavatios al sistema, es decir, los ciudadanos tendrán una oferta de energía mayor, que garantizará que el servicio de luz se mantendrá.

Sin embargo, esto tiene un costo. El problema es que los generadores térmicos, o sea los llamados a respaldar a los que producen energía con agua y que están afectados por una de las sequías más agudas desde 1992, alegan problemas financieros.

Esto es consecuencia, según explican los afectados, de unos cambios en la regulación que erradicaron la confianza de los bancos en estas empresas y por lo tanto las dejaron incapacitadas para acceder al financiamiento para compra de combustibles, materia prima para producir la energía que llega a las casas de los ciudadanos. Asimismo, aseguran, los costos de generación de energía son mucho más altos que lo que pagan por ella.

De ese intríngulis técnico se puede concluir que los generadores térmicos perderían $3,3 billones, casi la quiebra de estas empresas. Esto sería grave en la medida en que la generación con agua no podría garantizar el abastecimiento de energía para el país por estar enfrentando el fenómeno de El Niño.

Para evitarlo, el Ministerio de Minas anunció que una parte de la pérdida será asumida por el Gobierno y los usuarios ($1,1 billones), mientras que las térmicas tendrán que poner $2,2 billones. Eso se traducirá en un aumento en la factura de $439 durante 36 meses para los estratos bajos, mientras que los altos pagarán un excedente de casi $3.000 durante el mismo período.

“Lo importante es que no se apague el país. Después de esto hay que generar una reflexión en la institucionalidad eléctrica y determinar qué tipo de medidas se van a implementar”, dijo el presidente de la generadora Celsia, Ricardo Sierra.

Y es que si bien las medidas apuntan a lo fundamental, que es que al país no le falte energía, a los ojos de muchos integrantes del sector estas medidas solamente solucionan un problema coyuntural, pero la estructura del sector tiene que ser revisada. Uno de los temas espinosos es el cargo por confiabilidad, un seguro que pagaron los colombianos durante los últimos ocho años —US$8.000 millones— para que en una situación como la actual el sistema estuviera preparado.

“Los colombianos no pueden pagar por los errores de la regulación, eso no tiene presentación, el Gobierno hizo eso después de las elecciones y eso es jugar con la gente. ¿Por qué, si hemos pagado todo ese dinero para la confiabilidad, ahora le van a pasar una cuenta de cobro a la gente”?, cuestionó el senador del Centro Democrático Iván Duque.

La explicación, dijo el presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, Alejandro Castañeda, es que ese dinero cumplió con su función, que era la de mantener las plantas al día y funcionando. “Aquí los generadores no se han robado nada”, apuntó.

A pesar de los mensajes del ministro González, las contradicciones de la Resolución 109, que propone subastar esos cargos por confiabilidad, siguen siendo funestas para las térmicas. El sistema financiero no les cree y la solución que propuso ayer sería inviable, porque plata es lo que no hay.

Por Óscar Güesguán Serpa

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