Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Desde hace tres semanas las aerolíneas colombianas de carga Tampa, Aerosucre y Aerolíneas Suramericanas no han podido volver a Caracas por falta del permiso de operación que expide el Instituto Nacional de Aviación Civil de Venezuela, INAC, el cual se otorga ahora mensualmente.
Sin embargo la aerolínea Venezolana de Servicios Expresos de Carga Internacional, Vensecar, sigue operando sin ningún contratiempo entre Caracas y Bogotá, lo que fue calificado por expertos del sector como un claro bloqueo comercial aéreo de Venezuela a nuestro país.
El Espectador conoció que las compañías aéreas de carga no han podido renovar el permiso de operación, lo que las obligó a suspender los 17 vuelos semanales a Caracas. Con ello, dejarán de transportar 1.800 toneladas de carga entre las dos naciones. La carga de exportación es de 1.050 toneladas, mientras que la de importación es de 750 toneladas, y en su gran mayoría son flores que van hacia Europa vía Iberia.
Hay gran preocupación en el sector aéreo por la suerte que puedan correr las compañías comerciales como Avianca, Aero República y Aires, que actualmente operan vuelos de paasajeros a Caracas, Maracaibo y Valencia desde Bogotá y Medellín.
Pese a la gravedad de esta situación ninguna de las aerolíneas afectadas se ha referido al tema; tampoco la Aeronáutica Civil se ha pronunciado, ya que de acuerdo con una directiva presidencial todos los asuntos que tengan que ver con Venezuela deben ser atendidos directamente por el presidente Álvaro Uribe o por el canciller Jaime Bermúdez.
Por ahora las tres empresas seguirán sin volar a Caracas, mientras que Vensecar, que pertenece a la red de aviación de la estadounidense DHL -que a su vez provee servicios a DHL Express- seguirá operando en Colombia sin ningún tipo de trabas por parte de la autoridad aeronáutica colombiana.
Los problemas políticos empiezan a trasladarse al sector comercial, ya que en días pasados el gobierno venezolano tomó la decisión de no renovar el contrato para la venta de combustible a Ecopetrol, para que se distribuyera en el departamento de Norte de Santander, mientras que Colombia si mantuvo vigente la venta de energía y de gas a Venezuela.