Vías 4G solo mejorarán el transporte en 28 % del país

Aunque los ahorros en tiempo y costos en algunos casos superan el 50 %, hay proyectos que no ofrecen beneficios que justifiquen la inversión.

Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.
03 de marzo de 2019 - 02:12 a. m.
Doble calzada entre Flandes y Girardot. / Cortesía - ANI
Doble calzada entre Flandes y Girardot. / Cortesía - ANI

Si bien el programa de vías de cuarta generación (4G) mejoró la accesibilidad en las regiones y disminuyó los costos asociados al transporte por carretera, este resultado solo es perceptible en ocho de los 32 departamentos que tiene el país (28 % del territorio). Así lo muestra una investigación de los ingenieros José Ignacio Nieto, de la Escuela Colombiana de Ingeniería, y Andrés Felipe Guzmán, de la Universidad de los Andes.

Valle del Cauca, Antioquia, Santander, Cundinamarca, Meta, Bolívar, Atlántico, Tolima y Boyacá son los departamentos con algún grado de cohesión territorial, de acuerdo con el análisis, entendida, para este caso, como un indicador que cuantifica el efecto de la inversión en infraestructura en términos de costos y tiempos de desplazamiento y su relación con el aporte de cada región al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Sin embargo, el programa de 4G, para el que se calcula una inversión de $90 billones (por construcción, operación y mantenimiento de los corredores), se compone de 48 proyectos en más de 20 departamentos, que en suma significarán la rehabilitación de 7.000 kilómetros de vías y la construcción de 1.370 kilómetros de dobles calzadas, 141 túneles y 1.300 viaductos.

El expresidente Juan Manuel Santos destacó, durante uno de sus discursos de cierre de gobierno, que con las obras se lograría una reducción de 20 % en costos de operación vehicular y de 30 % en tiempos de desplazamiento por carretera en las principales vías nacionales, dejando un beneficio económico de $8,3 billones.

El análisis comparativo de los ingenieros, presentado en enero de este año en la reunión anual de la Transportation Research Board (TRB) en Washington, identificó que el grueso del país no experimentará un beneficio directo con las vías concesionadas, pues en al menos 23 departamentos la relación entre disponibilidad de vías y producción interna no es tan favorable.

El mayor efecto se sentirá en Valle del Cauca, Antioquia y Santander, que tienen una importante cantidad de proyectos en curso, con exitosas reducciones en costo del transporte y tiempos. Por ejemplo, el corredor Remedios-Zaragoza-Caucasia (Conexión Norte) permitirá un ahorro de 12,2 % a los transportadores y el recorrido por la autopista Bucaramanga-Barrancabermeja-Yondó tomará 48 minutos menos (ganancia de 30 %), según la investigación.

Incluso se han evidenciado disminuciones importantes de forma indirecta en zonas que no hacen parte del corredor de los proyectos, pero son aledañas, lo que, para los investigadores, confirma la tendencia esperada de desarrollo económico (crecimiento del PIB) en función del mejoramiento en infraestructura al potenciar su capacidad de producción.

Estudios internacionales calculan que por cada punto porcentual que se incrementa la inversión en nueva infraestructura o mantenimiento vial, la producción agrícola puede crecer del 0,02 al 0,03 %. Para no ir muy lejos, en 2015 la Vicepresidencia de la República de Colombia mostró sus propias cifras: el mejoramiento de la red vial podría aumentar en más de 4 % las exportaciones provenientes de Boyacá, Nariño, Guaviare, Chocó, Cauca y Arauca.

En consecuencia, en los departamentos donde el efecto de las 4G es mayor, se prevé que la dinámica comercial y de producción será positiva. “Resulta importante cuantificar cómo el mejoramiento de la red actual y las nuevas construcciones afectarán los costos del transporte de mercancías, pues estos se constituyen en uno de los grandes valores añadidos al precio de los productos en general”, dijo Nieto.

Por el contrario, departamentos como Córdoba, Putumayo, La Guajira, Sucre, Casanare, Nariño y Cauca, si bien harán parte del curso de varias vías 4G, no verán grandes mejoras en economía o accesibilidad, dado que en muchos casos la variación no alcanza el 1 %. Esto se traduce en la facilidad y oportunidad de movilizarse y conectarse con el resto del país, por lo que los académicos lo consideran un catalizador de desarrollo.

Pero el impacto será todavía más imperceptible en Amazonas, Arauca, Caquetá, Chocó, Guainía, Guaviare, San Andrés y Providencia, Vaupés y Vichada, de acuerdo con la calificación, pues tienen deficiencias en infraestructura, no figuran en el mapa de las 4G y no hay obras de gran magnitud en ejecución.

Además coinciden casi exactamente si se cruzan con mapas de regiones que se caracterizan por la ausencia del Estado, que han padecido la presencia de grupos al margen de la ley por un largo tiempo y que tienen condiciones marcadas de pobreza. “Las zonas menos beneficiadas son las históricamente afectadas por el conflicto armado, que además son departamentos con un PIB muy bajito”, señaló Nieto.

El decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, Carlos Sepúlveda, fue enfático en que la conectividad, especialmente en infraestructura, potencia el desarrollo económico y social de las regiones porque permite recibir insumos para actividades productivas y comercializar mercancías locales. “Entre más aislado se esté, más difícil es el acceso a los mercados”, dijo.

Por su parte, Gustavo Junca, doctor en economía de la Universidad Nacional, destacó la importancia de plantear y desarrollar infraestructura para conectar los departamentos más apartados, “donde no existen vías para poder llevar al mercado los productos cultivados legalmente”.

El profesor recordó que el país sigue “con saldo en rojo” en lo relacionado con el transporte carretero, pues el 52 % de las vías pavimentadas se encuentra en mal estado. También se mostró preocupado por los planteamientos del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022: “Gran parte consiste en culminar las obras del gobierno Santos, pues no hay planeación en términos de nuevas obras para los distintos tipos de transportes en los departamentos a los cuales no ha llegado el desarrollo y que estuvieron bajo el conflicto armado durante 50 años”.

¿Dónde concentrarse?

El ejercicio de Nieto y Guzmán también identifica zonas del país donde deben centralizarse los esfuerzos del Gobierno y postula como de “prioridad alta” siete proyectos de los 31 analizados. El más antiguo de ellos es la Perimetral del Oriente de Cundinamarca (primera ola de las 4G), una autopista que conecta Boyacá y Meta sin pasar por Bogotá (desde Briceño hasta Cáqueza), el respaldo de la tradicional Bogotá-Villavicencio.

Según el Gestor de Proyectos de Infraestructura (GPI) del Ministerio de Transporte, con corte al 15 de febrero la obra llevaba un avance de 40 %. Sin embargo, está suspendida porque una parte del trazado afecta nacimientos de agua. Una vez finalizada, más de 400.000 habitantes de la zona de influencia se verán beneficiados con una reducción de dos horas en tiempo de viaje.

La siguen por orden de adjudicación la vía Villavicencio-Yopal y la transversal del Sisga. La primera se reactivó a finales del año pasado, luego de 26 meses de discutir diferencias técnicas, y se estima que las obras tomen cuatro años como máximo. Se espera que la segunda, que alcanza una ejecución de 28 %, solucione los problemas de predios las próximas semanas y pueda continuar el avance.

Las más recientes son Ocaña-Cúcuta, Zipaquirá-Bucaramanga y Sogamoso-Aguazul-Maní.

Nieto concluyó que la construcción y el mejoramiento de infraestructura deben ser pilares en la estructuración de planes de gobierno, pues una red de transporte en condiciones adecuadas “facilita el crecimiento económico e industrial, la dinámica del transporte, el comercio de mercancías y el beneficio, entre otros”.

Por Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.

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