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Alberto Montt: “No estamos definidos por nuestros procesos ansiosos”

Las viñetas de “Dosis diarias” ganaron popularidad desde que Alberto Montt decidió incluir a un personaje rojo, redondo y con púas para reflejar la tensión que produce la ansiedad. En esta entrevista, el chileno habla sobre el origen de estas ilustraciones, sus proceso con la ansiedad y el efecto de estos dibujos en las personas.

Laura Camila Arévalo Domínguez

02 de marzo de 2021 - 11:55 a. m.
Alberto Montt ilustra muchas de sus experiencias con la ansiedad y las publica en su blog, "Dosis diarias", desde enero de 2020.
Foto: Alberto Montt
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Acostarte a dormir y, en menos de dos minutos, quedar con los ojos abiertos porque de la nada apareció una preocupación por el futuro que te llevó a la conclusión de que en tu vejez terminarás solo, pobre y enfermo. Llamar a tu hermano para saber cómo está, que no te conteste y pensar que, muy seguramente, no atendió a tus quinientas recomendaciones sobre no usar el celular mientras conducía y concluir que está herido ¡o hasta muerto!, y comenzar a planear la compra del tiquete para ir hasta su entierro, además de sentirte miserable y muy triste por lo joven que estaba y lo injusto de que eso pase justo ahora, a pesar de que no está pasando nada. Notar que estás sudando y estás tratando de dormirte estresado porque la alarma que pusiste sonará pronto y te estás gastando el tiempo del sueño en pensar que se te está acabando ese tiempo para descansar. Comer compulsivamente tratando de llenar un vacío que sabes que solo llenarás por minutos y pensar en que esta vez será la última, la del fin de tus malos hábitos y sensaciones de vacío que te paralizan y no te dejan avanzar hacia tus metas, entre las que está bajar de peso.

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Estas son algunas de las sensaciones o situaciones que podría atravesar una persona que padezca de una ansiedad patológica o tal vez un poco más agresiva. Se podría decir que las dosis sanas de estas sensaciones de alerta deberían servir para cruzar una calle o para decidir no atravesar un callejón oscuro a las 12 de la noche en una ciudad insegura, pero cuando la ansiedad deja de ser un llamado para evitar el peligro real, se convierte en un martilleo constante y sistemático que parece devorar no solo el cerebro de quienes padecen esta enfermedad, sino el estómago, el colon, el esófago, el corazón y el resto de órganos que se van afectando gracias al exceso de estrés.

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La ansiedad fue un tema más común en las conversaciones desde que comenzó la pandemia: los cambios en el presente y el futuro fueron potenciadores inclementes de incertidumbre, la peor sensación con la que una persona ansiosa debe lidiar: su obsesión por el control no pudo saciarse con nada. Con la ilusión de tener los planes a corto y largo plazo, había un alivio leve que se quedaba sin piso con frecuencia, pero que estaba ahí. Cuando esto se desmoronó, las ventas de ansiolíticos aumentaron.

Alberto Montt, autor de Ansiedad (Planeta Comic), es un diseñador gráfico y artista plástico conocido por su blog de ilustraciones Dosis diarias, donde publica sus viñetas desde el año 2006. Acumula numerosas publicaciones alrededor del mundo, entre estas Solo necesito un gato. Las viñetas en las que comenzó a figurar la bola roja de apariencia tierna, pero también tensa, que además tenía púas en su cabeza, nacieron cuando se fijó en un reportaje sobre la alta demanda de ansiolíticos en su país, Chile. Él, que también es ansioso, ha encontrado salidas para tratarla y decidió continuar con la serie usando el humor, que considera es el caballo de Troya ideal para meter en las cabezas de las personas temas que deberían hablarse con frecuencia…

El personaje de la ansiedad es rojo, redondo y, al comienzo del libro, hay una viñeta en la que dibujó su interior, que es como el cuerpo de cualquier animal o humano. ¿Cómo nace Ansiedad y por qué la dibuja de esta forma?

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Comencé haciendo este personaje en enero del año pasado. Hago viñetas para una revista semanal y generalmente me dan los temas de los que hablarán, a ver si se me puede ocurrir algo con relación a la pauta. Justo estaban preparando un reportaje sobre la cantidad de ansiolíticos que se venden al año, que es un récord en Latinoamérica, así que se me ocurrió hacer una viñeta sobre una persona que llegaba a su primera cita de trabajo con un bicho rojo en la cabeza y decía: “Lamento llegar así a la reunión, pero no encontré babysitter para mi ansiedad”. Fue una viñeta que hice en el momento sin pensar demasiado y lo mismo pasó con el bicho que usé para representar la ansiedad, pero asumo que cuando estás dibujando siempre recurres a lo primero que se te ocurre en función de tus experiencias, vivencias y bagaje visual. Sin lugar a dudas, todo se corresponde con la ansiedad: es un bicho redondo que te invita al abrazo, pero al mismo tiempo está lleno de púas, que es justamente lo contrario. Es rojo porque es el color que se me hizo más ansioso. Quería representar esta constante sensación de urgencia que nos genera la ansiedad. Esta forma redonda con puntas está muy presente en todos porque es muy común. La naturaleza está llena de esas formas: los peces globo, que se inflan para que nadie los toque y que también son pelotas con púas, los cactus, los espinos y hasta el coronavirus, que no solo resultó ser una coincidencia graciosa sino que hizo que a mucha gente se le agudizaran más sus procesos ansiosos.

¿Por qué decidió dibujar la ansiedad como un alguien separado del ser humano que hace el trabajo, como algo ajeno que se encarga de activar estas alarmas? En las viñetas, la persona no es la ansiosa, sino que una voz o un personaje se encarga de ponerla ansiosa…

Siempre he pensado que la ansiedad no eres tú: no estamos definidos por nuestros procesos ansiosos. Creo que es algo que se toma el cerebro por asalto. Son pensamientos recurrentes que aparecen, capturan tu cabeza y no la dejan moverse. Siempre me solucionó la vida o me aliviaba la carga pensar que eso era externo a mí y que, si me lo proponía y recibía un poco de ayuda, podía bloquearle la entrada al bicho que se quería tomar mi cabeza. Fue muy divertido hacer a este bichito separado de la persona ansiosa.

¿De dónde salieron las situaciones que ilustra en las viñetas?

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De experiencias personales. En algunos casos esas vivencias fueron tal y como las retrato en la viñeta y en otros tantos son una extrapolación de la sensación o la experiencia. Hay muchísima gente que no tiene registrada la ansiedad y no sabe que aquello que le pasa o que eso que le molesta, le estorba o le fastidia la vida, es ansiedad. Vivimos en una sociedad profundamente exitista y cualquier signo de debilidad es muy mal visto. Presentarte a ti mismo con algún tipo de debilidad siempre será complicado y mucha gente se guarda esas emociones y sensaciones, algo muy nocivo porque los conduce a no saber qué es lo que les está pasando y, claro, a no saber cómo ayudarse. Lo que ha sucedido con las redes sociales y las viñetas es que mucha gente me llega a diario con comentarios como: “No sabía que esto que me ocurría era ansiedad. Pensé que solo me pasaba a mí”, y son miles…

Hay viñetas sugerentes con respeto a las salidas que podría tener una persona ansiosa: vacaciones, relajación, descanso, terapia, conversación, etc…

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Claro, es que creo que la ansiedad tiene salidas. Tal y como te lo decía antes, la salida podría ser algo tan sencillo como conversarlo con alguien que puede ser un amigo, amiga, psicólogo o el cura de tu barrio. Hablarlo sirve, verlo desde afuera sirve. Sí creo que hay soluciones, el tema es que no creo que haya una cura. Uno puede aprender a manejarlo y a entender cuándo está entrando en un proceso ansioso para pararlo a tiempo, o por lo menos para atormentarte un poco menos: que ya no te pase que cuando llames a tu mamá y no te conteste pienses que probablemente se murió porque se cayó en la tina. Entender que las posibilidades de que eso haya ocurrido son mínimas, pero claro, una cosa es entender y reconocerlo, pero otra cosa es tratar de curarlo. Y es que eso tampoco tiene sentido porque la ansiedad también es muy práctica para el ser humano, es un pequeño estado de alerta que es muy beneficioso.

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Usted ha contado que es ansioso, pero ha aprendido a vivir con esto, ¿las situaciones que ilustró las hizo por intuición o se informó con algún profesional sobre los posibles efectos de una ansiedad fuera de control?

Todo fue por intuición y experiencia personal, pero al cabo de un tiempo te va generando algún tipo de curiosidad. He leído mucho sobre la ansiedad y sobre procesos mentales con relación al trastorno de ansiedad generalizado, lo que me ayudó a darme cuenta de cuan amplia puede llegar a ser esta enfermedad o trastorno: hay distintos tipos y la ansiedad es un paraguas que cobija un sinnúmero de dolencias mentales.

Hablemos de una de las viñetas que aparecen en el libro: la ansiedad le dice al humano que atormenta que esas hojas de bach que usará para relajarse le encantan porque adora los placebos... ¿Cree que en el caso de la ansiedad este tipo de soluciones o recomendaciones no tienen sentido o son poco efectivas? ¿Cuál es el origen de esta viñeta?

Ese es el tipo de viñetas que me generan problemas: siempre hay alguien que me cuestiona porque, en este caso, dice que las flores de bach sí le funcionan... Vamos por partes: creo que incluso los placebos sirven y de hecho por eso son placebos. El hecho de que tenga algún tipo de efecto, aunque se compruebe que su eficacia es más mental que química, es fantástico. No todos tenemos que usar los mismos recursos: si para mí cantar mantras en la noche funciona, está buenísimo. Todo el espectro que va más allá de la medicina se basa en creencias y hacer algo en cambio de no hacer nada, es mejor. Prefiero que te tomes el agua que crees que funciona a que te hundas en la ansiedad.

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El libro "Ansiedad" fue editado por Planeta Comic.
Foto: Archivo particular

En sus viñetas hay personas reconocidas, como Isabel Allende, James Joyce, Pablo Picasso y hasta Cristóbal Colón, en situaciones ansiosas. ¿Por qué? ¿Cómo supo que eran ansiosos? ¿O nunca lo supo y esta fue una decisión creativa?

No tengo la menor duda de que fueron ansiosos, pero tampoco tengo evidencia. Me parece que es súper interesante entender que la ansiedad es un fenómeno humano muy difundido y común. A veces tendemos a ver a estas personalidades históricas como entes que estaban separados de su propia humanidad, así que quise jugar con la idea de que alguien pudo ser el mayor conquistador europeo y aun así tener procesos ansiosos. Mi juego, que es más creativo que histórico, consistía en pensar: “Ok, ¿si yo fuese tal persona, qué me habría generado ansiedad? ¿Cuál habría sido mi rollo? Se me hizo gracioso imaginar qué pudo haberles generado esa ansiedad...

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Cuál es su balance sobre el contenido y el efecto de estas viñetas…

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Creo que la ansiedad no es un tema de conversación común, a pesar de que todos la sentimos en mayor o menor medida. Quizá se puso de moda con la pandemia y el libro, de una u otra forma, le sirve a cada quién para entender sus propios procesos y entender a otras personas ansiosas. Me han llegado mensajes de personas que usaron el libro para explicarles a su familia o a sus parejas cuál era su forma de enfrentarse al mundo en el día a día. Desde esa perspectiva, siempre es alucinante pensar que lo que hago, que además no se originó como una necesidad de ayudar a otros sino como una necesidad de exorcizar mis propios demonios, pueda convertirse en una herramienta para que alguien converse sobre el tema. Al final del día, el humor tiene que funcionar como un caballo de Troya para meterse en las cabezas de las personas y establecer pautas de conversación.

Por Laura Camila Arévalo Domínguez

Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
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