“El presupuesto de los colegios públicos da tristeza”
Asegura Sandra Inés Roldán, rectora del colegio Juan Pablo II de Villavicencio, cuando se refiere a la difícil situación económica que atraviesan los colegios públicos en las regiones del país. Pese a esto los resultados en las pruebas PISA for Schools del colegio que lidera estuvieron muy por encima del promedio nacional y cerca al promedio de los países de la OCDE.
Juan Miguel Hernández Bonilla
¿Qué características tiene el colegio Juan Pablo II?
Somos un colegio con 30 años de antigüedad. Siempre hemos estado en los primeros lugares de la región. Nuestro buen rendimiento es una constante. Tenemos cinco sedes y 2.100 estudiantes: 1.100 en bachillerato y 1.000 en primaria. A partir de 2015 empezamos el programa de pedagogía conceptual y lectores competentes con la Fundación Merani. Para nosotros era fundamental trabajar y desarrollar en los niños habilidades en lectura crítica. El proceso en el que el niño estudia y memoriza para la evaluación ya está mandado a recoger.
¿Cómo le ha ido al colegio con la pedagogía conceptual?
Los resultados en lectura crítica, ciencias y matemáticas de las pruebas PISA for Schools son muy buenos. Es evidente que hemos mejorado muchísimo. Estuvimos muy por encima del promedio nacional y cerca al promedio de los países de la OCDE. (Lea también: “Los pobres de Colombia también deben tener acceso a educación de alta calidad”)
¿Qué otro factor ha ayudado a lograr estos resultados?
Aquí hay un esfuerzo conjunto del equipo de maestros, de los padres de familia que aman su colegio y reconocen en él esa capacidad de liderazgo, y de los chicos que responden a esa dinámica de exigencia y siempre dan más. Tenemos niños que pertenecen a zonas de invasión, viven en las laderas de un caño, en los barrancos, con condiciones de vida muy difíciles. Ese es nuestro entorno y la mayoría de la población del colegio es de estratos 2 y 3, pero también tenemos niños de estratos altos. Son niños socioeconómicamente muy distintos, pero la calidad académica los lleva al Juan Pablo, a convivir con niños de diferentes de estratos sin discriminación. Tenemos niños que salen de la escuela al rebusque y también tenemos niños que van de vacaciones a Miami.
¿Cuáles son, a su juicio, los principales desafíos de la educación pública en Colombia?
Para nadie es un secreto cómo sobreviven los colegios públicos del país, sobre todo los regionales. Las asignaciones de recursos vienen en caída vertiginosa. Los presupuestos de los colegios públicos dan tristeza, han caído en más de 50 % en los últimos años. Además, el dinero no se pueden invertir en lo misional, entonces se va en mantenimiento de instalaciones. Nosotros nos gastamos la plata en el recibo de internet, teléfono, agua, insumos, papelería , aseo, útiles, tejas, cisternas. Es aterrador. Invertir en innovación o tecnológica es imposible. (También le puede interesar: “La lectura crítica sirve para desarrollar todos los aspectos de la vida”)
¿Qué desafíos distintos a los financieros hay en la educación?
La formación continua de los directivos es un reto al que no se le ha puesto mucha atención. Somos el último eslabón de esta cadena. El Estado debería garantizar un acompañamiento periódico y consecutivo para los directivos de los colegios oficiales. El otro reto es la capacitación del maestro, su profesionalización. En este momento hay muchas limitaciones para esta profesión. El salario es muy bajo, las pensiones muy malas. La imagen del maestro vive deteriorada. Hay que empezar a reforzar eso. Hasta los están matando.
¿Por qué cree que está sucediendo esto?
El maestro no deja de ser un líder social. Es el que cuestiona, el que exige, el que reclama, y por eso se convierte en una piedra en el zapato para el poder y para la delincuencia. Ahí empieza la persecución. El maestro es un líder social y debe ser reconocido y respetado como tal. Como es un maestro, no pasa nada si lo desaparecemos. Ahí habría otro trabajo fuerte que hacer.
¿Qué características tiene el colegio Juan Pablo II?
Somos un colegio con 30 años de antigüedad. Siempre hemos estado en los primeros lugares de la región. Nuestro buen rendimiento es una constante. Tenemos cinco sedes y 2.100 estudiantes: 1.100 en bachillerato y 1.000 en primaria. A partir de 2015 empezamos el programa de pedagogía conceptual y lectores competentes con la Fundación Merani. Para nosotros era fundamental trabajar y desarrollar en los niños habilidades en lectura crítica. El proceso en el que el niño estudia y memoriza para la evaluación ya está mandado a recoger.
¿Cómo le ha ido al colegio con la pedagogía conceptual?
Los resultados en lectura crítica, ciencias y matemáticas de las pruebas PISA for Schools son muy buenos. Es evidente que hemos mejorado muchísimo. Estuvimos muy por encima del promedio nacional y cerca al promedio de los países de la OCDE. (Lea también: “Los pobres de Colombia también deben tener acceso a educación de alta calidad”)
¿Qué otro factor ha ayudado a lograr estos resultados?
Aquí hay un esfuerzo conjunto del equipo de maestros, de los padres de familia que aman su colegio y reconocen en él esa capacidad de liderazgo, y de los chicos que responden a esa dinámica de exigencia y siempre dan más. Tenemos niños que pertenecen a zonas de invasión, viven en las laderas de un caño, en los barrancos, con condiciones de vida muy difíciles. Ese es nuestro entorno y la mayoría de la población del colegio es de estratos 2 y 3, pero también tenemos niños de estratos altos. Son niños socioeconómicamente muy distintos, pero la calidad académica los lleva al Juan Pablo, a convivir con niños de diferentes de estratos sin discriminación. Tenemos niños que salen de la escuela al rebusque y también tenemos niños que van de vacaciones a Miami.
¿Cuáles son, a su juicio, los principales desafíos de la educación pública en Colombia?
Para nadie es un secreto cómo sobreviven los colegios públicos del país, sobre todo los regionales. Las asignaciones de recursos vienen en caída vertiginosa. Los presupuestos de los colegios públicos dan tristeza, han caído en más de 50 % en los últimos años. Además, el dinero no se pueden invertir en lo misional, entonces se va en mantenimiento de instalaciones. Nosotros nos gastamos la plata en el recibo de internet, teléfono, agua, insumos, papelería , aseo, útiles, tejas, cisternas. Es aterrador. Invertir en innovación o tecnológica es imposible. (También le puede interesar: “La lectura crítica sirve para desarrollar todos los aspectos de la vida”)
¿Qué desafíos distintos a los financieros hay en la educación?
La formación continua de los directivos es un reto al que no se le ha puesto mucha atención. Somos el último eslabón de esta cadena. El Estado debería garantizar un acompañamiento periódico y consecutivo para los directivos de los colegios oficiales. El otro reto es la capacitación del maestro, su profesionalización. En este momento hay muchas limitaciones para esta profesión. El salario es muy bajo, las pensiones muy malas. La imagen del maestro vive deteriorada. Hay que empezar a reforzar eso. Hasta los están matando.
¿Por qué cree que está sucediendo esto?
El maestro no deja de ser un líder social. Es el que cuestiona, el que exige, el que reclama, y por eso se convierte en una piedra en el zapato para el poder y para la delincuencia. Ahí empieza la persecución. El maestro es un líder social y debe ser reconocido y respetado como tal. Como es un maestro, no pasa nada si lo desaparecemos. Ahí habría otro trabajo fuerte que hacer.