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A propósito de los Simpson: ¿la filosofía puede explicar el comportamiento autodestructivo?

“Los Simpson y la filosofía”, de la editorial catalana Blackie Books, recoge 18 ensayos filosóficos que intentan entender el mundo desde las vivencias de los muñecos amarillos creados por Matt Groening, bajo las obras de Aristóteles, Marx y Nietzsche. Primera entrega.

Joseph Casañas

02 de abril de 2021 - 06:03 p. m.
En “Los Simpson y la filosofía” se explica la "Etica Nicomáquea" de Aristóteles a partir del comportamiento errático de Homero Simpson. /Archivo particular.
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Ya con unas cervezas encima, un amigo que tiene un alto cargo en una empresa, cuyo nombre es mejor omitir, me dijo que hace un par de semanas, cuando Star Channel (antes Fox) emitió durante tres días seguidos una maratón de cien capítulos de Los Simpson, decidió inventarse excusas para trabajar a media marcha, no acompañar a su hija a un partido de fútbol y cancelar una cita médica que le habían programado después de varios meses de insistencia, con tal de quedarse tumbado en el sofá.

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Cuando intenté reprocharle y antes de que me dejara decir cualquier cosa, el hombre sirvió otro trago, hizo un bailecito ridículo y casi que gritando, pero medio en serio y medio en broma, dijo: “Homero hubiera hecho lo mismo”. Y tiene razón, pero es que cualquier cosa se puede esperar de un tipejo amarillo que le dice a su hijo que los tres principios del estudiante son: “No denuncies, búrlate de los que son distintos a ti y nunca digas nada a menos que estés seguro de que todos piensan como tú”.

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Tras varias horas de recordar diálogos y datos cocteleros sobre Los Simpson, Google y su algoritmo invasivo terminaron por sugerirme la compra de un libro: Los Simpson y la filosofía, de la editorial catalana Blackie Books. Por eso esta cita. Para darle una mirada a un libro que recoge ensayos de veinte filósofos que se la juegan por entender cómo funciona el mundo gracias a los muñequitos amarillos que viven en Springfield.

¿Cuántos filósofos hacen falta para escribir un libro sobre Los Simpson?, se pregunta el autor en la introducción del libro. “Aparentemente, una veintena para escribirlo y tres para editarlo, cifra que no está mal, sobre todo si se tiene presente que para realizar un solo episodio de la serie hacen falta 300 personas y ocho meses de trabajo, además de una inversión de US$1′500.000”, se lee en la respuesta.

La idea de invitar a académicos a escribir ensayos sobre Los Simpson en realidad es el reciclaje de otra idea que ejecutó el filósofo estadounidense William Irwin Thompson en 1999, cuando se le ocurrió hacer una selección de ensayos filosóficos a propósito del éxito de Seinfeld, la serie de comedia que fue emitida con éxito por la National Broadcasting Company (NBC) entre 1989 hasta 1998. Se estima que el episodio final de esa serie fue visto por 76,3 millones de espectadores.

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A Irwin y a sus colegas filósofos no solo les gustaba el programa, sino que a propósito solían enfrascarse en eternas y estimulantes discusiones en torno a las personalidades de los protagonistas. Allí surgió la pregunta. ¿Por qué no compartir la discusión en forma de libro?

A los directivos de Open Curt, un programa de lectura que se usa en escuelas primarias de California, la idea les pareció sexi y la respaldaron. Así nació Seinfeld y la filosofía: un libro sobre todo y nada.

Ocho años después Thompson volvió a proponer lo mismo, pero con Los Simpson como protagonistas. Para él y sus amigos filósofos, Los Simpson era una serie con un potencial similar y consideraron que la ironía e irreverencia de la serie configuraban un terreno fértil para la investigación filosófica. Así que William Irwin les pidió a Mark Conard y Aeon Skoble, colaboradores del libro anterior, compartir la edición sobre los ensayos en torno a la familia amarilla. De nuevo Open Curt respaldó la idea.

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“La serie es lo bastante profunda e inteligente para garantizar cierto grado de discusión filosófica y, al tratarse de un programa popular, resulta útil como vehículo para explorar una variedad de cuestiones filosóficas en favor de un público no especializado (…) A quienes hayan considerado Los Simpson como una serie animada cualquiera sobre un patán y su familia, afirmar que la serie es inteligente y articulada puede parecerles una incongruencia, pero su observación atenta revela niveles cómicos que van mucho más allá de la simple farsa: hay numerosos estratos satíricos, dobles sentidos, alusiones a la alta cultura y a la cultura popular por igual, gags visuales, parodia y humor referencial”.

Aunque Matt Groening estudió Filosofía, el libro no pretende escudriñar en las motivaciones filosóficas en las que se inspiró el creador de la serie. La cosa es más sencilla: “Algunos de los ensayos contenidos en este volumen son reflexiones de académicos sobre una serie que les gusta y que, en su opinión, tiene algo que decir sobre ciertos aspectos de la filosofía”, se lee en el capítulo titulado “¿Meditar sobre Springfield?”.

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Por ejemplo, en el ensayo sobre “Homero y Aristóteles”, Raja Halwani, filósofo estadounidense-libanés y profesor en la Escuela del Instituto de Arte de Chicago, recurre a la Ética nicomáquea para explicar los cuatro tipos de carácter que definió Aristóteles: virtuoso, moderado, intemperante y vicioso.

Homero, a la luz de la obra más representativa de Aristóteles, claramente no es un virtuoso, pues este carácter se le asigna a quien desarrolla capacidades para actuar y reaccionar emocionalmente de forma correcta. Los deseos del virtuoso coinciden con la decisión y la acción. Lejos está Homero de ello.

Halwani recuerda, entre otras cosas, que el empleado del sector 7G de la planta nuclear de la ciudad, es un mentiroso empedernido que engaña a su familia sobre sus planes para el día: dice que se va a trabajar, cuando en realidad va a visitar la fábrica de cerveza Duff; le oculta a Marge, su esposa, el hecho de que nunca terminó la secundaria, la engaña sistemáticamente diciéndole que botó el arma de la que juró deshacerse, ahorca constantemente a su hijo mayor, se olvida del nombre de su hija menor y le irrita la música de Lisa. Además, es poco consciente de sus limitaciones. Carece de frónesis, aquella sabiduría práctica o virtud intelectual que condiciona el modo de ser ético.

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Aun así, el autor del ensayo, sin pretender posicionarlo como un tipo admirable, ve en Homero “una humanidad que comprende un amor por la vida y al goce que esta supone en el nivel más básico. No se preocupa por la etiqueta o por lo que otros opinen de él. Está ocupado en disfrutar la vida —o su visión de esta— al máximo”.

Los Simpson es una serie para adultos, y es superficial menospreciarla solo a causa del soporte animado y su popularidad.

En la segunda entrega de esta serie hablaremos del comportamiento errático y vandálico de Bart Simpson bajo la perspectiva de la obra de Friedrich Nietzsche.

Por Joseph Casañas

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