Una puerta a América Latina

A partir del jueves, tanto Colombia como Corea del Sur buscarán inaugurar una nueva era en sus relaciones comerciales. El punto de lanzamiento será Expo Corea 2012, la feria comercial que reúne en un mismo lugar (el recinto de Corferias, en Bogotá) a 72 empresarios asiáticos y por lo menos 400 firmas colombianas para que profundicen y cierren nuevos negocios entre las dos naciones.

“Hasta ahora los dos países se sentían muy lejanos. Pero nuestra relación se ha estrechado fuertemente en los últimos tiempos y una muestra de ello es la conclusión de las negociaciones del tratado de libre comercio (TLC)”, señala Kijoong Kim, director de Kotra, la agencia para la promoción de las exportaciones e inversiones surcoreanas en el mundo, que trabaja en Colombia desde 1977.

Kotra es la responsable de que el comercio binacional sobrepasara en 2011 los US$1.850 millones y las inversiones surcoreanas en Colombia, entre los años 2000 y 2011, ascendieran a US$55,73 millones, concentradas principalmente en el sector minero-energético (petróleo, gas y carbón).

Su objetivo, desde la primera hora de la feria, no será sólo aumentar esos números sino diversificar el destino de sus capitales. “Para nosotros es muy importante el sector de alimentos, pero ante todo la ubicación geográfica de Colombia. La vemos como la puerta hacia América Latina”, agrega Kim, quien no descarta que los empresarios de su país se aventuren a invertir en sectores como el de los alimentos procesados, las ensambladoras de automotores y de productos electrónicos: “Sin duda, con la mano de obra calificada y los recursos naturales de Colombia, esas metas se pueden alcanzar”.

El TLC negociado entre ambos países, que podría entrar en vigor en 2014, se ha convertido en el instrumento vital del nuevo renacimiento comercial entre ambos países, tal como lo estima Kotra. Pero al mismo tiempo, ha sido el centro de fuertes críticas por cuenta de empresarios colombianos que lo ven como el primer paso hacia el ocaso de la industria local.

“Sin TLC, Corea del Sur es un país muy competitivo. No queremos pensar cómo será cuando se ponga en marcha”, dice Tulio Zuloaga, presidente de la Asociación del Sector Automotor y sus Partes (Asopartes), quien añade que las empresas más afectadas por el acuerdo (vehículos, autopartes y electrodomésticos) le han hecho pedidos al Gobierno que aún no han sido atendidos: “Son las mismas medidas que gozan los surcoreanos: cero parafiscales, el 50% de impuestos y subsidios en los servicios públicos”.

A partir del jueves, tanto Colombia como Corea del Sur buscarán inaugurar una nueva era en sus relaciones comerciales. El punto de lanzamiento será Expo Corea 2012, la feria comercial que reúne en un mismo lugar (el recinto de Corferias, en Bogotá) a 72 empresarios asiáticos y por lo menos 400 firmas colombianas para que profundicen y cierren nuevos negocios entre las dos naciones.

“Hasta ahora los dos países se sentían muy lejanos. Pero nuestra relación se ha estrechado fuertemente en los últimos tiempos y una muestra de ello es la conclusión de las negociaciones del tratado de libre comercio (TLC)”, señala Kijoong Kim, director de Kotra, la agencia para la promoción de las exportaciones e inversiones surcoreanas en el mundo, que trabaja en Colombia desde 1977.

Kotra es la responsable de que el comercio binacional sobrepasara en 2011 los US$1.850 millones y las inversiones surcoreanas en Colombia, entre los años 2000 y 2011, ascendieran a US$55,73 millones, concentradas principalmente en el sector minero-energético (petróleo, gas y carbón).

Su objetivo, desde la primera hora de la feria, no será sólo aumentar esos números sino diversificar el destino de sus capitales. “Para nosotros es muy importante el sector de alimentos, pero ante todo la ubicación geográfica de Colombia. La vemos como la puerta hacia América Latina”, agrega Kim, quien no descarta que los empresarios de su país se aventuren a invertir en sectores como el de los alimentos procesados, las ensambladoras de automotores y de productos electrónicos: “Sin duda, con la mano de obra calificada y los recursos naturales de Colombia, esas metas se pueden alcanzar”.

El TLC negociado entre ambos países, que podría entrar en vigor en 2014, se ha convertido en el instrumento vital del nuevo renacimiento comercial entre ambos países, tal como lo estima Kotra. Pero al mismo tiempo, ha sido el centro de fuertes críticas por cuenta de empresarios colombianos que lo ven como el primer paso hacia el ocaso de la industria local.

“Sin TLC, Corea del Sur es un país muy competitivo. No queremos pensar cómo será cuando se ponga en marcha”, dice Tulio Zuloaga, presidente de la Asociación del Sector Automotor y sus Partes (Asopartes), quien añade que las empresas más afectadas por el acuerdo (vehículos, autopartes y electrodomésticos) le han hecho pedidos al Gobierno que aún no han sido atendidos: “Son las mismas medidas que gozan los surcoreanos: cero parafiscales, el 50% de impuestos y subsidios en los servicios públicos”.