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El último día de la Semana Santa el tráfico fluyó con menos ruidos de sirenas. En el caso de la vía Bogotá-Girardot, que entregó su último tramo pendiente el sábado 12 de abril, el asfalto conectó a más de 600.000 vehículos sin mayores sobresaltos. Al cierre de la semana, apenas se habían registrado 27 siniestros, 27 % menos que el año anterior.
La vía, que durante años fue un embudo de tráfico y accidentes, inaugurará oficialmente sus tramos el 29 de abril de la mano del consorcio Vía Sumapaz (empresa encargada de la obra hasta 2046).
Pero el cambio no fue solo allí. “Seguimos cambiando la tendencia que se había mantenido por años consecutivos”, dijo la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas.
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En todo el país, los siniestros viales se redujeron en 58 %, al pasar de 1.146 en 2024 a 485 este año. Detrás, el Ministerio de Transporte y sus entidades adscritas, en conjunto con el apoyo de las autoridades locales y departamentales, se pusieron manos a la obra: 110 áreas de prevención, 2.869 actividades pedagógicas: 77.000 conductores sensibilizados y casi 12.000 pruebas de embriaguez (solo 117 dieron positivo).
Estas son las cifras clave:
- Siniestros viales: 485 (–58 %).
- Fallecidos: 140 personas (–37 %).
- Lesionados: 558 (–59 %).
- Vehículos movilizados: 9.968.746 (+7 %).
- Pasajeros aéreos: 1,89 millones.
- Usuarios en transporte terrestre: 3,92 millones (+9,4 %).
En el caso de la vía Bogotá-Girardot, el consorcio aumentó en 60 % su personal operativo durante Semana Santa; además, se habilitaron carriles reversibles, protocolos de respuesta rápido y un peaje electrónico.
Durante la Semana Santa, más de 150.000 vehículos tomaron la vía de regreso en apenas dos días.
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Aire, tierra y cable
El fenómeno no se limitó a las carreteras. El modo aéreo movilizó cerca de 1,9 millones de pasajeros. El terrestre, 3,9 millones, con el 16 de abril como pico máximo: medio millón de viajeros en un solo día.
La demanda fue tal que obligó a una cobertura total: vigilancia en 23 terminales, monitoreo en 23 peajes estratégicos, presencia en 15 muelles y embalses, y control activo en 27 puntos del país desde el Puesto de Mando Unificado. Incluso los sistemas de transporte por cable (Metrocable, MIO Cable, Megacable y el Cable Aéreo de Manizales) fueron parte de la logística nacional.
Más que un logro coyuntural, la Semana Santa de 2025 dejó abierta una pregunta crucial: ¿es posible consolidar esta tendencia?
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Este tipo de planificación (habitualmente invisible para el ciudadano) fue lo que evitó colapsos. Y lo que permitió que las cifras no contaran historias de muerte, sino de gestión.
Durante el año pasado, según Medicina legal, murieron cerca de 8.200 personas en las vías, un promedio de 22 personas cada día; sin embargo, 300 personas menos frente a 2023, cuando se registraron 8.546 fallecidos.
Lo que ocurrió en esta temporada muestra que eso puede cambiar. La reducción de accidentes (y de muertos) es una buena noticia. Pero también es una deuda. Una promesa de que sí se puede.
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