¿Cómo describen la experiencia de integrar el formato charanga con el sinfónico, desde lo musical y lo emocional?
Rafael Lay: Esta unión funcionó de maravilla: la camaradería en los ensayos, la empatía natural y la mutua colaboración derivaron en una feliz culminación del disco. La Filarmónica, bajo la dirección de Rubián Zuluaga y con músicos de altísimo nivel, hizo posible un resultado honorable.
David García: Coincido. Probablemente el género donde una orquesta afrocaribeña y una clásica se fusionan mejor es la charanga. La flauta y los violines crean un sonido muy particular. Esta experiencia requiere gran trabajo orquestal y técnico, y mucha emoción. En 2023 ambas orquestas se presentaron juntas en el Teatro Mayor y ese momento fue de una dicha indescriptible. Un instante que confirmó que en Bogotá pasan cosas y que es una ciudad profundamente musical.
¿Cómo se escogieron los temas del el disco?
R.L: Tocar en Bogotá, ante un público conocedor y amante de la música clásica y caribe, determinó un repertorio cuidadosamente escogido. Queríamos honrar esa conexión.
D.G: Desde 2023 trabajamos en una curaduría consciente. Seleccionamos temas emblemáticos de la Aragón que resonaran emocionalmente y se adaptaran a las capacidades interpretativas de la Filarmónica. Como dice Rafael: “Si en Colombia no tocas ‘Quiéreme siempre’, estás liquidado”. Esa frase resume la importancia de conectar con la memoria sonora del público.
¿Qué retos técnicos y emocionales supone este tipo de colaboración entre dos tradiciones musicales tan distintas?
D.G.: El mayor reto es encontrar una voz común entre dos mundos. Desde lo técnico, requiere precisión rítmica, articulación y adaptación de arreglos. Desde lo emocional, un ejercicio profundo de reconocimiento: la Aragón es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y esa historia se debe honrar al máximo.
R.L: Nuestra voluntad es ofrecer música con dignidad y gratitud al público, siempre conservando el espíritu heredado de nuestros fundadores en cada colaboración.
¿Cómo se inscribe esta colaboración en el camino de exploración musical de ambas orquestas?
D.G. La exploración sonora está en el ADN de la Filarmónica. Hemos trabajado con Juanes, Aterciopelados, Monsieur Periné y muchos más. La alianza con la Aragón es una extensión natural de esa búsqueda por expandir fronteras culturales, fortalecida por el programa de formación musical de la ciudad.
R.L: Nuestra relación con Colombia y artistas como el arreglista Juancho Valencia o con la Filarmónica de Bogotá, siempre nos ha llevado a buenos resultados.
¿Qué rol deben tener hoy las orquestas sinfónicas frente a géneros populares como el son cubano? ¿Coexistencia, fusión o diálogo?
R.L.: Para nosotros es esencial mantener viva nuestra tradición con dignidad, reconociendo siempre a nuestros admiradores y la esencia musical de la Aragón.
D.G.: Debe existir un diálogo constante. La música popular sirve para expresar identidad, educación y ciudadanía. En la Filarmónica es abrirle un escenario a esos géneros para que cuenten historias y construyan puentes con la sociedad.
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Por Lariza Pizano
