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El presidente Donald Trump anunció este miércoles que implementará un arancel del 25 % para las importaciones de automóviles.
“Lo que vamos a hacer es imponer un arancel del 25 % a todos los automóviles que no se fabriquen en Estados Unidos”, dijo Trump en la Casa Blanca. “Vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y por tomar nuestros trabajos, tomar nuestra riqueza”, agregó.
La medida entraría en vigencia el próximo 2 de abril, el mismo día que los llamados aranceles “recíprocos”, con los que Trump planea aplicar tasas país por país para contrarrestar las barreras impuestas a las importaciones estadounidenses.
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También se están preparando otros aranceles específicos para sectores y el presidente ha amenazado con imponer gravámenes a la madera, los semiconductores y los medicamentos.
Desde prácticamente todas las esquinas que no sean la administración Trump se ha dicho que imponer aranceles a diestra y siniestra es una mala idea en términos de inflación y, de fondo, es una mala jugada para el crecimiento económico (de Estados Unidos y del mundo). La administración ha anunciado más impuestos para las importaciones de China, Canadá y México; para el acero y el aluminio y el martes amenazó con “aranceles secundarios” para los países que compran petróleo y gas de Venezuela, con el fin de estrangular su comercio petrolero con otras naciones.
Los aranceles para los automóviles anunciados este miércoles probablemente afectarían a algunas de las marcas automotrices más importantes de países como Japón, Alemania y Corea del Sur, todos importantes socios comerciales de Estados Unidos.
La Unión Europea (UE) lamentó la decisión de Trump. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indicó que la UE “seguirá buscando soluciones negociadas” con Estados Unidos.
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Cayó la confianza de los consumidores
El martes se conoció que la confianza del consumidor estadounidense cayó en marzo a su nivel más bajo en cuatro años debido a la preocupación por el aumento de los precios y las perspectivas económicas en medio de los crecientes aranceles de la administración Trump.
El indicador de confianza del Conference Board disminuyó 7,2 puntos, hasta 92,9. Los analistas del mercado esperaban un retroceso menor, que lo habría colocado en 93,5, de acuerdo con el consenso de MarketWatch.
Las encuestas de confianza del consumidor de The Conference Board y la Universidad de Michigan han sido desalentadoras últimamente, ya que los hogares temen un resurgimiento de la inflación. Las empresas han anunciado precios más altos y menor demanda, coincidiendo con las previsiones de los economistas que sugieren un riesgo de estanflación y mayores probabilidades de recesión.
La semana pasada, los funcionarios de la Reserva Federal mantuvieron estable la tasa de interés de referencia por segunda reunión consecutiva, en un rango de 4,25 %-4,50 %, pero advirtieron que hay más incertidumbre en la economía.
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