Participó en muchas orquestas como percusionista hasta que sintió que ese formato se le quedó pequeño. Por eso diseñó un estilo propio que resultara ilimitado y le permitiera incursionar en ritmos más universales.
“En un principio era simplemente un baterista, después me dio por investigar las raíces de la música del Pacífico y el folclor de las distintas regiones hasta que uno de mis sobrinos compró una marimba y yo me puse a practicar en ella. Ubiqué el bombo debajo de la marimba y otros elementos de percusión alrededor hasta que me sentí cómodo”, asegura este hábil músico caucano a quien le gusta incluir mensajes sociales en sus canciones.
Baterimba fue el ganador en la categoría libre del Petronio Álvarez. Sin embargo, reconoce que el mejor premio fue compartir cinco días con maestros musicales de distintas regiones del país.