Los Titanes de la Educación

Con la iniciativa de Titanes Caracol se busca resaltar a esos líderes que, sin esperar nada a cambio, trabajan para mejorar las condiciones y calidad de vida de las comunidades más vulnerables del territorio colombiano. Estos son los emprendimientos por los cuales tres hombres y dos mujeres fueron nominados a la categoría de Educación.

Redacción medios
27 de septiembre de 2019 - 02:00 a. m.
De izquierda a derecha: María Ester Tellez, Lus Dary Bonilla, Lucas Bravo, Juan Bernardo Quevedo, Jaimes Suárez. / Cortesía
De izquierda a derecha: María Ester Tellez, Lus Dary Bonilla, Lucas Bravo, Juan Bernardo Quevedo, Jaimes Suárez. / Cortesía

María Ester Téllez Cámara, nació en Madrid, España, pero desde hace 25 años vive en Santa Viviana en Ciudad Bolívar, localidad de Bogotá a la que llegó para crear un colegio en el que actualmente estudian 450 niños, niñas y adolescentes. 

Téllez es misionera de la comunidad ABC Prodein y recibió la nacionalidad colombiana en 2015. Además, desarrolla proyectos sociales en diversas partes del país. En Medellín se favorecen 350 niños y se entregan alimentos básicos a 800 familias, mientras que en Cali 1.300 jóvenes de la zona de Potrero Grande reciben un acompañamiento integral. 

Actualmente su colegio en Ciudad Bolívar está en proceso de obtener la licencia de funcionamiento para los grados décimo y once. La hermana María Ester comenzó administración de empresas y lidera un programa de asistencia y alimentación para adultos mayores en Ciudad Bolívar, que, de otra manera, no tendrían cómo sobrevivir.  

 

 

 

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En esa misma localidad, Luz Dary Bonilla, otra de las nominadas de educación, ve reflejada su niñez y adolescencia que vivió con su familia en la zona alta de Ciudad Bolívar, en cada una de las 45 niñas que hacen parte de su fundación “Niñas de Luz”. 
Cada ocho días atraviesa la ciudad para dirigirse a la fundación, donde, en compañía de tres mentores, desarrollan jornadas de educación a través del ejemplo. Las niñas participan en talleres de teatro y comunicación, reciben clases de etiqueta y protocolo. Juegan fútbol y las más pequeñas cantan o juegan con sus muñecas. Su objetivo es cambiar las rutinas de las menores cuidadoras y cocineras, por otras opciones en las que puedan empoderarse con oportunidades que les permitan educarse y crecer. 

Su proyecto busca que cada niña tenga una mentora que constantemente se comunique con ella y se convierta en una guía y ejemplo a seguir para la pequeña que tenga a su cargo. Además, una vez al mes realizan una salida pedagógica en la que ambas puedan visitar museos, leer cuentos, entre otras actividades en las que las menores logren conocer que hay otra vida después de esa montaña. 
Luz Dary se hizo profesional gracias a su mentora y desde entonces se prometió que, así como ella cumplió sus sueños, trabajará para que otras niñas encuentren su propio camino. 

 

 

 

El tercero de ellos es Lucas Bravo un caleño de 25 años, con doble titulación en Administración de Empresas y Mercadeo internacional y Publicidad que cuenta con una iniciativa escolar llamada “Educambio” que consiste en incentivar a las personas a donar sus cuadernos viejos con el fin de retirarles las hojas que no fueron usadas y con ellas crear nuevas libretas para donarlas a niños de escasos recursos. 

Su proyecto lleva tres años de trabajo. Actualmente patrocina con becas estudiantiles a 25 niños que asisten al colegio bilingüe “La Fontaine”, ubicado en la parte baja del sector de Siloé. Para Bravo estimular el estudio del inglés en estos niños contribuye a cerrar la brecha social que existe en Cali. 

Con alianzas estratégicas como la de la fundación de Jaison Aristizábal, se encarga del refilado y anillado de los cuadernos. “Educambio” ha recibido aproximadamente 25 mil cuadernos usados con los que se han reciclado 15 mil nuevas libretas que han sido entregadas a estudiantes de escasos recursos en las 18 y 20 de Cali. Su objetivo para el 2020 es poder llegar con esta iniciativa a Medellín y Bogotá. 

 

 

 

El cuarto de los nominados es Jhan Bernardo Quevedo o “Jhamber” como lo conocen en el municipio de Puerto Nare, Antioquia, quien logró ingresar a la Universidad Nacional de Antioquia con uno de los dos pines que ésta envió a su pueblo para patrocinar la presentación de estudiantes de provincia al examen de admisión. 

Pudo pagar su matrícula gracias a la venta de un computador y una cámara fotográfica que le dio el colegio, además, financió su estadía y alimentación durante el primer semestre. Sin embargo, a pesar de ser el mejor en Nare, su nivel académico no estaba al 100 % por lo que tuvo  que estudiar el doble para obtener el beneficio de pagar la mínima matrícula. 

Fue entonces cuando, desde hace siete años, nació su programa de educación “Pentatlón del conocimiento”. Cada seis meses, junto con un grupo de jóvenes que él preparó para ingresar a la universidad, capacitan a los jóvenes en matemáticas, física, química, razonamiento lógico y ciencias sociales. 
También lo llaman el “caza becas”; ha logrado que más de mil jóvenes puedan estudiar en universidades públicas, quienes además aspiran a seguir sus pasos y convertir el programa en una cadena de ayuda educativa. 

Jhan accedió al programa de doble titulación y hoy es Ingeniero Químico y Biológico. Para él, solo a través de la educación se crea una nueva sociedad en la que todos los colombianos deben tener cabida, sin importar sus orígenes, pues lo principal es cerrar esa brecha entre la provincia y la universidad pública y de calidad. 

 

 

 

El quinto nominado es Jaime Ernesto Suárez Ortega, ingeniero de sistemas con experiencia docente de 26 años. Es instructor certificado de Microsoft Corp, entidad que le otorgó el reconocimiento como uno de los profesionales más valiosos del planeta por ser un líder destacado de su comunidad en 2016.

En 2013, Suárez creó “Panitas de Rolando” en la Institución Educativa La Merced de Mosquera, Cundinamarca y el 26 de julio de 2016 nació el primer semillero de programación y robótica en ese municipio. Allí se les enseña a los niños y jóvenes a aprovechar de manera productiva su tiempo libre por medio de la creación de contenidos digitales como aplicaciones móviles, robóticas y videojuegos. 
En la actualidad se benefician 506 niños, 357 patrocinados, en grados de quinto a 11 entre instituciones públicas y privadas, repartidos entre los municipios de Anapoima, Facatativá, Funza y Mosquera. 

 

Por Redacción medios

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