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La funcionalidad y propaganda que marcaron el constructivismo como movimiento artístico vieron su auge durante los primeros años que sucedieron a la Revolución Rusa en una amalgama de collages encabezada por artistas como El Lissitzky, Vladimir Tatlin y Alexander Rodchenko. Pero así como el movimiento revolucionario tuvo su división entre bolcheviques y mencheviques, el constructivismo también tuvo una división en dos grupos que, si bien creaban bajo la misma bandera, tenían concepciones diferentes del movimiento.
Por un lado, estaban los realistas (Pevsner y Gabo) quienes, según Gerardo Mosquera en su libro El diseño se definió en octubre, “se toman formas, materiales, instrumentos y otros recursos de la tecnología para hacer una escultura de nuevo tipo”. Mientras que los productivistas (Rodchenko y Stepanova), declaran “la muerte del arte y se busca disolverlo en la construcción de objetos útiles”. Con esto se observa un poco de lo que Alexander Rodchenko significaba dentro del movimiento y como se articulaban las oposiciones dentro del constructivismo.
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