Cómo un balón puede transformar vidas

Los barrios donde se desarrolla el programa se caracterizan por ser focos de violencia, drogradicción, embarazos a temprana edad, violencia intrafamiliar entre otras problemáticas. Una situación que parece calcada en las zonas marginales del país, en donde las opciones de futuro para niños y jóvenes son pocas, lo que los impulsa a pertenecer a pandillas, caer en las drogas o el alcohol. Por eso, Fútbol con Corazón llegó para mostrarles a estos niños y jóvenes que su contexto es más grande que su barrio y que sus habilidades aún están, en la mayoría de los casos, sin descubir. “Por eso, con este programa queremos mostrarles que hay otra realidad, para que se empoderen de sus vidas y tomen mejores decisiones, como decirle no a las drogas o convivir con otras personas que piensen distinto para convivir en paz”, dice Carlos Pérez, ecoordinador nacional de operaciones de la Fundación Fútbol con Corazón. (Lea: Fútbol, un deporte para formar niños y adolescentes del Valle)

 

Cuando un niño llega al programa se le hace un diagnóstico a través de 50 preguntas que permiten ver sus “habilidades para la vida”, como lo llaman en los profesionales que trabajen el proyecto. Se trata de valores cognitivos, emocionales y sociales. Luego de un año, el niño o joven vuelve a ser evaluado, lo que arroja resultados cuantitativos del proceso. “Me refiero, por ejemplo, a auntoconocimiento, control de emociones, comunicación asertiva (…) Nuestra meta era que mejoraran un 10 por ciento sobre las habilidades con las que llegaron a la Fundación, pero el crecimiento estuvo en el 13%”.

 

Y, ¿cómo lo lograron? Tienen un modelo pedagógico que valora tanto el conocimiento de los profesionales, como el de los mismos niños. En el programa emplean una metodología integrada en la que se trazan una meta educativa, que ejecutan a través de la lúdica y el deporte. Así, en un primer tiempo al que denominan Calentamiento, los niños, niñas y adolescentes participan en un juego donde les están enseñando el valor o la habilidad que trabajarán en esa sesión, sin que sea una clase magistral. Luego, viene la aplicación práctica en la parte llamada  Juego y, en la última parte de la sesión, a la que denominan Camerino, se interioriza el aprendizaje. 

 

La Fundación trabaja con niños desde los 5 a 16 años, que divide en cuatro grupos: los Creadores de 5 a 7 años, Exploradores de 8 a 10, Constructores de 11 a 13, y Promotores de 14 a 17 promotores. 

 

Este proyecto es apoyado por Bancolombia, con su línea de Convivencia, bajo el programa Fútbol para la convivencia, que, además de respaldarlos con recursos a los 250 niños del barrio Las Malvinas de Barranquilla, los acompañan tanto a ellos, como a los profesionales en su formación y en el seguimiento a los procesos. “Nos permiten profesionalizarnos, ser rigurosos en el cumplimiento de objetivos con los niños y adolescentes”, concluye Carlos. (Lea: 'Un deporte para la formación de valores')

 

Este programa de Bancolombia también incluye la estrategia denominada Golombiao@, que trabaja junto con el programa de la Presidencia de la República, Colombia Joven, y que se implementa dentro de las instituciones educativas con niños entre los 13 y 18 años. La Liga Antioqueña de Fútbol es el operador del programa, que acompaña la formación física y emocional de 30 estudiantes, 15 hombres y 15 mujeres, con profesionales del deporte y la sicología. El objetivo es promover principios de respeto, equidad de género, entre otros valores. “No es un tema deportivo, sino de transformación del ser”, explica Adriana Barbón, coordinadora de la líne de Fútbol para la convivencia y Golombiao, en Bancolombia. 

 

 

 

Los barrios donde se desarrolla el programa se caracterizan por ser focos de violencia, drogradicción, embarazos a temprana edad, violencia intrafamiliar entre otras problemáticas. Una situación que parece calcada en las zonas marginales del país, en donde las opciones de futuro para niños y jóvenes son pocas, lo que los impulsa a pertenecer a pandillas, caer en las drogas o el alcohol. Por eso, Fútbol con Corazón llegó para mostrarles a estos niños y jóvenes que su contexto es más grande que su barrio y que sus habilidades aún están, en la mayoría de los casos, sin descubir. “Por eso, con este programa queremos mostrarles que hay otra realidad, para que se empoderen de sus vidas y tomen mejores decisiones, como decirle no a las drogas o convivir con otras personas que piensen distinto para convivir en paz”, dice Carlos Pérez, ecoordinador nacional de operaciones de la Fundación Fútbol con Corazón. (Lea: Fútbol, un deporte para formar niños y adolescentes del Valle)

 

Cuando un niño llega al programa se le hace un diagnóstico a través de 50 preguntas que permiten ver sus “habilidades para la vida”, como lo llaman en los profesionales que trabajen el proyecto. Se trata de valores cognitivos, emocionales y sociales. Luego de un año, el niño o joven vuelve a ser evaluado, lo que arroja resultados cuantitativos del proceso. “Me refiero, por ejemplo, a auntoconocimiento, control de emociones, comunicación asertiva (…) Nuestra meta era que mejoraran un 10 por ciento sobre las habilidades con las que llegaron a la Fundación, pero el crecimiento estuvo en el 13%”.

 

Y, ¿cómo lo lograron? Tienen un modelo pedagógico que valora tanto el conocimiento de los profesionales, como el de los mismos niños. En el programa emplean una metodología integrada en la que se trazan una meta educativa, que ejecutan a través de la lúdica y el deporte. Así, en un primer tiempo al que denominan Calentamiento, los niños, niñas y adolescentes participan en un juego donde les están enseñando el valor o la habilidad que trabajarán en esa sesión, sin que sea una clase magistral. Luego, viene la aplicación práctica en la parte llamada  Juego y, en la última parte de la sesión, a la que denominan Camerino, se interioriza el aprendizaje. 

 

La Fundación trabaja con niños desde los 5 a 16 años, que divide en cuatro grupos: los Creadores de 5 a 7 años, Exploradores de 8 a 10, Constructores de 11 a 13, y Promotores de 14 a 17 promotores. 

 

Este proyecto es apoyado por Bancolombia, con su línea de Convivencia, bajo el programa Fútbol para la convivencia, que, además de respaldarlos con recursos a los 250 niños del barrio Las Malvinas de Barranquilla, los acompañan tanto a ellos, como a los profesionales en su formación y en el seguimiento a los procesos. “Nos permiten profesionalizarnos, ser rigurosos en el cumplimiento de objetivos con los niños y adolescentes”, concluye Carlos. (Lea: 'Un deporte para la formación de valores')

 

Este programa de Bancolombia también incluye la estrategia denominada Golombiao@, que trabaja junto con el programa de la Presidencia de la República, Colombia Joven, y que se implementa dentro de las instituciones educativas con niños entre los 13 y 18 años. La Liga Antioqueña de Fútbol es el operador del programa, que acompaña la formación física y emocional de 30 estudiantes, 15 hombres y 15 mujeres, con profesionales del deporte y la sicología. El objetivo es promover principios de respeto, equidad de género, entre otros valores. “No es un tema deportivo, sino de transformación del ser”, explica Adriana Barbón, coordinadora de la líne de Fútbol para la convivencia y Golombiao, en Bancolombia.