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El trabajo infantil aumentó en zonas donde hubo aspersión aérea con glifosato

Un estudio publicado en la revista Journal of Education in Emergencies determinó que la fumigación aérea de cultivos de coca está asociada con una mayor probabilidad de que los niños en un hogar estén trabajando, lo que se traduce en menos tiempo dedicado a la educación o la recreación.

Helena Calle

11 de noviembre de 2020 - 01:07 p. m.
No se encontró ningún efecto sobre la probabilidad de que asistieran a la escuela o desertaran de sus estudios. Esto por falta de datos.
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¿Cuál es el efecto de la fumigación en los hogares rurales en donde se cultiva coca, y sobre todo, cuales son los efectos de la aspersión sobre el trabajo infantil y la educación?

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Desde 1999, la estrategia del gobierno colombiano para erradicar los cultivos de coca en el país (unas 154.000 hectáreas para 2019, según la UNODC) se concentró en la erradicación forzada con aspersión aérea de glifosato, como parte del Plan Colombia, el bastión de la guerra contra las drogas en el país. Solo entre el 2000 y 2015, Estados Unidos invirtió 9.6 millones de dólares en la implementación del Plan Colombia.

Por 16 años esta estrategia se usó y mientras se efectuó esta política, se aspersaron aproximadamente 1,700.000 hectáreas de coca (y sus alrededores), el equivalente a 3.400.000 campos de fútbol.

El debate sobre la aspersión aérea ha girado sobre todo alrededor de las afectaciones al medio ambiente, de la efectividad de la aspersión aérea para erradicar coca, o de las afectaciones a la salud de los campesinos y campesinas cocaleras. Sin embargo, se ha dicho poco sobre el efecto de los cultivos de coca y de la estrategia de erradicación más polémica del gobierno en la población escolarizada, es decir, niños, niñas y adolescentes rurales.

Un estudio realizado por la investigadora Claudia Rodríguez y publicado en la revista Journal of Education in Emergencies (asociada a la Universidad de Nueva York) a finales de octubre de 2020 relacionó la fumigación aérea con un en la aumento del 1% en la probabilidad de que los niños de 12 a 17 años trabajen en lugar de ir al colegio por cada hectárea fumigada. La fumigación de cultivos de coca también se asoció con un 0.15% de probabilidad de que los hermanos mayores de las familias en donde hay cultivos dilaten su educación, y un aumento del 5% en la probabilidad de que los hermanos menores abandonen la escuela.

¿Por qué esto es culpa de la aspersión aérea? Esto, según la investigación, tiene que ver con la caída en los ingresos de los hogares rurales cuando se fumigaron los cultivos. Un estudio de 2009, en donde se describe la situación de las familias rurales de La Macarena después de la fumigación aérea, dice que el glifosato enfermó animales, contaminó los pozos de agua y arruinó algunas hectáreas de maíz. Así que no solo se acabó con la coca: también con otras maneras de sustento que obligaron a las familias a replantar coca y a la larga, a necesitar más mano de obra para la recolección de la coca, por lo general, los hijos mayores. Es sencillo: los niños deben entonces trabajar más horas y reducir el tiempo que dedican a su educación para mantener el nivel de consumo del hogar. “El efecto a largo plazo es que el salario de un niño se reduce a una cantidad inferior a lo que podría ganar en el futuro al recibir una educación”, dice el estudio.

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Según cifras del DANE, el 10.2% de los niños en Colombia entre 5 y 17 años trabajaban en 2012. “La principal razón del trabajo infantil es la pobreza, lo que lo hace particularmente relevante en el contexto de los hogares cocaleros, que tienen altos niveles de pobreza. Además, las regiones donde se cultiva coca tienen índices de necesidades básicas insatisfechas más altos, menor acceso a servicios públicos como electricidad y carreteras, y una presencia limitada de instituciones estatales”, escribe Rodríguez en el estudio, que se concentró especialmente en el Catatumbo y en el occidente antioqueño.

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Para determinar qué tanto tiene que ver la aspersión aérea de glifosato con la deserción escolar y el trabajo infantil, la investigadora cruzó las estadísticas de la Encuesta de Calidad de Vida (QLS) del DANE para el período 2008-2012con los datos municipales sobre cultivos ilícitos y su erradicación del Observatorio Colombiano de Drogas y el Centro Internacional de Estudios Estratégicos Antinarcóticos de la Policía Antinarcóticos (que vale la pena decir, no especifican en qué sector trabajan los niños, y no dice si los miembros de un hogar cultivan coca).

“Los resultados muestran que la fumigación aérea de cultivos de coca está asociada con una mayor probabilidad de que los niños en un hogar estén trabajando, pero no se encontró ningún efecto sobre la probabilidad de que asistieran a la escuela, que estarían en un grado inferior al esperado para su edad. También hay evidencia de que la fumigación de cultivos aumenta la probabilidad de que los hermanos mayores se retrasen en la escuela y reduce la probabilidad de que los hermanos menores vayan a la escuela”, concluye la investigadora.

En promedio, las niñas hacen más tareas domésticas que los niños, trabajan menos (porque tienen menos probabilidades de trabajar y asistir a la escuela simultáneamente) y en estos casos, asisten más a la escuela. Sin embargo, no se encontraron efectos diferenciados por género, aunque si bien es cierto que los hombres trabajan más en los cultivos, las mujeres pueden estar trabajando en otros sectores.

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El estudio está disponible en este link

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