Alejandro Gaviria es el nuevo rector de la Universidad de los Andes

Después de meses de espera, el ex ministro de Salud fue elegido en reemplazo de Pablo Navas para estar al frente de una de las universidades colombianas más importantes. Fue seleccionado de una terna en la que también estaban los economistas Ana María Ibáñez y Mauricio Cárdenas. Este es su perfil.

-Redacción Educación
22 de mayo de 2019 - 06:13 p. m.
Alejandro Gaviria es el nuevo rector de la Universidad de los Andes. / Luis Ángel
Alejandro Gaviria es el nuevo rector de la Universidad de los Andes. / Luis Ángel

Es difícil encontrar a alguien en Colombia que hoy no sepa quién es Alejandro Gaviria. Después de su paso como ministro de Salud en el Gobierno de Juan Manuel Santos, Gaviria se convirtió en una figura pública. Su constante diálogo con las personas a través de redes sociales, su apertura a los medios de comunicación y su faceta de escritor, lo han transformado en popular académico. Twitter es apenas una muestra: tiene más de 216 mil seguidores.

Tras dejar su cargo como ministro de Salud en 2018, Gaviria, ingeniero civil, máster y PhD en Economía de la Universidad de California (EE.UU.), asumió la dirección del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de América Latina y el Caribe, de la Universidad de los Andes, de la que ahora será rector por cuatro años.  

Desde el cargo que había ocupado hasta ahora Gaviria había divulgado temas que antes no estaban en su agenda y que, de hecho, hacen parte de las discusiones que aborda en su último libro, Si quiera tenemos las palabras. La crisis ambiental que atraviesa la humanidad, las dificultades y paradojas que genera el cambio climático y la relación de estos debates con los derechos humanos son algunos de los asuntos de los que suele hablar con frecuencia en emisoras y en páginas de revistas y periódicos. (Lea “Las instituciones globales son insuficientes”: Alejandro Gaviria)

La hoja de vida de Gaviria es robusta. Antes de ser ministro pasó por varias entidades públicas y privadas. A finales de los años 80, en Medellín, trabajó para la compañía de seguros Suramericana. Luego, en Bogotá, fue investigador de la Federación Nacional de Cafeteros. Entre 1993 y 1994 fue jefe de división del Departamento Nacional de Planeación. Tras finalizar su doctorado en Estados Unidos, se vinculó a Fedesarrollo en el 2000, donde fue subdirector. Después de ser profesor de Economía de la Universidad de los Andes, en 2006 asumió la decanatura de esa facultad, cargo en el que estuvo hasta 2012, cuando Juan Manuel Santos lo nombró como jefe del Ministerio de Salud en reemplazo de Beatriz Londoño. También ha sido columnista de El Espectador y constante colaborador de este diario. (Lea U. Nacional inaugura el primer jardín paleontológico interactivo del país)

Aunque Gaviria recibió varias críticas al inicio de su gestión, poco a poco se convirtió en uno de los ministros con más aceptabilidad. Su constante búsqueda por lograr un sistema de salud sostenible, lo llevaron a liderar medidas que generaron disgustos en varios sectores pero que se robaron varios elogios en otros. Quizás una de las más populares fue la regulación de precios de medicamentos. Los valores exorbitantes que estaban cobrando algunas farmacéuticas por los fármacos en Colombia, especialmente en el llamado NO POS, lo condujeron a tomar decisiones drásticas que, según cifras del mismo Minsalud, permitieron un ahorro de más de $4 billones. Su oposición a las fumigaciones con glifosato y su respaldo a la eutanasia fueron otras de las medidas que impulsó. Mientras lo hacía, en 2017 fue diagnosticado de cáncer (un linfoma No Hodgkin).

Gaviria, nacido en Santiago de Chile en los años 60 por una casualidad (su padre había sido becado en la OEA para estadística matemática), ha sido versátil en el mundo académico. Los temas sobre los que ha escrito artículos son diversos y, en su mayoría, siempre han estado atados a la Economía. La epidemia de la violencia en Colombia, la educación, el embarazo adolescente, el mercado laboral, las drogas, el sistema de salud, los efectos de la corrupción y la migración son algunos de los temas en los que ha profundizado.

Aunque por años ha transitado en diversos cargos públicos, es, justamente, en la academia donde Gaviria se siente más cómodo. “Es mi estado ideal”, le dijo a El Espectador en una entrevista a mediados de 2018. “Ahí estaba yo contento con lo que esto implica que es permanecer en su zona de confort pues uno se queda ahí tranquilo: ¡hacía lo que me daba la gana! (…) Ahí tenía libertad intelectual. Siempre me gustó dar clases, el contacto con los estudiantes me pareció algo enriquecedor y se es consciente de que se están tocando vidas”.

Como él mismo lo repite cada tanto en redes sociales, hay otra áera que lo seduce: la literatura. Con frecuencia publica fragmentos de libros de prosa y poesía. “La poesía”, le dijo a este diario, “es una forma de orar, es una forma de celebrar y protestar, de celebrar la vida y protestar sobre nuestra finitud, sobre nuestra soledad existencial, ontológica, sobre el saber y ser conscientes de lo que estamos destinados todos los hombres, a la muerte y al olvido”. El periodismo y a divulgación científica son otros de los asuntos que lo apasionan.

Además de Si quiera tenemos las palabras, que se ha convertido en un éxito editorial, Gaviria también ha publicado Alguien tiene que llevar la contraria (2016) y Hoy es siempre todavía (2018). Como lo resalta la página de la U. de los Andes, en el año 2005 recibió la Medalla Juan Luis Londoño. En 2009, el premio de periodismo Simón Bolívar al mejor artículo de opinión y, en 2010, el periódico Portafolio lo premió como el mejor profesor de economía y administración del país. El año pasado recibió la Orden de Boyacá, máxima condecoración que el gobierno colombiano concede a sus ciudadanos destacados por los servicios prestados al país.

Por -Redacción Educación

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