Jorge Arias de Greiff, la humanidad en el cosmos

Las estrellas siempre nos han seducido con su brillo y su belleza, pero sobre todo, por su lejanía. Si fueran accesibles de forma constante, ya nos hubiéramos aburrido de ellas. En nuestras reuniones sociales tratamos de imitar el efecto de su energía, bailando en la oscuridad con una ‘bola espejo’ que redirecciona la luz existente, y de vez en cuando ilumina el rostro de nuestra pareja. 

 

Desde nuestro conocimiento y lenguaje las hemos nominado, les hemos organizado bajo nombres que se nos asemejan a figuras o mitos que la humanidad engendró: Orión, Andrómeda y Sagita, son algunas de las más conocidas que siguen intrigando a los hombres de ciencia, como a Jorge Arias de Greiff, sinónimo de compromiso con el desarrollo científico del país. 

 

En su niñez, Arias fue educado con los métodos de la escuela activa que se aplicaron con mayor intensidad en el Gimnasio Moderno luego de la visita del pedagogo belga Ovide Decroly en los años veinte, convirtiéndose en un espacio para que los niños potenciaran sus intereses y pasiones mientras aprendían. 

 

Desde muy joven el epicentro de su actividad intelectual fue la Universidad Nacional de Colombia, ejerciendo no sólo como docente, sino también transitando por los vericuetos caminos de las labores administrativas en el sector educativo hasta llegar a uno de los más honorables cargos, el de rector. En ese claustro educativo enseñó física general, acústica, óptica y astronomía.  

 

Fueron muchas las generaciones que tomaron sus materias, no sólo estudiantes que provenían de las ciencias exactas sino también de las humanidades, a los cuales impartía un curso sobre las complejidades de los cuerpos celestes del universo, desmintiendo el falso antagonismo entre ciencias exactas y naturales. Durante más de tres décadas fue el Director del Observatorio Astronómico Nacional, donde impulsó la reflexión científica sobre los astros, acercando sobre todo este conocimiento a los más niños. 

 

Poco conocido, pero fecundo, es su trabajo de investigación sobre la visión que tienen los pueblos indígenas colombianos sobre las estrellas y el espacio. Algo que en los últimos años han tratado de continuar algunos antropólogos. 

 

De Greiff ejerció como rector de la Universidad Nacional en plena época de efervescencia política, cuando aún la revolución cubana hacia soñar a los jóvenes con la toma del poder al estilo de los ‘Barbudos’ en la Sierra Maestra, lo que lo llevó a ver la influencia de la política en los estudiantes y la vida cotidiana universitaria.

 

En los últimos años ha sido un crítico de la historia y la política en el país, disertando en diversos medios sobre los modelos historiográficos con los cuales se ha reconstruido el pasado oficial en el país. 

 

En la actualidad es consultado por estudiantes de la Universidad Nacional e invitado a presidir conferencias sobre los temas que le apasionan. 

 

Carlos-Enrique Ruiz exviceministro de Educación, Director-fundador de la Revista Aleph y Director Cátedra Aleph en la Universidad Nacional de Colombia, ha señalado en diversos medios, entre ellos ‘La Patria’ de Manizales, la necesidad de emprender un esfuerzo editorial para recoger su producción académica, algo que sin duda sería un primer esfuerzo por reconocer la labor de este hombre de ciencia. 

 

Las estrellas siempre nos han seducido con su brillo y su belleza, pero sobre todo, por su lejanía. Si fueran accesibles de forma constante, ya nos hubiéramos aburrido de ellas. En nuestras reuniones sociales tratamos de imitar el efecto de su energía, bailando en la oscuridad con una ‘bola espejo’ que redirecciona la luz existente, y de vez en cuando ilumina el rostro de nuestra pareja. 

 

Desde nuestro conocimiento y lenguaje las hemos nominado, les hemos organizado bajo nombres que se nos asemejan a figuras o mitos que la humanidad engendró: Orión, Andrómeda y Sagita, son algunas de las más conocidas que siguen intrigando a los hombres de ciencia, como a Jorge Arias de Greiff, sinónimo de compromiso con el desarrollo científico del país. 

 

En su niñez, Arias fue educado con los métodos de la escuela activa que se aplicaron con mayor intensidad en el Gimnasio Moderno luego de la visita del pedagogo belga Ovide Decroly en los años veinte, convirtiéndose en un espacio para que los niños potenciaran sus intereses y pasiones mientras aprendían. 

 

Desde muy joven el epicentro de su actividad intelectual fue la Universidad Nacional de Colombia, ejerciendo no sólo como docente, sino también transitando por los vericuetos caminos de las labores administrativas en el sector educativo hasta llegar a uno de los más honorables cargos, el de rector. En ese claustro educativo enseñó física general, acústica, óptica y astronomía.  

 

Fueron muchas las generaciones que tomaron sus materias, no sólo estudiantes que provenían de las ciencias exactas sino también de las humanidades, a los cuales impartía un curso sobre las complejidades de los cuerpos celestes del universo, desmintiendo el falso antagonismo entre ciencias exactas y naturales. Durante más de tres décadas fue el Director del Observatorio Astronómico Nacional, donde impulsó la reflexión científica sobre los astros, acercando sobre todo este conocimiento a los más niños. 

 

Poco conocido, pero fecundo, es su trabajo de investigación sobre la visión que tienen los pueblos indígenas colombianos sobre las estrellas y el espacio. Algo que en los últimos años han tratado de continuar algunos antropólogos. 

 

De Greiff ejerció como rector de la Universidad Nacional en plena época de efervescencia política, cuando aún la revolución cubana hacia soñar a los jóvenes con la toma del poder al estilo de los ‘Barbudos’ en la Sierra Maestra, lo que lo llevó a ver la influencia de la política en los estudiantes y la vida cotidiana universitaria.

 

En los últimos años ha sido un crítico de la historia y la política en el país, disertando en diversos medios sobre los modelos historiográficos con los cuales se ha reconstruido el pasado oficial en el país. 

 

En la actualidad es consultado por estudiantes de la Universidad Nacional e invitado a presidir conferencias sobre los temas que le apasionan. 

 

Carlos-Enrique Ruiz exviceministro de Educación, Director-fundador de la Revista Aleph y Director Cátedra Aleph en la Universidad Nacional de Colombia, ha señalado en diversos medios, entre ellos ‘La Patria’ de Manizales, la necesidad de emprender un esfuerzo editorial para recoger su producción académica, algo que sin duda sería un primer esfuerzo por reconocer la labor de este hombre de ciencia.