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Alemán que guardó arte robado por nazis dona obras a fundación no alemana

Tras la muerte de Cornelius Gurlitt, centenares de obras robadas a judíos bajo el nazismo reposarán en el Museo de Bellas Artes de Berna.

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Agencias
07 de mayo de 2014 - 03:08 p. m.
El octogenario alemán Cornelius Gurlitt, detentor de más de 1.400 obras de arte robadas, varios cientos de ellas a judíos durante el nazismo, falleció el martes pasado.
El octogenario alemán Cornelius Gurlitt, detentor de más de 1.400 obras de arte robadas, varios cientos de ellas a judíos durante el nazismo, falleció el martes pasado.
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El Museo de Bellas Artes de Berna es el heredero universal del coleccionista alemán Cornelius Gurlitt, que murió el martes, anunció el miércoles esa institución en un comunicado.

El Museo indicó que había sido "informado mediante un mensaje telefónico y escrito por parte de Christophe Edel, abogado de Cornelius Gurlitt". Centenares de obras de arte, entre ellas pinturas de grandes maestros robadas a judíos bajo el nazismo, fueron halladas en el apartamento de Gurlitt en Munich hace dos años.

Cornelius Gurlitt expresó en testamento su voluntad de que sus cuadros, entre los que hay obras expoliadas por los nazis, recaiga completa en una fundación artística no alemana. El testamento lo redactó un abogado del anciano coleccionista en la habitación del hospital en que se encontraba Gurlitt ingresado antes de una operación de corazón a la que fue sometido recientemente. (Ver galería Policía recupera obras confiscadas por los nazis a finales de los años treinta).

Las autoridades alemanas han indicado por su parte que el acuerdo que alcanzó Gurlitt con el Gobierno alemán y el estado federado de Baviera para que estos pudiesen revisar la colección entera -en busca de obras expoliadas por los nazis- durante un año, sigue vigente.

El caso de Gurlitt salió a luz pública en noviembre del año pasado, cuando se reveló que el anciano había tenido durante décadas decenas de obras de arte de primer nivel cuya existencia se desconocía.

Gurlitt era hijo del marchante de arte Hildebrandt Gurlitt, uno de los pocos que tuvieron autorización del régimen nazi para negociar con obras del así llamado "arte degenerado", que habían sido retiradas de los museos alemanes. (Leer Inventario digital de una infamia).

El coleccionista se mantuvo durante años en un casi absoluto anonimato, viviendo entre Múnich y Salzburgo (Austria), hasta que su colección fue descubierta en el marco de unas investigaciones por posible evasión fiscal.

En noviembre de 2013, se empezaron a publicar en una plataforma de internet las obras de las que había sospecha que habían llegado a manos del padre de Gurlitt, después de que sus propietarios judíos tuvieran que venderlas a bajo precio por la presión de la persecución del régimen nazi.

Especialmente, dos cuadros -"Dos jinetes en la playa", de Max Liebermann, y "Mujer sentada", de Henri Matisse-, cuya procedencia estaba documentada, ya que habían pertenecido a judíos perseguidos, generaron preguntas sobre buena parte de la colección.

Cornelius Gurlitt murió en su apartamento en el barrio muniqués de Schwabing, donde habían sido encontrados sus cuadros y a donde regresó después de una intervención quirúrgica que fue necesaria debido a problemas cardiacos, que finalmente le causaron la muerte.
 

Por Agencias

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