"Agarrando pueblo", una de las genialidades de Ospina y Mayolo

Agarrando pueblo (1977) de Luis Ospina y Carlos Mayolo es una película que por un lado hace una crítica al género cinematográfico denominado pornomiseria y por otro, a los agudos problemas sociales de ciudades que aparentemente estaban en pleno auge. Dos cámaras, una que sigue a Mayolo y a un camarógrafo “agarrando gente” en las calles de las zonas deprimidas de Cali y Bogotá; y otra, que es la que al hombro lleva el camarógrafo que vemos todo el tiempo; es la estrategia técnica que da peso al argumento y a la forma narrativa de la producción. Mayolo parodia su rol de director: da indicaciones, decide las locaciones, manda a contratar personas para que hagan de pobres, predice el éxito de su película en el exterior, libretea y aprueba cada toma. Una crítica mordaz al cine documental de la época desde el cine mismo.

“Estamos haciendo esta película para mandar a Europa y a la televisión alemana”, es una de las frases que Mayolo le dice al taxista que los traslada por la ciudad de Cali. Prosigue: “En lo que más estamos gastando película es en toda esta mano de locos y gamines y toda esta joda”, “ahora vamos donde las putas, ¿dónde queda eso?”. “Que se vea lo que es la cultura de la miseria, lo que dice Levis (Lévi-Strauss) y todo eso”, es otro de los apuntes que suelta en el escenario donde se registró la imagen en la que Luis Alfonso, uno de los protagonistas, danza burlándose de los cineastas y sus falsas pretenciones como documentalistas.

Agarrando pueblo (1977) de Luis Ospina y Carlos Mayolo es una película que por un lado hace una crítica al género cinematográfico denominado pornomiseria y por otro, a los agudos problemas sociales de ciudades que aparentemente estaban en pleno auge. Dos cámaras, una que sigue a Mayolo y a un camarógrafo “agarrando gente” en las calles de las zonas deprimidas de Cali y Bogotá; y otra, que es la que al hombro lleva el camarógrafo que vemos todo el tiempo; es la estrategia técnica que da peso al argumento y a la forma narrativa de la producción. Mayolo parodia su rol de director: da indicaciones, decide las locaciones, manda a contratar personas para que hagan de pobres, predice el éxito de su película en el exterior, libretea y aprueba cada toma. Una crítica mordaz al cine documental de la época desde el cine mismo.

“Estamos haciendo esta película para mandar a Europa y a la televisión alemana”, es una de las frases que Mayolo le dice al taxista que los traslada por la ciudad de Cali. Prosigue: “En lo que más estamos gastando película es en toda esta mano de locos y gamines y toda esta joda”, “ahora vamos donde las putas, ¿dónde queda eso?”. “Que se vea lo que es la cultura de la miseria, lo que dice Levis (Lévi-Strauss) y todo eso”, es otro de los apuntes que suelta en el escenario donde se registró la imagen en la que Luis Alfonso, uno de los protagonistas, danza burlándose de los cineastas y sus falsas pretenciones como documentalistas.