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Arte constructivista: la muerte de lo tradicional en tiempos tumultuosos (I)

El arte fue uno de los elementos que más cambios vio durante el periodo de la Revolución Rusa y posterior a ella, al pasar de una forma de gobierno a otra y al intentar avanzar a la par que el resto de Europa. Uno de los movimientos que se desarrolló en medio de estos cambios fue el constructivista, que entre sus exponentes uno de los más reconocidos fue Alexander Rodchenko.

Andrea Jaramillo Caro

16 de junio de 2022 - 05:01 p. m.
Afiche del artista constructivista El Lissitzky "Golpea a los blancos con la cuña roja" (1919).
Foto: Wikimedia Commons
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El país y el momento en el que se desarrolló este movimiento y el arte de Rodchenko era uno que venía de atravesar profundos cambios sociales, políticos y culturales. Pues Rusia hasta el año 1917 fue un imperio bajo un régimen zarista; en los cien años previos a la revolución, la nación pasó por cuatro zares quienes tenían formas de gobierno radicalmente diferentes. Alan Earl en su libro Breve historia de Rusia menciona brevemente las corrientes ideológicas de cada zar, lo que deja ver que la línea más liberal y conservadora se intercalaban con cada uno de los zares. Sin embargo, fue con el zar Nicolás II que el descontento del pueblo llegó a su punto máximo con la creciente corriente marxista y la difusión de sus ideas.

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Según Earl medida que fueron creciendo en popularidad las ideas revolucionarias, el gobierno zarista se esforzó más y más por reprimirlas hasta que en marzo de 1917, el pueblo impulsado tanto por el hambre y el frío, como por ideas revolucionarias se rebeló contra el régimen zarista y tomaron el poder haciendo que el zar abdicara. Dentro del gobierno comunista hubo una división entre los más y los menos radicales, siendo los primeros los bolcheviques (identificados con el color rojo) y los mencheviques (identificados con el blanco) y a partir de estas diferencias se desató una guerra civil que terminó con la toma del Palacio de Invierno, la nueva sede del gobierno, por parte de Vladimir Lenin y sus seguidores bolcheviques en octubre de 1917.

Con la instauración de este nuevo gobierno y régimen, la ideología no fue lo único que cambió, al llegar al poder los bolcheviques se dieron cuenta de varias cosas, la primera es que Rusia estaba atrasada siglos en materia tecnológica en comparación con otras naciones europeas; en segundo lugar, vieron que el pueblo ruso en su gran mayoría era analfabeto por lo que una de sus metas fue reforzar la ideología al mismo tiempo que intentar alfabetizar al pueblo. De esta manera se inicia un periodo en el que se desarrolla un arte proletario, el cual según Louis Réau en su libro El arte ruso: “no debe ser considerado como un fin en sí, como un juego o un deleite sensual, sino como un medio de expresión de la vida social. No tiene sentido ni razón de ser si no es utilitario, si no puede servir, como el teatro y el cine, a la propaganda cultural o política”.

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La concepción del régimen respecto al arte se basa en su utilidad para reproducir sus ideas de manera que el pueblo las pueda entender fácilmente. Según Aaron Scharf en su texto Constructivismo el arte moderno para los críticos de los años 20 era sinónimo de anarquía y comunismo, el cubismo, futurismo y constructivismo eran vistos como arte rojo. Uno de los artículos críticos de estos movimientos mencionado por Scharf dice lo siguiente: “Los rojos del arte, igual que los de la literatura, los cubistas y los futuristas y toda su nociva progenie ‘subvertían o destruían todas las normas artísticas y literarias con sus métodos bolcheviques”.

Enfocándose en el constructivismo, de este Scharf afirma que la motivación de los artistas de izquierda eran las aspiraciones sociales y políticas, de esta manera el autor afirma que el constructivismo es el primer movimiento directamente relacionado con la ideología marxista y un organismo comunista revolucionario. Ahora bien, de acuerdo con el manifiesto constructivista escrito en 1920 por dos de los artistas representativos del movimiento, Naum Gabo y Antoine Pevsner, afirman que los esfuerzos cubistas y futuristas no son suficientes para oponerse a los cánones históricamente establecidos por las artes y generar una verdadera revolución en el mismo. “Espacio y tiempo son las únicas formas sobre las cuales la vida se construye, y sobre ellos, se debe edificar el Arte.” Este, según el manifiesto es una de las bases para el constructivismo. Gabo y Pevsner proponen cinco fundamentos del arte constructivista: renunciar al color como elemento pictórico, renunciar a la línea como valor descriptivo, renunciar al volumen como forma espacial pictórica y plástica, renunciar a la escultura como masa y renunciar al desencanto artístico.

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Estos cinco fundamentos expresan la parte formal del movimiento constructivista, sin embargo, se debe tener en cuenta que estos artistas con sus obras mostraban un lenguaje estandarizado de manera que se sistematizaran los sentimientos del proletariado, de acuerdo con Scharf (1986). Dada la naturaleza propagandística de este arte, no se dejaba nada a la interpretación, sino que se intentaba dar un entendimiento inmediato de los simbolismos plasmados en las obras. Por otro lado, estos artistas incursionaron en el diseño no solo de obras sino también de libros y arquitectura, trabajaron en diversos campos por lo que no creían en jerarquías del arte. De acuerdo con Scharf, Alexei Gan uno de los teóricos del movimiento escribió “lo que queremos no es hacer proyectos abstractos, sino tomar problemas concretos como punto de partida”. Además de esto, la producción de sus obras se basa en ciencia y técnica más que en cualquier otra cosa, cualquier expresión de arte era vista como un proyecto en vez de un fin.

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Debido a que además de darse una revolución política, también se estaba dando una revolución cultural, el constructivismo y sus representantes fueron fundamentales en la creación de esta nueva cultura. Por un lado, encontramos que Gerardo mosquera en su libro El diseño se definió en octubre, afirma que al crearse nuevas instituciones para el arte como el Instituto de Cultura Artística de Moscú (INKJUK), los mayores representantes de los nuevos movimientos artísticos rusos ostentaron cargos directivos en estos nuevos organismos.

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Dada la fundación de estos nuevos organismos más la multiplicidad de campos en los que incurrían los artistas constructivistas, Mosquera afirma que “la integración de las artes implica una desingularización, una desespecialización, una suerte de retorno al sincretismo primitivo” con esto se puede ver que tanto la mezcla de los artistas con la ideología y de diferentes formas de expresión hace que se regrese a un momento en el que no existían jerarquías de artes como se expresó anteriormente.

Según Mosquera, el “constructivismo fue primero un método de hacer arte a la manera de las construcciones de los ingenieros” con esto se da a entender que los campos en los que incurrían los artistas no eran solo campos dentro de las formas de expresión tradicionales, sino que estaban también ligadas a la arquitectura y la ingeniería. Sin embargo, las estructuras constructivistas seguían los mismos principios expresados anteriormente, no eran ni representativas o figurativas sino puramente funcionales. Esto demuestra que no solo servían a la propaganda del régimen, sino que también este arte fue utilizado precisamente para la elaboración de elementos funcionales en todo sentido.

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Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com
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