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Cuatro autoridades educativas regionales le contaron a El Espectador cómo vivieron la primera jornada del paro nacional del magisterio, convocado por la Federación Colombiana de Educadores (Fecode).
El mejor rector de Colombia en el año 2013 según el Premio Compartir, la rectora del colegio público más grande de Pasto y dos educadores de los mejores bachilleratos estatales hablaron de los aciertos y desaciertos de las medidas tomadas por los voceros de Fecode en Bogotá.
Aunque declararon que se identifican con el pliego de exigencias presentadas al Gobierno, la mayoría no está de acuerdo con que sean los niños los que paguen los platos rotos de estas negociaciones al perder horas de clase.
En Bogotá, la ministra de Educación, María Fernanda Campo, lamentó la decisión de Fecode de mantener el cese de actividades, anunció un plan de choque en salud, para que las EPS mejoren la atención a los maestros y reprogramen citas atrasadas, y se comprometió a cumplir con todas las promesas. Por su lado, la federación de educadores fue tajante: “Sin acuerdos firmados, el paro no se levanta”.
Aníbal Bubú - El mejor rector de Colombia según Premio Compartir 2013.
“En el Instituto Departamental de Educación Básica Indígena , responsable de la educación de 1.960 niños nasas y emberas de 18 municipios del Valle, salimos a paro. La salud que recibimos los maestros de la Unión Temporal Magisalud tiene falencias: pedir una cita tarda más de un mes, muchos medicamentos no son cubiertos y con las urgencias debemos ir a clínicas privadas . Los nombramientos de maestros son la mayor dificultad: en enero solicitamos 11 nuevos profesores a la Secretaría de Educación y esta es la hora en que ninguno ha llegado. Hace dos años amenazaron a dos profesores de nuestra institución, las autoridades nunca les dieron una respuesta y ellos tuvieron que desplazarse sin ningún respaldo del Gobierno. Respecto a la educación indígena, hay voluntad política, pero faltan recursos”.
Nylce Bolaños- Rectora, de la Institución Educativa Municipal (Inem) de Pasto.
“Tres días de paro me parecen mucho tiempo, creo que con un día bastaba. Aunque el gobierno no ha cumplido con algunos acuerdos también hay que ver que este año el paro campesino y el cafetero han interrumpido muchas clases y los niños no pueden seguirse afectando. Es bueno protestar pero sin perjudicar a los estudiantes. En cuanto a peticiones específicas, nos parece justo que se nos reconozca la prima por pago de servicios y en cuanto a salarios es necesario que el gobierno iguale el estatuto docente porque hay maestros que se ganan un 40% menos de salario (teniendo la misma formación) solo porque pertenecen al último estatuto. En salud, las quejas de los docentes hacia la EPS que nos atiende (Proinsalud) dependen del médico que los reciba, algunos están satisfechos pero la mayoría reclaman un seguimiento médico más profundo”.
Armando Solano -Director de bachillerato en el Instituto Técnico Central.
El segundo mejor colegio público de Colombia.
“Nosotros no salimos a paro. Esta es una institución pública oficial que depende del Ministerio de Educación, no de la administración de Bogotá, por consiguiente, los pagos, la atención en salud y demás reclamos que hacen nuestros colegas de otras instituciones se han cumplido. Incluso tenemos una dependencia de recursos humanos que constantemente está vigilando que los derechos de nuestros docentes se respeten. Sí consideramos que hay otros colegios y profesores que tienen necesidades evidentes en todo el país, por eso es importante escucharlos y hacer cumplir sus reclamos. Lo único que pedimos es que se recuperen las clases perdidas; los niños y jóvenes no tienen por qué ser los más perjudicados”.
Luis Chamorro - Rector del Liceo de la U. de Nariño. uno de los mejores colegios públicos.
“Nuestro Liceo tiene un dilema. No salimos a paro por que desde lo administrativo, los salarios los paga a tiempo la Universidad de Nariño y la atención en salud es buena. Pero como educadores estamos de acuerdo con el paro. Es triste que los maestros deban mendigar sus derechos. Es inconcebible que el país siga teniendo un presupuesto mucho más elevado para la guerra que para la educación. Todas las peticiones son dignas”.
Por Redacción Vivir
