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Ajustes económicos para un panorama fiscalmente apretado. Colombia sigue transitando un camino económico en el que las señales parecen contradictorias: optimismo moderado en crecimiento, inflación y dólar a la baja, y un mercado accionario con confianza quebrada. Todo al mismo tiempo.
Así lo revela la más reciente Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo. Un pulso de lo que sigue para el país.
El informe de junio deja un diagnóstico de estabilidad en algunos frentes, pero cautela en los inversionistas. Vayamos a las cifras a desgranadas.
Tasas en descenso
El Banco de la República sigue recortando tasas, pero a un ritmo lento. En abril, la tasa de intervención descendió a 9,25 % y los analistas esperan que caiga hasta 8,5 % en diciembre. Una reducción, sí, pero lejos de tasas que estimulen con fuerza la inversión y el consumo.
El 27 de junio se reunirá la junta directiva para decidir si ajusta o mantiene las tasas.
El crecimiento económico proyectado se mantiene en 2,6 %. La inflación, por su parte, va cediendo lentamente a 5,05 % en mayo, 4,91 % estimada para junio. Las expectativas aún están por fuera de la meta del Emisor, que apunta a ubicarla entre 2 % y 4 %.
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Inquietud en dólar, el petróleo y los TES
El dólar también juega a la montaña rusa. Cerró mayo en $4.149 y se espera que se ubique en torno a los $4.195 en junio. Para diciembre, el pronóstico es de $4.290. Lejos quedó la tranquilidad que trajo el primer semestre de 2024. La combinación entre presiones fiscales internas y el vaivén internacional mantienen el tipo de cambio inestable.
Hoy, por ejemplo, la divisa abrió la jornada en $4.085, rompiendo la barrera de los $4.100.
El petróleo —ancla de las exportaciones colombianas— se ubica en los US$68,5 por barril, un leve repunte frente a los meses anteriores. Los ingresos fiscales del país dependen todavía de ese equilibrio frágil.
Las tasas de los Títulos de Tesorería (TES) a 2032 y 2042 rondan entre 11,5 % y 13 %, un nivel elevado, reflejo de la percepción de riesgo fiscal, en parte por la activación de la cláusula de escape a la regla fiscal y el aumento proyectado de la deuda pública.
Cabe recordar que los TES son instrumentos financieros que emite el Gobierno para financiarse, usualmente de bajo riesgo para los inversores. Por supuesto que en un modelo de alta incertidumbre, las tasas suelen incrementar para compensar el riesgo percibido.
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Inversionistas atentos a la política fiscal
Seis de cada 10 inversionistas encuestados señaló que la política fiscal es un favor relevante para tomar decisiones de inversión. Una señal inequívoca de desconfianza estructural sobre el manejo de las finanzas públicas.
Le siguen las condiciones sociopolíticas (26,1 %) y factores externos (8,7 %). La política monetaria —antes protagonista de estas encuestas— desapareció del radar como motor de confianza.
La bolsa de valores de Colombia
El índice Colcap tampoco logra recuperar brillo. Cerró mayo en 1.609 puntos, por debajo de las expectativas de los analistas (1.650). Para el cierre de junio, la previsión sigue siendo llegar a los 1.650, pero sin grandes entusiasmos.
Lo paradójico es que los índices de valoración siguen mostrando que las acciones colombianas están baratas frente a sus fundamentales (84,4 % de los analistas así lo creen).
Nuevamente, el clima fiscal y político hace que los inversionistas prefieran esperar antes que lanzarse al mercado accionario con convicción.
El informe de Fedesarrollo deja preguntas abiertas: ¿será suficiente el descenso de tasas para reactivar la economía? ¿Podría el Gobierno recomponer el camino fiscal sin sacrificar la economía?
Mientras se tomen las decisiones financieras, la confianza se mantiene a cuentagotas.
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