“Nueva sede de la Unal se levantó con cemento vencido”

El sueño de que la Universidad Nacional tenga una nueva sede en la región Caribe no deja de tener tropiezos. La obra, que se adelanta en el municipio de La Paz (Cesar) y fue contratada con la Unión Temporal Uninal Cesar, estuvo suspendida durante cuatro meses y ahora es blanco de críticas por parte de la Contraloría General del la República.

El ente de control informó este lunes que, al analizar el caso, encontró que “los recursos invertidos y ejecutados a la fecha en esta obra no cumplen con los parámetros técnicos, debido a presuntas deficiencias en las labores adelantadas por el contratista y por debilidades de supervisión y del nuevo equipo de interventoría (Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá)”.

La Contraloría especificó que con base en inspecciones técnicas realizadas por un equipo auditor en el sitio, y los informes de la interventoría, como órgano de control presume la mala calidad de la obra y la baja resistencia del concreto. En su informe detalla que incluso se utilizó incluso cemento con fecha de vencimiento caducada y aceros con alto grado de oxidación, que hacen vulnerable la estructura construida.

“La auditoría reveló graves irregularidades en el diseño estructural y el incumplimiento de las normas técnicas de sismo construcción. Esto genera una grave vulnerabilidad sísmica y estructural en la obra contratada con la Unión Temporal Uninal Cesar”, dice la Contraloría.

Teniendo en cuenta que la Gobernación del Cesar fue la entidad que contrató la obra (que debió estar lista en enero de este año), El Espectador se contactó con la oficina de prensa del gobernador Luis Alberto Monsalvo, donde informaron que no habría pronunciamientos sobre este tema.

Jorge Iván Bula, vicerrector académico de la Universidad Nacional, explicó que los directivos de la institución están analizando los hallazgos de la Contraloría y anunció que se realizará una investigación propia, además, recordó que fue la universidad la que entregó las primeras alertas sobre las fallas del contratista, al que ya le habían pedido que realizara correctivos. “Para la Universidad es claro que si los materiales no cumplen con lo que exige la norma no podemos recibir la obra”, dijo Bula.

Esta primera fase de construcción, que debería recibir a los primeros estudiantes en enero de 2016, está conformada por un conjunto de aulas, laboratorios, la biblioteca y la cafetería, con capacidad para 2.040 alumnos de la región Caribe. El campus terminado debería entregarse en 2020.