Un acuerdo que empezó con pie derecho

El primer año luego de que entrara en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y la Unión Europea el balance para el país es positivo, según cifras del informe sobre las estadísticas del primer año desde la entrada en vigor del acuerdo, emitido por la delegación de la Unión Europea para Colombia y Ecuador, conocido en exclusiva por el diario El Espectador.

 

Entre las buenas noticias está el aumento de las exportaciones del país en más del 10% (8.292,7 millones de euros), mientras que las de ese bloque cayeron 1,09% durante el mismo período.

 

“Con este acuerdo les permitimos a nuestros empresarios no sólo tener una relación comercial preferencial y permanente en un mercado con alto poder adquisitivo, sino que también puedan importar sin aranceles las materias primas y maquinarias para repotenciar sus empresas”, dijo Sergio Díaz-Granados, quien para ese momento fungía como ministro de Comercio, Industria y Turismo.

 

No se equivocó Díaz-Granados, pues fue precisamente este rubro el que mayor crecimiento tuvo en las relaciones comerciales de Colombia con el Grupo. “En el período agosto 2013-julio 2014, las importaciones desde Colombia incluyeron principalmente máquinas y aparatos mecánicos (19,48%), productos farmacéuticos (11,70%), aeronaves y partes (10,08%),  automóviles y partes (7,28%) y máquinas y aparatos eléctricos (7,10%)”, sintetiza el documento.

 

La tendencia en el comercio desde ambas partes tiene una ruta que favorece a ambos países, pues como anunció esta semana el Banco Central Europeo (BCE) (ver Financial Times p. 8) a partir de mañana empezará el plan de compra pública y privada “con la esperanza de hacer subir los precios de la Eurozona”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi. 

La primera consecuencia de esta medida, para buscar la recuperación económica, será la abundancia de liquidez en el Viejo Continente que buscará puntos en los qué invertir, además de aumentar el consumo de los ciudadanos.

 

Aunque Colombia representa apenas el 0,49% del total de las importaciones de la Unión Europea, según la delegación, en América Latina ya es el cuarto proveedor después de Brasil, México y Chile, pero superando a Argentina y por delante de Perú, otra razón para pensar que tendríamos un privilegio en una eventual reactivación económica del euro.

Hoy, este acuerdo comercial cobra aún más importancia si se tiene en cuenta que las exportaciones caerán en 2015 —el Citi tiene un pronóstico de US$15 mil millones— producto del desplome de los precios del petróleo y ese vacío en la canasta tiene que ser reemplazado por otros productos.

 

Y justo en esta coyuntura Europa, un mercado de 500 millones de habitantes y con una demanda alta de productos agroindustriales, cobra mayor trascendencia, pues como asegura el presidente de Analdex, Javier Díaz, “hemos desarrollado mínimamente las opciones de exportar desde este sector”. 

 

“El balance es positivo para las exportaciones no minero-energéticas. Uno lo que ve es que hay un crecimiento de nuestras exportaciones y particularmente en una serie de productos que antes no estaban enfocados hacia ese mercado. La gente ha empezado a mirar hacia Europa y ha cambiado su enfoque, porque estábamos muy concentrados únicamente en productos básicos”.

La Unión Europea es el segundo socio comercial de Colombia, según el Centro Virtual de Negocios, representa más del 15% de las transacciones de comercio exterior que realiza el país anualmente y es un mercado apetecido, porque es uno de los que mejor paga los productos a sus proveedores.

 

Sin embargo, las oportunidades para potencializar el país en este contexto están amenazadas por trámites para la aprobación de las licencias fitosanitarias y el cumplimiento de los estándares nacionales no sólo con Europa, sino en la mayoría de los TLC firmados por Colombia, siendo el de Corea del Sur el de más reciente aprobación por parte del Congreso.

“Colombia sin duda tiene una gran oportunidad para desarrollar la agroindustria, pero siempre están los requisitos fitosanitarios detrás y en eso estamos muy quedados. Tenemos el potencial, está la tierra, pero hay que trabajar en la celeridad para la consecución de las licencias fitosanitarias y los estándares internacionales”, dice el director de investigación y desarrollo del Centro Virtual de Negocios, José Esteban Rojas.

 

Este problema está contemplado por el Gobierno Nacional, pues dentro de su política industrial se planea tomar unas funciones que cumplía el Invima y que, por la variedad de funciones, no cumplía con rapidez y era uno de los grandes inconvenientes que denunciaban los empresarios.

 

“Es grato poder constatar que el comercio bilateral está en plena expansión y en proceso de diversificación de productos y socios. A través de nuestro apoyo al sector productivo colombiano, el acuerdo constituye una herramienta por excelencia para mejorar la competitividad, la innovación y la transferencia de tecnología, en especial para las pymes”, aseguró María Wilhemina Joseph Antonia van Gool, embajadora de la delegación.

 Aunque Colombia es el gran ganador “del primer tiempo” en este acuerdo, esto tiene una explicación simple.

 

“La disminución de las exportaciones a Colombia se explica ante todo por una caída de un 28,10% en las ventas de aeronaves y partes. En efecto, sin incluir este sector, las exportaciones de la UE a Colombia crecieron un 3,26% en el primer año de la implementación del acuerdo comercial”, concluye el informe.

 

Este balance deja varios mensajes para la industria y el Gobierno. Uno de ellos es que no importa cuántos acuerdos comerciales se firmen, sino lo preparado que esté el país para atender y aprovechar las demandas en un momento en el que hasta el último dólar hace menos drástica la superación de una crisis que se avecina.

El primer año luego de que entrara en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y la Unión Europea el balance para el país es positivo, según cifras del informe sobre las estadísticas del primer año desde la entrada en vigor del acuerdo, emitido por la delegación de la Unión Europea para Colombia y Ecuador, conocido en exclusiva por el diario El Espectador.

 

Entre las buenas noticias está el aumento de las exportaciones del país en más del 10% (8.292,7 millones de euros), mientras que las de ese bloque cayeron 1,09% durante el mismo período.

 

“Con este acuerdo les permitimos a nuestros empresarios no sólo tener una relación comercial preferencial y permanente en un mercado con alto poder adquisitivo, sino que también puedan importar sin aranceles las materias primas y maquinarias para repotenciar sus empresas”, dijo Sergio Díaz-Granados, quien para ese momento fungía como ministro de Comercio, Industria y Turismo.

 

No se equivocó Díaz-Granados, pues fue precisamente este rubro el que mayor crecimiento tuvo en las relaciones comerciales de Colombia con el Grupo. “En el período agosto 2013-julio 2014, las importaciones desde Colombia incluyeron principalmente máquinas y aparatos mecánicos (19,48%), productos farmacéuticos (11,70%), aeronaves y partes (10,08%),  automóviles y partes (7,28%) y máquinas y aparatos eléctricos (7,10%)”, sintetiza el documento.

 

La tendencia en el comercio desde ambas partes tiene una ruta que favorece a ambos países, pues como anunció esta semana el Banco Central Europeo (BCE) (ver Financial Times p. 8) a partir de mañana empezará el plan de compra pública y privada “con la esperanza de hacer subir los precios de la Eurozona”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi. 

La primera consecuencia de esta medida, para buscar la recuperación económica, será la abundancia de liquidez en el Viejo Continente que buscará puntos en los qué invertir, además de aumentar el consumo de los ciudadanos.

 

Aunque Colombia representa apenas el 0,49% del total de las importaciones de la Unión Europea, según la delegación, en América Latina ya es el cuarto proveedor después de Brasil, México y Chile, pero superando a Argentina y por delante de Perú, otra razón para pensar que tendríamos un privilegio en una eventual reactivación económica del euro.

Hoy, este acuerdo comercial cobra aún más importancia si se tiene en cuenta que las exportaciones caerán en 2015 —el Citi tiene un pronóstico de US$15 mil millones— producto del desplome de los precios del petróleo y ese vacío en la canasta tiene que ser reemplazado por otros productos.

 

Y justo en esta coyuntura Europa, un mercado de 500 millones de habitantes y con una demanda alta de productos agroindustriales, cobra mayor trascendencia, pues como asegura el presidente de Analdex, Javier Díaz, “hemos desarrollado mínimamente las opciones de exportar desde este sector”. 

 

“El balance es positivo para las exportaciones no minero-energéticas. Uno lo que ve es que hay un crecimiento de nuestras exportaciones y particularmente en una serie de productos que antes no estaban enfocados hacia ese mercado. La gente ha empezado a mirar hacia Europa y ha cambiado su enfoque, porque estábamos muy concentrados únicamente en productos básicos”.

La Unión Europea es el segundo socio comercial de Colombia, según el Centro Virtual de Negocios, representa más del 15% de las transacciones de comercio exterior que realiza el país anualmente y es un mercado apetecido, porque es uno de los que mejor paga los productos a sus proveedores.

 

Sin embargo, las oportunidades para potencializar el país en este contexto están amenazadas por trámites para la aprobación de las licencias fitosanitarias y el cumplimiento de los estándares nacionales no sólo con Europa, sino en la mayoría de los TLC firmados por Colombia, siendo el de Corea del Sur el de más reciente aprobación por parte del Congreso.

“Colombia sin duda tiene una gran oportunidad para desarrollar la agroindustria, pero siempre están los requisitos fitosanitarios detrás y en eso estamos muy quedados. Tenemos el potencial, está la tierra, pero hay que trabajar en la celeridad para la consecución de las licencias fitosanitarias y los estándares internacionales”, dice el director de investigación y desarrollo del Centro Virtual de Negocios, José Esteban Rojas.

 

Este problema está contemplado por el Gobierno Nacional, pues dentro de su política industrial se planea tomar unas funciones que cumplía el Invima y que, por la variedad de funciones, no cumplía con rapidez y era uno de los grandes inconvenientes que denunciaban los empresarios.

 

“Es grato poder constatar que el comercio bilateral está en plena expansión y en proceso de diversificación de productos y socios. A través de nuestro apoyo al sector productivo colombiano, el acuerdo constituye una herramienta por excelencia para mejorar la competitividad, la innovación y la transferencia de tecnología, en especial para las pymes”, aseguró María Wilhemina Joseph Antonia van Gool, embajadora de la delegación.

 Aunque Colombia es el gran ganador “del primer tiempo” en este acuerdo, esto tiene una explicación simple.

 

“La disminución de las exportaciones a Colombia se explica ante todo por una caída de un 28,10% en las ventas de aeronaves y partes. En efecto, sin incluir este sector, las exportaciones de la UE a Colombia crecieron un 3,26% en el primer año de la implementación del acuerdo comercial”, concluye el informe.

 

Este balance deja varios mensajes para la industria y el Gobierno. Uno de ellos es que no importa cuántos acuerdos comerciales se firmen, sino lo preparado que esté el país para atender y aprovechar las demandas en un momento en el que hasta el último dólar hace menos drástica la superación de una crisis que se avecina.