Primera evaluación de la OCDE a Colombia no muestra los mejores resultados

El ingreso de Colombia a la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE) se ha convertido en una de las prioridades del gobierno de Juan Manuel Santos. Funcionarios enfocados en cumplir las exigencias de ese organismo internacional y cambios institucionales como la restructuración de la Presidencia, demuestran que la ruta de ingreso a este club de buenas prácticas en políticas públicas es uno de los énfasis del Ejecutivo. Pues bien, la OCDE publicó su informe de educación de 2014, el primer documento en el que el país es evaluado y con el cual se formaliza el camino para vincularse a esa organización. Los resultados demuestran que hay mucho por mejorar.

Una de las promesas de gobierno de Santos para su segundo cuatrienio fue hacer énfasis en la educación. No era para menos, un mes antes de su posesión, el resultado de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA 2012), aplicadas a los estudiantes de países miembros y aspirantes a pertenecer a la (OCDE), dejaron a Colombia en el último lugar entre 42 países y se desató con ellas una polémica por la crisis del sector educativo. Precisamente, esas mediciones, así como el Programa de la OCDE para la Evaluación Internacional de Competencias de los Adultos (PIAAC) y la Encuesta Internacional de Enseñanza y Aprendizaje de la OCDE (TALIS 2013).

Como Colombia fue incluida dentro del informe (Un vistazo a la educación 2014- Education at a Glance 2014) por primera vez, no existen estadísticas comparativas para todas las secciones del informe. Sin embargo, fue posible evaluar la posición relativa del país en varios aspectos. Por ejemplo, el porcentaje de adultos entre 25 y 64 años con educación secundaria, en Colombia, es de 42%, una cifra inferior al promedio de la OCDE (75%) pero superior a las de países como China, Indonesia, México, Portugal y Turquía.

Sin dudas, de las mediciones hechas por el organismo, la más preocupante es el porcentaje de la población entre los 15 y los 19 años que se encuentra vinculado a una actividad educativa. En Colombia, el 45% de los jóvenes entre esas edades está medio tiempo, o tiempo completo, formándose académicamente. El país es el penúltimo de una lista de 43 países. Solo mejor que China, que apenas pasa el 35%.

Otra de las mediciones fue la de adultos con educación terciaria. En Colombia, el porcentaje es de 20%, que también es menor a la del promedio de los países de la OCDE (32%), pero superior a la de 12 de los países incluidos. Por otro lado, el informe señala que Colombia se destaca por tener mayor participación de las mujeres en áreas como informática e ingeniería.

Uno de los indicadores más importantes tiene que ver con la inversión en el sector educativo. Según las cifras contempladas por la OCDE, Colombia invierte el 6,7% de su PIB en educación, porcentaje ligeramente superior al promedio de los países OCDE (6,1%). No obstante, el gasto por estudiante es muy inferior al de la OCDE en todos los niveles.

Otro de los asuntos que evidencia la medición es la intervención de las iniciativas privadas en el fomento de la Educación. Por ejemplo, la participación de la inversión privada en educación (35%) es mucho más alta que la promedio en los países OCDE (16%) y una de las más altas de todos los países del estudio.

El ingreso de Colombia a la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE) se ha convertido en una de las prioridades del gobierno de Juan Manuel Santos. Funcionarios enfocados en cumplir las exigencias de ese organismo internacional y cambios institucionales como la restructuración de la Presidencia, demuestran que la ruta de ingreso a este club de buenas prácticas en políticas públicas es uno de los énfasis del Ejecutivo. Pues bien, la OCDE publicó su informe de educación de 2014, el primer documento en el que el país es evaluado y con el cual se formaliza el camino para vincularse a esa organización. Los resultados demuestran que hay mucho por mejorar.

Una de las promesas de gobierno de Santos para su segundo cuatrienio fue hacer énfasis en la educación. No era para menos, un mes antes de su posesión, el resultado de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA 2012), aplicadas a los estudiantes de países miembros y aspirantes a pertenecer a la (OCDE), dejaron a Colombia en el último lugar entre 42 países y se desató con ellas una polémica por la crisis del sector educativo. Precisamente, esas mediciones, así como el Programa de la OCDE para la Evaluación Internacional de Competencias de los Adultos (PIAAC) y la Encuesta Internacional de Enseñanza y Aprendizaje de la OCDE (TALIS 2013).

Como Colombia fue incluida dentro del informe (Un vistazo a la educación 2014- Education at a Glance 2014) por primera vez, no existen estadísticas comparativas para todas las secciones del informe. Sin embargo, fue posible evaluar la posición relativa del país en varios aspectos. Por ejemplo, el porcentaje de adultos entre 25 y 64 años con educación secundaria, en Colombia, es de 42%, una cifra inferior al promedio de la OCDE (75%) pero superior a las de países como China, Indonesia, México, Portugal y Turquía.

Sin dudas, de las mediciones hechas por el organismo, la más preocupante es el porcentaje de la población entre los 15 y los 19 años que se encuentra vinculado a una actividad educativa. En Colombia, el 45% de los jóvenes entre esas edades está medio tiempo, o tiempo completo, formándose académicamente. El país es el penúltimo de una lista de 43 países. Solo mejor que China, que apenas pasa el 35%.

Otra de las mediciones fue la de adultos con educación terciaria. En Colombia, el porcentaje es de 20%, que también es menor a la del promedio de los países de la OCDE (32%), pero superior a la de 12 de los países incluidos. Por otro lado, el informe señala que Colombia se destaca por tener mayor participación de las mujeres en áreas como informática e ingeniería.

Uno de los indicadores más importantes tiene que ver con la inversión en el sector educativo. Según las cifras contempladas por la OCDE, Colombia invierte el 6,7% de su PIB en educación, porcentaje ligeramente superior al promedio de los países OCDE (6,1%). No obstante, el gasto por estudiante es muy inferior al de la OCDE en todos los niveles.

Otro de los asuntos que evidencia la medición es la intervención de las iniciativas privadas en el fomento de la Educación. Por ejemplo, la participación de la inversión privada en educación (35%) es mucho más alta que la promedio en los países OCDE (16%) y una de las más altas de todos los países del estudio.