TLC con EE. UU., un balance agridulce

Hoy, cinco años después de la entrada en vigencia del acuerdo comercial más importante para el país, El Espectador analiza las ventajas, los desafíos y los inconvenientes de su funcionamiento.

15 de mayo de 2017 - 02:00 a. m.
TLC con EE. UU., un balance agridulce

Los resultados del tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos son agridulces. Un lustro después de su implementación, las opiniones son opuestas y contradictorias. Mientras el Gobierno asegura que el acuerdo es un motor de desarrollo para la economía nacional, los sindicatos, el senador Jorge Enrique Robledo y Cedetrabajo sostienen que, en estos años, Colombia ha sido la gran perdedora y que es necesario revaluar el acuerdo. Gremios, analistas y académicos afirman que la evaluación del TLC es mucho más compleja y esconde una serie de retos que es necesario enfrentar para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece el mercado estadounidense.

Muy bueno

Para María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo, los resultados de los primeros cinco años del TLC con Estados Unidos son positivos. Las cifras del Ministerio demuestran que, en este tiempo, 8.700 empresas diferentes exportaron sus productos a EE. UU., 6.400 de ellas lo hicieron por primera vez y 2.049 lo han hecho de forma permanente.

»De acuerdo con el Ministerio, las exportaciones no minero-energéticas pasaron de US$3.415 millones en 2012 a US$3.836 millones en 2016, un crecimiento total del 12,3 %. El calzado, por ejemplo, presentó un aumento del 119,5 % al pasar, en exportaciones, de US$1,5 millones a US$3,3 millones. El sector de la metalurgia también aumentó sus exportaciones en 41 %: de facturar US$144 millones pasó a US$203,2 millones.

» Otro aspecto significativo, atribuible al tratado, es que han ingresado 356 nuevos productos al mercado estadounidense. Entre ellos se destacan hongos, neumáticos, productos laminados y dentífricos. Además, entre 2012 y 2016 comenzaron 115 proyectos de inversión, que generaron 22.518 empleos.

»Sin embargo, lo más importante del acuerdo, según Lacouture, es que antes de su puesta en práctica había sólo 5.670 productos con partidas arancelarias y hoy en día hay 10.634. La estabilidad y la confianza que produce el hecho de que los beneficios arancelarios ya no dependan de las decisiones del Congreso, como ocurría con el ATPA y el Atpdea, es un mensaje esperanzador para los empresarios colombianos, aseguro la ministra.

Bueno, pero no tanto

Camilo Reyes, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham), asegura que hay dos factores que han impedido que Colombia cumpla a cabalidad las expectativas que tenía con la puesta en marcha del TLC. El primero es que el país se demoró mucho tiempo en implementar una serie de reformas internas que son indispensables para aumentar la competitividad de la industria y la agroindustria nacional. El segundo tiene que ver con que las inversiones en infraestructura (carreteras, puertos y aeropuertos) que se realizaron en los últimos siete años apenas ahora están dando frutos. “El balance en general es bueno. No es todo lo bueno que hubiéramos querido, pero es bueno. Hay muchos productos que están penetrando en el mercado americano. Por ejemplo, la uchuva, el aguacate y los cítricos tienen muy buenas posibilidades en el futuro”, añadió Reyes.

Catherine Pereira, directora del programa de Negocios Internacionales de la Universidad de la Sabana, tiene una opinión similar. “Un beneficio concreto del TLC es que los empresarios pueden negociar con un plazo más largo, que les permite planear y distribuir mejor los recursos”. Aunque Pereira reconoce que, en estos años, la balanza comercial con Estados Unidos ha pasado de positiva a negativa, asegura que este fenómeno se debe a la caída del comercio mundial. El mercado estadounidense tiene muchas oportunidades para la comercialización de cosméticos, confecciones, fajas y ropa interior.

Regular

Para Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), estos cinco años han traído cosas buenas y cosas no tan buenas para la economía nacional. “Sin duda, lo más importante ha sido que el TLC impide que las reglas de juego se cambien de manera unilateral, particularmente en esta época en que Estados Unidos se mueve hacia una política mucho más proteccionista”, sostiene. Aunque el líder gremial reconoce que en Colombia el aprovechamiento del tratado no ha sido el mejor y que por eso la balanza comercial es mucho más positiva para Estados Unidos, está convencido de que las perspectivas para los próximos años serán mucho mejores. “Cuando entró en vigencia el TLC, Colombia tenía una enfermedad holandesa muy fuerte, que llevó a que las exportaciones no fueran rentables, pero en este momento, cuando ya estamos curados, uno esperaría ver más dinamismo en exportaciones distintas a la minero-energética, sobre todo en los productos de manufactura y confecciones”.

Por su parte, Camilo Silva, analista financiero y socio fundador de Valora Inversiones, afirma que la clave para mejorar el rendimiento del acuerdo comercial con Estados Unidos está en revaluar las prioridades económicas del país. “Para ser más competitivos y sostenibles en las exportaciones, tenemos que industrializarnos, elevar el nivel de nuestros productos, buscar la forma de no vender aguacate, sino guacamole, por dar un ejemplo. Hay que hacer un producto terminado”. La perspectiva de Silva sólo es posible si el Gobierno decide apoyar de manera estructural a la pequeña industria. “Nos falta muchísimo y hay que mirar otras opciones de exportación distintas al agro. Los servicios de tecnología, software, hardware y desarrollo web de alta calidad podrían tener entrada en el mercado estadounidense”.

Malo

»De acuerdo con el Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), Colombia es el gran perdedor de los cinco años de vigencia del TLC. “Las exportaciones nacionales a Estados Unidos cayeron 54 % de 2012 a 2016, provocando una pérdida de $22 billones”. El informe revela, además, que en este tiempo se han perdido 51.000 empleos en el sector agropecuario y 106.000 en la industria manufacturera.

»La conclusión del informe es que la relación comercial entre Colombia y EE. UU. es asimétrica e inequitativa: “Colombia tiene que vender a Estados Unidos 340 barriles de petróleo para comprar una tonelada de productos de la industria automotriz y tiene que vender 777 barriles de crudo para obtener una tonelada de celulares o computadores”.

»Por otro lado, las centrales obreras, la CUT y la CTC le exigen al Gobierno una revisión minuciosa del TLC, al argumentar que impide el desarrollo productivo, vulnera la soberanía nacional y restringe los derechos ciudadanos y la protección del patrimonio natural del país.

» Por su parte, Jorge Enrique Robledo, senador del Polo Democrático Alternativo, asegura que la implementación del TLC ha sido nefasta para la mayoría de los colombianos. Las cifras de un estudio de su UTL así lo demuestran. “Paradójicamente, la participación de Estados Unidos en las exportaciones colombianas ha disminuido”. Asegura que el valor de los productos nuevos es sólo de US$58’885.000, es decir, el 0,07 % de US$74.204 millones, valor total de las exportaciones en estos cinco años.

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