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Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, se pronunció en entrevista con Caracol Radio sobre las denuncias que se han publicado en los últimos días por la situación financiera de la institución, despidos injustificados y posibles conflictos de interés. En El Espectador dimos a conocer varias de esas denuncias desde la semana pasada.
Frente a eso, además, se han pronunciado varios miembros de la comunidad universitaria, como algunos docentes, egresados y funcionarios, exigiendo explicaciones por parte de la parte administrativa de la universidad frente a esta situación. Por otra parte, algunos decanos de facultades de la institución se pronunciaron respaldando al rector Cheyne.
En entrevista con Caracol Radio, Cheyne arrancó por asegurar que “no estamos en quiebra, no tenemos problemas de liquidez”, frente a las numerosas dudas que existen frente a la capacidad de la universidad para pagar sus deudas y para adquirir nuevos créditos.
Hace pocos días, un grupo de profesores de la Facultad de Economía de esa institución habían presentado un análisis de la situación financiera actual. Los profesores analizaron los índices de endeudamiento, liquidez, cobertura de intereses y comportamiento de los intereses. Aunque encontraron que la Universidad sí tiene suficiente capacidad de endeudamiento, también evidenciaron que desde el 2019 no se cumple con el índice de liquidez requerido por el Gobierno.
Frente a esto, Cheyne reiteró las cifras que la universidad ya había dado a conocer mediante un comunicado en días pasados: que al cierre de 2023 registraron un excedente neto de $2.265 millones, y que en los primeros meses de 2024 ese excedente neto se habría consolidado en $4.960 millones.
Explicó que tienen una deuda por $120.000 millones a un plazo de 12 años, con dos años más de gracia. Luego de adquirir este crédito, aseguró Cheyne, la colegiatura de la universidad aprobó la posibilidad de adquirir otros créditos, pero no se ha pedido ninguno adicional “porque no los hemos necesitado”.
También dijo que hace varios años se creó un fondo para emergencias económicas, que surgió con $50.000 millones, y que aún tienen disponibles $27.000 millones. “Hemos usado lo que se necesita”, añadió. Además, aseguró que entre 2021 y 2023 la cantidad de estudiantes se ha incrementado en un 7.9 %.
Cheyne no negó que existan “desafíos financieros” por la situación que se vive en las universidades públicas del país, pero reiteró que “no estamos en quiebra”.
Las respuestas al posible conflicto de interés
El rector de la U. del Rosario también se refirió a los señalamientos que existen por posibles conflictos de interés en las contrataciones de algunas personas de su equipo de trabajo en el área administrativa.
En esa universidad, hay 15 estudiantes de pregrado, elegidos por su caldidad académica, que participan en la elección del rector. A esos estudiantes se les llama colegiados. A Cheyne se le acusa de haber contratado a varios de los estudiantes que votaron por él en su reelección en 2022, configurando un posible conflicto de interés.
Cheyne explicó frente a esto que, cuando estos estudiantes se gradúan, salen de la colegiatura y se convierten en egresados y frecuentemente son contratados por la universidad. “Es parte de la forma en la que se nutre la universidad”.
Si bien no negó que algunos de los colegiados que votaron por él están vinculados a la universidad, dijo que también “he invitado a otros que también fueron colegiados e incluso no colegiados”, así como a personas externas a la U. del Rosario.
Sobre los despidos de docentes
Las denuncias también incluían algunas preocupaciones frente a despidos injustificados de varios docentes por parte de la Universidad. Algunos de estos se encontraban tomando licencias que fueron aprobadas por la institución y que están contempladas en los estatutos.
Cheyne respondió a esto que “es falso que haya despidos masivos”, asegurando que en la universidad a 2.000 trabajadores, y se despidió a 52 de estos. Añadió que algunos de esos despidos correspondieron a personas que estaban tomando la licencia, pero que ya la habían prorrogado varias veces, durando “hasta cinco años por fuera de la universidad”.
Con las respuestas frente a las denuncias, Cheyne puntualizó que “en ningún momento he pensado en renunciar” ante los pedidos que han hecho algunos sectores de la comunidad universitaria.
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