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Hace 20 años surgió la primera opción universitaria en el Urabá, con una sede de la Universidad de Antioquia en el municipio de Turbo. La zona bananera por excelencia del país, aquella que muchos todavía recuerdan como una región invadida por el miedo de la guerra y las masacres, vio en 1995 la posibilidad de que sus habitantes se formaran sin tener que trasladarse a las grandes ciudades.
Sin embargo, en estos años la sede tradicional, Jesús María, se ha visto invadida por el agua en más de una ocasión. Turbo era una zona de manglares, que con el tiempo los habitantes rellenaron, explica el profesor de ecología marina Juan Diego Correa. “Por ello, cuando llueve el agua no drena y se inundan las zonas bajas, como el lugar en donde está esta sede”, recalca.
Este problema, que ha generado la cancelación de las clases en repetidas ocasiones, se convirtió, prácticamente en el único tormento de la institución. “Tenemos el ánimo de estudiar y soportamos lo que más podemos. El agua os amenaza constantemente”, dice el profesor Correa.
Por ello y por la necesidad de generar más opciones educativas para la población de la región e incluso para todo el país, la Universidad de Antioquia y la Gobernación iniciaron en 2009 la construcción de tres sedes: una en el municipio de Carepa, de estudios ecológicos y agroambientales; la que será el centro administrativo en Apartadó, donde estarán las ingenierías, ciencias sociales y derecho, entre otras carreras; y la sede en Turbo, dedicada a las ciencias del mar.
Esta última, que actualmente cuenta con 350 estudiantes, inauguró esta semana su segunda fase y mostró el empeño de la región por formar investigadores de pregrado en oceanografía, ingeniería oceanográfica y ecología en zonas costeras. Según su director, Jaime Uribe, esta formación es indispensable para que el Urabá le ponga la cara al mar y así aporte al desarrollo de la zona.
“Son carreras que poco se conocen, pero que son fundamentales en lugares como estos. La protección de las costas, el cuidado del medio ambiente y la pertinencia de la infraestructura aledaña al mar son algo indispensable. Sin embargo, por falta de especialización en este campo, las cosas no se ha hecho de la mejor manera”, dice Estiben Ramírez, estudiante de quinto semestre de ingeniería oceanográfica.
Él y su compañera Estefanía Zapata comenzaron sus estudios en la nueva sede. Comentan que ha sido un proceso largo, pero que los resultados son cada vez más notorios. “Cuando llegué, me sentí todavía en el colegio, con apenas dos bloques, unos pocos salones y sólo 120 estudiantes. Ahora vemos el avance en las instalaciones y en la dotación, porque la pertinencia y la tecnología de los equipos son las que permiten alcanzar la profundidad que requiere este campo de estudio”, recalca Estefanía.
Los expertos en estas ciencias aseguran que Colombia, principalmente en Santa Marta, ha logrado educar a profesionales competentes en estas áreas. Sin embargo, también consideran que en una región como el Urabá ha faltado este conocimiento para poder aprovechar efectivamente los recursos y responder a las necesidades de la población. Más ahora que se tiene como proyecto la construcción de un sistema portuario que conecte el Golfo de Urabá con los municipios aledaños.
El profesor Correa recalca la necesidad de que cada vez se reconozca que existen profesionales de las ciencias del mar, porque según él, los sectores empresariales y productivos no los conocen y por ello la oferta laboral es muy escasa. “Históricamente, todo lo referente a la infraestructura marítima y costera lo han hecho ingenieros civiles que no tienen la formación necesaria para estas construcciones. No es que se les quiera quitar el trabajo. Es una cuestión de especialización”, recalca el experto.
En este panorama, el proyecto educativo avanza y se espera que dentro de poco la antigua sede quede a un lado cuando las obras de las tres nuevas instalaciones culminen y todas las carreras se trasladen a ellas. Para el director Jaime Uribe, “esta es sin duda la oportunidad para que los urabeños comencemos a ver las opciones de vida en esta tierra, pero además para que los colombianos borren de su mente el estigma que tienen del Urabá. Un estigma de inequidad, pobreza y violencia, que con el tiempo la población local ha dejado en el pasado, pero que los de afuera aún mantienen”.
me.avella@gmail.com
@EstefaniaAvella
*Invitación de la Gobernación de Antioquia.