Ayer, 20 de noviembre, el Consejo de Estado declaró nula la resolución con la cual Leopoldo Múnera había sido designado como rector de la Universidad Nacional, la institución de educación superior pública más grande de Colombia. Esta fue la segunda sentencia de dos casos relacionados. En la primera, el alto tribunal declaró que el proceso de selección de José Ismael Peña, quien fue designado como rector semanas antes que Múnera, fue legal.
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Este proceso ha estado marcado por varias discusiones. En cuanto a la designación de Peña, porque el Consejo Superior Universitario (CSU), máximo órgano de decisión de la Universidad, utilizó el método borda (basado en la teoría de juegos) para el proceso de votación. Tras esa designación, la entonces ministra de Educación, Aurora Vergara, se negó a firmar el acto de nombramiento de Peña. Las principales críticas al método borda se basan en que no es un proceso de votación para generar mayorías, sino para descartar candidatos.
Luego, argumentando que debían corregirse errores en el procedimiento de elección de rector, refiriéndose al uso del método borda, el Consejo Superior Universitario realizó una sesión para repetir la designación. Como resultado, Múnera fue nombrado como rector el 7 de junio de 2024.
Tras conocerse la decisión del Consejo de Estado, El Espectador habló con Leopoldo Múnera para conocer su posición frente al fallo y las acciones que tomará frente a este. Asegura que renunciará a la rectoría de la universidad, para facilitar la transición a un nuevo rector, y que espera que haya un proceso de discusión sobre la reforma que, a su juicio, requiere el sistema de gobierno universitario. También, tiene dudas sobre si el profesor José Ismael Peña volverá al cargo de rector, una decisión que deberá tomar el CSU.
¿Cómo recibe la decisión del Consejo de Estado, que anuló su designación como rector de la Universidad Nacional?
Era una decisión que esperaba, por como fue la primera sentencia, que declaró legal la designación del profesor José Ismael Peña. Se esperaba que esta segunda sentencia tuviera este sentido, porque era más o menos lo que había marcado el primer fallo. Entonces, no me extrañó el contenido.
Sin embargo, me parece que no son muy ponderadas las dos sentencias. Son muy laxas, en términos del Consejo Superior Universitario que designó al profesor José Ismael Peña, laxas en la valoración del método borda, que fue el método que se utilizó y que no era un método para formar mayorías absolutas. También en la valoración de la consulta y en la definición de las competencias que tiene el Consejo Superior Universitario. Y, por otro lado, demasiado estrictas en el caso de mi nombramiento, en donde le restringe las facultades al Consejo Superior por una interpretación sobre la finalización o no de la actuación administrativa.
En el primer comunicado que ustedes sacan con el equipo de la Universidad Nacional después de conocerse el fallo, aseguró que iba a respetar esta sentencia y, en más de una entrevista que hemos tenido, ha dicho que si el Consejo de Estado dice que no es rector, da un paso al costado. ¿Va a hacerlo o piensa recurrir a otras instancias legales?
No hay instancias legales para agotar en este momento. Yo voy a renunciar a la rectoría, para facilitar el proceso de transición hacia un nuevo rector. Pero, todo ese proceso de transición tiene que definirlo el Consejo Superior Universitario, que es la máxima autoridad académica y administrativa de la Universidad Nacional de Colombia.
Me imagino que el CSU va a hacer un llamado o una sesión extraordinaria para poder resolver qué se hace con la rectoría de la Universidad Nacional y con la dirección de la universidad. Hasta que el Consejo se reúna, sabremos si José Ismael Peña retoma el cargo o si se vuelven a convocar a todo este proceso de elecciones. Pero, es difícil que retome el cargo porque no hay un fallo de restablecimiento del derecho. La única manera en la que podría retomar el cargo sería con un fallo de restablecimiento del derecho que no existe, porque la acción de nulidad que presentaron ellos (la de la primera sentencia) es una acción de nulidad simple, y no de nulidad y restablecimiento del derecho.
¿A qué se refiere con que fue muy laxo y muy estricto? ¿Cree que no hubo igualdad de condiciones en las sentencias?
El análisis que hace el Consejo de Estado de lo que fue el método borda para el nombramiento del profesor Peña, es un análisis muy superficial. No se da cuenta de que el método Borda no está diseñado para construir mayorías absolutas, sino que está diseñado para ir eliminando candidatos. Es un método que es fácilmente manipulable, es susceptible de una manipulación estratégica. Ahí no hubo un balance ni un análisis suficientemente ponderado por parte del Consejo de Estado.
Tampoco en la importancia de la consulta a la comunidad universitaria. Le dieron relevancia simplemente con respecto a la escogencia de los cinco candidatos que llegan a la etapa final del proceso. Entonces, ahí tampoco hubo un análisis sobre la consulta. Simplemente, se limitaron a decir que no era vinculante, a descartar el carácter vinculante. Pero hay diferentes formas de ser vinculante. Lo mismo en la competencia que tenía el Consejo Superior Universitario para reformar y corregir regularidades. En eso fue muy, muy laxo.
Por el contrario, fue muy estricto en el análisis del Consejo Superior Universitario que me designó a mí y en el análisis del artículo 41 del Código de Procedimiento Administrativo y Contencioso Administrativo. Ahí rápidamente descartó la posibilidad de que la actuación administrativa (el proceso de designación) no se hubiera terminado, que estuviera a mitad de camino, y que por consiguiente, el Consejo Superior sí tenía la competencia para corregir las irregularidades que se presentaron en el nombramiento del profesor Peña.
El fallo del Consejo de Estado dice que el CSU actuó sin competencia para anular la designación de Peña y nombrarlo a usted como rector. ¿Cómo interpreta usted esta afirmación?
Sencillamente está diciendo que ya el proceso de designación había concluido, que la actuación administrativa había concluido y que por esto, el Consejo Superior no podía nombrar un nuevo rector porque el anterior no había sido ni destituido, ni anulado su nombramiento. Ahí el debate central es si la actuación administrativa concluyó o no. El Consejo Superior sostuvo en su momento que no había concluido y que por consiguiente era aplicable el artículo 41 del Código de Procedimiento Administrativo y Contencioso Administrativo, que es el que establece cómo se modifican las irregularidades que se cometen en un proceso administrativo.
El Consejo Superior consideró que no había concluido y que esto eran actos de trámite. En cambio, el Consejo de Estado consideró que con la designación del profesor Peña el 21 de marzo ya había concluido el proceso. Ese es el debate central.
¿Usted cree que el CSU que lo designó hizo una interpretación errónea legal sobre el artículo 41?
Si lo hubiera creído no me hubiera posesionado como rector.
En su pronunciamiento también hace un llamado a la calma, justamente para que no se repita lo que se vivió hace un año: la toma de edificios, un paro estudiantil indefinido, una modificación del calendario académico. ¿Qué acciones se pueden tomar para evitar que se repitan estos escenarios?
Yo lo que solicito es que podamos hacer un debate tranquilo, con argumentos, una deliberación para saber realmente qué es lo que está pasando en la universidad y para tener conciencia de que el verdadero responsable de todo esto es un sistema de gobierno de las universidades públicas que es totalmente deficiente. Hay una propuesta que está en marcha, que es la asamblea constituyente universitaria, que se puede discutir, que se pueden traer diferentes alternativas. Si no reformamos el gobierno universitario, esto se va a repetir como se está repitiendo en otras universidades públicas.
¿Por qué dice que la democracia de las universidades públicas es débil?
Porque no se le da la relevancia que debe tener la consulta a la comunidad universitaria. Tampoco se incentivan los mecanismos de participación que debe tener este tipo de proceso. El debate no está bien organizado. Es débil también porque en términos generales nuestra cultura democrática es muy frágil en Colombia, trata de manipular todos los procesos y de llevar a designaciones que son manipuladas en relaciones de poder entre quien elige y quien es elegido.
En estos días, la asamblea constituyente universitaria volvió a ser noticia en la Universidad Nacional. ¿Si usted presenta la renuncia se afectaría lo que ha avanzado en estos meses?
No, el proceso fue aprobado, promovido y depende del Consejo Superior Universitario, máxima autoridad académica y administrativa de la Universidad Nacional. No depende del rector, que no es determinante para la realización del proceso constituyente. Ya está constituida, que fue lo que se hizo en estos días la Mesa Constituyente Universitaria (MECUN). Esta es la que tiene que proponer la forma de organización, las funciones de la mesa, las comisiones y los comités de debate, es decir, toda la organización de la mesa para que ahí puedan llegar las propuestas que vienen de los cuerpos colegiados, consejo académico, consejos de facultades, que, a su vez, vienen de los claustros y colegiaturas que son las asambleas reguladas que tiene la Universidad Nacional y que vienen de los espacios organizativos autónomos. La MECUN recoge estas propuestas, las sistematiza, las pasa al Consejo Superior y este último es el que toma la decisión final.
Es decir que la asamblea va a continuar independientemente de quién asuma la rectoría de la Universidad Nacional
Va a continuar mientras lo diga el Consejo Superior, que no puede defraudar la opinión de una parte importante de la comunidad académica que está participando en el proceso constituyente.
¿Qué va a pasar con los actos administrativos que usted ha firmado desde junio de 2024 cuando asumió la rectoría?
Hay jurisprudencia del Consejo de Estado que dice que esos actos son totalmente válidos, a menos que sean demandados y se demuestre ilegalidad. No hay ningún problema, los actos son válidos y las actuaciones que yo tuve como rector también y están cobijadas por el principio de legalidad.
¿Cómo cree que la comunidad universitaria va a tomar su renuncia?
La comunidad universitaria es muy heterogénea, entonces es muy difícil decirlo. De todas maneras, ya se anuló mi designación. Lo único que estoy haciendo es aligerando los plazos para la transición. Espero que no sea muy grave para la comunidad universitaria, unos se pondrán contentos y otros no estarán de acuerdo.
¿Qué viene para usted, a qué se va a dedicar ahora que da un paso al costado de la rectoría?
Por fortuna, yo soy profesor de la Universidad Nacional de Colombia. Me encanta ser profesor, llevo 42 años. Lamento haberme alejado de la cátedra y voy a regresar. En estos momentos no tengo ninguna duda de que eso es lo que quiero hacer.
¿Qué lecciones le quedan de todo este proceso?
La principal lección que me queda es que tenemos que ajustar las formas de gobierno universitario y hacer un debate a fondo de qué implica el gobierno universitario y qué implica la democracia universitaria.
¿Cree que sí se va a poder lograr que esa consulta sea vinculante o que se mantendrá como está hasta ahora?
El debate no es que sea vinculante o no sea vinculante, sino cuáles son los grados en que esta consulta es vinculante. Creo que se puede lograr, para respetar la opinión y el voto de los integrantes de la comunidad universitaria.
¿Cómo espera que sea este proceso de transición con la nueva rectoría, que no sabemos si va a ser con el profesor Peña o con otro profesor o profesora?
Hay que esperar a ver qué decide el Consejo Superior Universitario y cuáles son las cuáles son las propuestas para la rectoría de la Universidad Nacional.
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